COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Augusto Rakijar, el enviado especial de ADNSUR en Rusia, recorrió las calles de San Petersburgo, donde la Selección Argentina disputará mañana martes a las 15 horas el partido contra Nigeria donde se juega el pase a octavos de final.

El encuentro se llevará cabo en el imponente estadio Krestovski ubicado en San Petersburgo, una ciudad especial. Una ciudad que fue víctima de una de las tragedias más grandes de la historia durante la Segunda Guerra Mundial.

Leningrado, que años después recibió el nombre de San Petersburgo, está ubicada a 700 kilómetros de la capital del país, Moscú, y fue el blanco de la Alemania Nazi de Adolf Hitler en junio de 1941. El ejército alemán cruzó las fronteras de la Unión Soviética con el objetivo de asaltar y borrar del mapa a la tierra denominada “símbolo de la cultura rusa”.

El 8 de septiembre de aquel año, los alemanes cercaron la ciudad, encerraron a los soviéticos en su propia tierra bloqueando todas las salidas terrestres, bombardearon sin cesar y decidieron matar de hambre a los habitantes de Leningrado, para luego invadir un territorio debilitado.

Tras el bloqueo, se hizo una recuento de la alimentación con la que contaba Leningrado y solamente alcanzaba para un mes. Por este motivo, al poco tiempo comenzó la debacle: los habitantes comenzaron a desmayarse por falta de comida y, literalmente, empezaron a morir de hambre. Además, la baja temperatura era otra de las problemáticas: el promedio era de -35 grados centígrados y las reservas de agua se congelaron.

No solo la comida y el clima eran las dificultades que afrontaban. Los alemanes lanzaban proyectiles incendiarios sobre mujeres y niños que cavaban trincheras en las puertas de la ciudad y los fusilaban desde baja altura. Además, desde los aviones tiraban propagandas con versos que decían: "Señoritas, no caven sus fositas, ya que vendrán nuestros tanquecitos y destruirán sus fositas". Y del otro lado de la hoja, una invitación: "Pasen al lado nuestro. Aquí tenemos la vida bonita". "Nadie aceptó la propuesta" cuenta Tatiana Malysheva, habitante de Leningrado, en un documental.

Ante el encierro, el llamado Camino de la Vida fue agua en el desierto para los soviéticos. Desde allí pudieron evacuar más de 600 mil personas y fueron salvados mucho chicos que se encontraban al borde de la muerte. Los que se quedaron, comenzaron a cosechar para tener abastecerse de comida y así resolver uno de los principales problemas. Hicieron todo lo que tenían a su alcance para sobrevivir esperando el final. Que un día llegó.

872 duras jornadas tuvieron que pasar hasta ponerle fin al bloqueo. El 14 de enero de 1944 se terminó todo. Los soviéticos, que durante el conflicto utilizaban sus plantas industriales para fabricar armas, atacaron a un ejército alemán diezmado, lograron volver a abrir las puertas de la ciudad y forzar la retirada Nazi.

En ese entonces, en Leningrado quedaban 800 mil personas cuando en el inicio del conflicto había más de tres millones. Según cifras extraoficiales, fueron un millón doscientas mil las víctimas y el 90 por ciento de ellas perdieron la vida a causa del hambre. 

A pesar del sufrimiento y la lucha que significó sobrevivir en aquellos tiempos, el pueblo nunca se rindió, opuso resistencia y es por eso que en 1945 recibió el nombre de Ciudad Heroica.

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