"No choreen": la inesperada situación que vivió un periodista cuando cubría la salida de Cristina Fernández al balcón
El cronista de exteriores estaba trabajando con total normalidad en uno de los eventos del momento hasta que le terminó ocurriendo algo que lo dejó helado.
Un curioso e insólito episodio se vivió este viernes durante la cobertura de la salida de Cristina Fernández de Kirchner a su balcón en Recoleta. El periodista Santiago Riva Roy, movilero del programa LAM (América TV), fue víctima de un inesperado hecho en pleno móvil en vivo mientras informaba sobre la vigilia de militantes kirchneristas frente a la residencia de la ex mandataria.
Todo ocurrió cuando el cronista de exteriores se encontraba transmitiendo desde la calle y relatando cómo transcurría la jornada tras conocerse la confirmación de la condena a seis años de prisión para Cristina Kirchner por administración fraudulenta. En medio de su informe, el periodista se interrumpió a sí mismo al advertir lo que acababa de ocurrirle.
“¡Pará! ¡Y te voy a contar algo! ¡Me acaban de chorear las empanadas!”, exclamó el periodista, aún sorprendido. Del otro lado del estudio, el conductor Ángel de Brito no pudo ocultar su desconcierto: “¿Te robaron?”. “Sí, me acaban de chorear”, ratificó Riva Roy, provocando risas y asombro en el equipo del programa.
Según explicó entre risas, había dejado momentáneamente su comida sobre un auto mientras se acercaba a la multitud que aguardaba la salida de la ex mandataria. “Apoyé tres empanadas acá y mi gaseosa pero al ver que había movimiento, dije ‘¡Ahí sale Cristina!’ y me acaban de punguear las empanadas”, relató con humor.
Lejos de ocultar su indignación, el periodista apeló al público que lo rodeaba con una frase que se volvió rápidamente viral en redes sociales: “¡Devuelvan las empanadas! ¡No choreen!”. Luego, lanzó: “¿Quién tiene mis empanadas? ¿Quién me las choreó? ¡Pará que las voy a buscar!”, antes de finalizar el móvil.
El episodio se viralizó en redes sociales y provocó una oleada de comentarios, entre el humor y la crítica. Algunos usuarios tomaron el hecho como una muestra del caos que puede vivirse en una cobertura política callejera, mientras otros apuntaron con ironía al entorno militante que acompañaba la escena.
