La otra cara de Neuquén: en pocos meses aumentó la cantidad de gente que vive en la calle y aseguran que hay más de 300
Donde antes había una o dos personas, hoy existen cuatro. Duermen a la intemperie, abajo de las parrillas de balnearios públicos, debajo del puente o en carpas. Hay familias completas, embarazadas y niños. En pleno auge del desarrollo y las expectativas de crecimiento por las inversiones petroleras en Neuquén, la ciudad capital atraviesa uno de los momentos más duros en la calle, la cantidad de gente que hoy no tiene un techo se triplicó en pocos meses. “Es una catástrofe”, admitieron desde una ONG y aseguran que no saben cómo hacer para distribuir viandas por la noche y dar asistencia.
Los primeros fríos y lluvias del otoño ponen en evidencia la difícil situación que se vive en las calles de la ciudad de Neuquén, donde ha crecido exponencialmente el numero de personas que no tienen un techo. “Tenemos un sondeo aproximado que hicimos en una última salida en la segunda quincena de marzo pero este número ha crecido. Antes preparábamos las viandas, las llevábamos sistemáticamente dos o tres días en la semana y no sabemos si estamos en condiciones de poder hacerlo o no. Pensando fundamentalmente en qué recursos tenemos y cuántos somos los que vamos a poder sostener esto en el tiempo”, lamentó.
Según los datos relevados por Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), en el cierre del año 2023, solamente Neuquén capital tuvo al menos 100 personas que vivían en situación de calle. “Tuvimos que llegar a solicitar 100 asistencias por haber encontrado personas con hipotermia”, reconoció en diálogo con ADNSUR, Rubén Lezcano, integrante de la Red Solidaria Neuquén. “Habíamos referenciado cerca de 128 personas, pero lo que hemos visto en las últimas salidas es que donde antes había una persona hoy hay tres o cuatro, haciendo una proyección suponemos que hay alrededor entre 300 y 400 personas en la calle, siendo poco generosos con los números”.
“Actualmente se asiste a personas pero esporádicamente, no es un trabajo sistemático armado como lo hacíamos durante todos los inviernos, dependemos de algunas viandas que nos donen, si las tenemos salimos, sino no”, afirmó.
“Es una catástrofe”, resumió Alberto Cámpora, otro referente de la ONG en Neuquén, quien dijo que ya no hay estructura para distribuir viandas por la noche, y hacer recorridos. “La situación alimentaria es complicada y nos preocupa. Intentamos colaborar con algún elemento, una silla de ruedas o ropa, pero hoy está concentrada en el alimento. Lo que nos preocupa es cómo vamos a seguir nosotros como voluntariado, porque los recursos están cada vez más difíciles de conseguir y además este problema de la situación de calle se ha extendido a otros lugares".
Hay identificada una familia completa durmiendo en una carpa cerca de un museo en pleno centro de la ciudad, también hay personas debajo del puente cercano a Prefectura Naval donde hay 7 personas, entre ellas una embarazada con dos criaturas y hasta una mujer mayor. “Son algunas situaciones que vimos y nos sorprendieron, porque hay también gente pasando la noche debajo de las parrillas (del balneario municipal)", agrega Lezcano. La terminal también comenzó a ser de nuevo un lugar de pernocte, hay otra zona donde hay “casi un hotel, es impresionante porque los chicos todos van a dormir a ese lugar, la mayoría son gente joven”.
“Cada vez que llevamos la comida charlamos con ellos, nos cuentan su historia, la mayoría son de Neuquén, pero este año nos encontramos con gente que ha venido con esta idea de Vaca Muerta que absorbía mucha gente, pero no era así, la vaca está muerta”, afirmó. Muchas familias llegan sin planificación, están un tiempo hasta que se le agota el dinero para el alquiler o un hostel y terminaron en la calle. “Y en algunos casos comienza una situación de deterioro que llevan al consumo de drogas y después es muy difícil que alguien los tome para trabajar”.
“NO HAY ESPACIOS DONDE PUEDAN COBIJARLOS”
La situación se torna aún más complicada, ya que los pocos refugios que hay en la ciudad tienen su capacidad completa, y muchas personas quedan excluidas porque tienen como requisito que no estén en condición de consumo, y lamentablemente es la condición en la que se encuentran muchas personas que viven en la calle. “Existe una iglesia donde hay un dispositivo de la provincia, que se encargan de recibir a gente en situación de calle, y el refugio Cura Brochero. son espacios donde le dan cobijo, se trata de un total de 80 plazas en total, sumando al máximo estos espacios”.
“Nos preocupa que no hay espacio donde puedan quedarse, desde el estado no hay nada, pueden recibir algún tipo de ayuda económica pero no se si lo cobran de manera mensual. Nosotros decidimos ver cómo trabajamos con esto porque no tenemos un horizonte hoy, estamos viendo que no aparecen opciones y estamos entre la espada y la pared, sin recursos. Y cuando llegue el invierno la situación se complicará más”, alertó..
Lezcano afirmó que la solución sería desarrollar políticas públicas “lo ideal seria un espacio grande con camas cocina, baños y habilitarlo para que la gente pueda ir a dormir, comenzar su tratamiento y proceso de salir de ese espacio, humanizarse y pensar en una posibilidad de integrarse sanamente en la sociedad”.
EL DURO DESAFÍO DE SER SOLIDARIO
RED SOLIDARIA comenzó su trabajo cerca del 2006 aproximadamente. Albero Cámpora, Fernanda, Badano y Rubén Lezcano son los referentes que están al frente de esta ardua tareas hace varios años. Aunque aclaran que son una suma de voluntades que siempre aparece en los momentos críticos, “por lo general decimos que trabajamos en función de la tercera o cuarta ola en medio de la crisis, cuando necesitamos ver en realidad cuáles son las necesidades reales”.
Hoy el mayor desafío es poder saber si podrán contar con donaciones para repartir comida en las calles. “ Hay algunas iglesias que salían el año pasado una vez por semana y otro grupo, y desde el obispado comenzarían a trabajar en estos días. Pero nosotros necesitamos saber que vamos a poder contar con vehículos, tener en cuenta el costo del combustible, tres personas como mínimo en cada auto y recorrer toda la ciudad durante varias horas en la noche para tratar de llegar a la mayor cantidad de gente posible”.
Lezcano asegura que es realmente duro enfrentarse a la realidad que viven las personas que están en situación de calle: “Es inhumano, cuando vuelvo a mi casa lo único que siento es angustia de saber que estoy en mi cama calentito y que hay un montón de seres humanos que están en ese preciso instante sin poder recobrar el calor corporal, es angustiante para cada uno de los voluntarios, por eso es que tenemos que ver hasta donde podemos dar en esta tarea, porque es un trabajo duro pero todos los hacemos con muchísimo amor y respeto”.