La fecha quedó grabada a sangre en el calendario petrolero: 23 de Julio de 1982. Ese día, un incendio destruyó la operatividad de la destilería de Astrasur y Comodoro dejó de elaborar nafta común, aguarrás, kerosene, gasoil y fueloil. 

Pasaron 21 años de aquel invierno, y hoy, en tiempos que las inversiones miran para Vaca Muerta, muchos se preguntan qué importante hubiese sido que Comodoro tenga su propia destilería donde pueda procesar su crudo de petróleo. 

Lo cierto es que ese sueño es solo un gran recuerdo de un lugar que dejó una huella en la industria. Hoy el presente es muy diferente y las destilerías solo forman parte de la historia petrolera de la ciudad donde hace 116 años se descubrió petróleo.

Año 1914, la primera destilería de Comodoro.
Año 1914, la primera destilería de Comodoro.

Para comprender esta historia es necesario ir al principio, en virtud que desde inicios del siglo XX Comodoro supo lo que era refinería. Los registros históricos indican que la primera destilería data de 1913, una década antes de que se creara YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales). 

Seis años antes se había encontrado petróleo en el pozo número 2, ubicado hoy donde se encuentra el Museo del Petróleo, y el gobierno nacional, detectando el potencial productivo e industrial que tenía el oro negro, decidió crear una planta elaboradora.

Era una Argentina distinta de mucha fracción a fuerza y poco motor, caminos de tierra y viajes por mar, tiempos donde aún la producción de petróleo era incipiente en el mundo.

En ese marco, surgió la primera destilería del pueblo, una pequeña planta que en su fase inicial procesaba 100 m3 de crudo. 

El libro que YPF editó al cumplir sus primeros 50 años de historia, indica que el crudo era destinado a la elaboración de “subproductos livianos para consumir en el yacimiento” y “fueloil de bajo punto de inflamación para unidades de la Armada Argentina”.

Pero su resultado fue tan positivo que un año después se amplió la destilería y alcanzó una capacidad de 350 m3. El 6 de mayo de 1914 se efectuó la primera prueba de las instalaciones ampliadas, siendo el paso previo para el inicio de las operaciones en julio del mismo año, cuando bajo la dirección de Leopoldo Sarta comenzó la elaboración de nafta, kerosene y fueloil.

En esa época, la Dirección General era la única empresa de la zona. Tenía 137 pozos en producción en todo el país y 130 estaban en Comodoro Rivadavia, el resto en Plaza Huincul. La producción era tan grande que en 1918 la producción estatal, de 197.578 m3, cubrió el 83,7% del consumo nacional y solo la destilería de Comodoro Rivadavia elaboró 834.789 litros de subproductos.

Tres años después, la planta marcó un hito que hoy casi pasa desapercibido: la pequeña destilería comenzó a elaborar aeronaftas de excelentes cualidades, para los tipos de motores que por entonces se usaban y que eran de baja compresión. 

Es importante destacar que los primeros surtidores de combustibles, instalados en tres en las esquinas capitalinas de Cabildo y Congreso, Av. Saenz y Av. Roca y Bartolomé Mitre y Rosales, fueron abastecidos con productos elaborados en Comodoro Rivadavia. 

Sin embargo, pese a su buen desarrollo la destilería poco a poco pasó a un segundo plano en la empresa estatal a partir de la inauguración de otras refinerías en otros puntos del país. Para dimensionarlo, basta decir que para 1960 YPF contaba con seis refinerías: Plaza Huincul, Luján de Cuyo, Campo Durán, La Plata, Dock Sud y San Lorenzo.

Así era la destilería de Astra Sur.
Así era la destilería de Astra Sur.

Por ese entonces, en el pueblo ya funcionaba una segunda destilería de capitales privados. Esta estaba ubicada en Kilómetro 8 y había sido construida por la Compañía Ferrocarrilera de Petróleo en la década del 20, poco tiempo después que ComFerPet inició sus actividades en lo que hoy se conoce como Kilómetro 8.

La planta procesaba 1300 metros cúbicos de petróleo crudo de Manantiales Rosales y de la zona central ferrocarrilera, zona central YPF y Escalante YPF. Y según indica el libro “Memorias de barrio Don Bosco y Petroquímica”, de Alberto Muñoz, también comercializaba combustibles: latas de 10 o 15 litros, eran otros tiempos.

Lo cierto es que esta fue la destilería que más tiempo duró en Comodoro Rivadavia.

A lo largo de su historia esta planta sufrió el proceso de cambio de capitales que tuvo la empresa madre. En 1946, cuando el gobierno de Juan Domingo Perón decidió estatizar los ferrocarriles, ConFerPet fue incorporada a la Dirección Nacional de Industrias del Estado y fue administrada por el gobierno nacional. Ese proceso se extendió hasta 1978, cuando fue privatizada, pero en ese entonces la destilería ya había cambiado de dueños.

En 1970 las instalaciones fueron vendidas a Astrasur y continuó en manos de capitales privados hasta ese fatídico 23 de julio de 1982, cuando el incendio destruyó parte de sus instalaciones, cobrándose la vida de un operario.

Un artículo de 1984, publicado por El Patagónico y recuperado por el sitio Mil Patagonias el último año, cuenta que la intención de la empresa en un principio fue reactivar la destilería. Sin embargo, la inversión rondaba los 4 millones de dólares y todo quedó en la nada. Así, tres años después, la planta fue desguazada y sus restos vendidos como chatarra. 

De esta forma, pasó a la historia la última destilería que tuvo Comodoro Rivadavia, un pedido que desde entonces sonó fuerte en distintos momentos de la comunidad, pero que nunca terminó de concretarse en esta tierra que le dio tanto recursos y tanta industria al país.

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