La Patagonia se llena de domos: el boom de las construcciones de madera en Santa Cruz, Chubut y Neuquén
Con bajo impacto ambiental, estética natural y eficiencia energética, crecen en la Patagonia las construcciones de madera como opción turística. Domos, cabañas, bungalows y tiny houses transforman el paisaje en Santa Cruz, Chubut y Neuquén, atrayendo a inversores y viajeros que priorizan la conexión con la naturaleza.
El turismo sustentable ya no es una tendencia emergente: es una realidad que se afianza en los principales destinos turísticos de la Patagonia argentina. En provincias como Santa Cruz, Chubut y Neuquén, se multiplican las iniciativas que combinan arquitectura ecológica, integración paisajística y confort. En este contexto, las construcciones de madera —como domos geodésicos, cabañas, bungalows y estructuras modulares— ganan protagonismo como alternativa eficiente y atractiva para alojamientos turísticos.
Este fenómeno responde a una combinación de factores: desde el crecimiento del glamping y la demanda de experiencias al aire libre, hasta la necesidad de soluciones habitacionales más rápidas, sustentables y económicas. Según la Cámara de la Madera (CADAMDA), el modelo se expande con fuerza gracias a su costo competitivo, su rápida ejecución y su alto valor estético y ambiental.
Patagonia en el centro del mapa turístico sustentable
Regiones como El Chaltén y Los Antiguos (Santa Cruz), Rada Tilly, Lago Puelo, Trevelin y Esquel (Chubut), y Villa La Angostura, San Martín de los Andes y el norte neuquino se posicionan como polos de desarrollo para este tipo de infraestructuras. El entorno natural, la normativa favorable en algunas zonas y la creciente conciencia ambiental son factores clave.
Los domos geodésicos, con su forma semiesférica y estructura liviana pero resistente, se consolidan como uno de los formatos más elegidos. Se destacan por su eficiencia térmica, bajo consumo energético y fuerte impacto visual, ideal para glampings, centros de retiro, experiencias espirituales o simplemente alojamiento alternativo en plena naturaleza.
Costos accesibles y velocidad constructiva
Construir un domo básico en Argentina ronda los u$s400 por metro cuadrado, mientras que versiones equipadas (con baño, aislación, calefacción, deck y mobiliario) alcanzan los u$s800 por m². Una unidad de 30 m² lista para operar puede costar entre u$s15.000 y u$s21.000, según terminaciones.
En el caso de las cabañas de madera, más tradicionales pero altamente personalizables, el costo varía entre u$s800 y u$s1.500 por m². Una cabaña equipada de 50 m² ronda los u$s40.000 a u$s70.000 llave en mano. Las tiny houses o casas modulares, muy usadas en entornos premium, oscilan entre u$s1.000 y u$s1.300 por m² y suelen entregarse sobre trailers.
Los tiempos de ejecución también juegan a favor: un domo puede instalarse en una semana, mientras que las cabañas prefabricadas tardan entre 45 y 90 días. Las casas modulares construidas en taller pueden estar listas en menos de 60 días, incluyendo montaje y traslado.
Madera local y sustentabilidad
En estas construcciones se utilizan maderas adaptadas al clima patagónico, como pino ponderosa, eucalipto grandis, álamo y otras salicáceas, muchas de ellas cultivadas en bosques locales o regionales. También se integran revestimientos de maderas nativas como lenga o ciprés, que aportan calidez visual y durabilidad.
La madera es un material renovable, almacena carbono y su uso reduce la huella ambiental frente a materiales tradicionales como el cemento o el acero. Con tratamientos adecuados, ofrece gran resistencia al fuego, a la humedad y a los cambios térmicos, lo que la convierte en una opción segura y eficiente para todo tipo de climas.
Diversidad de formatos
- Domos geodésicos: ideales para climas extremos, se adaptan a terrenos irregulares y permiten una distribución térmica óptima. Se usan en glamping, turismo de bienestar y como espacios multiuso.
- Tipis: inspirados en viviendas indígenas, son livianos, fáciles de armar y con fuerte atractivo estético, especialmente para familias y experiencias lúdicas.
- Cabañas: versátiles y duraderas, permiten diseños personalizados y pueden superar los 100 años con mantenimiento adecuado.
- Bungalows: compactos y funcionales, son ideales para terrenos turísticos pequeños en zonas de montaña, lago o costa.
Perspectiva a futuro
La madera industrializada, junto con la producción de pellets como fuente de energía renovable, impulsa un círculo virtuoso que fortalece economías regionales, promueve el empleo local y contribuye al desarrollo de una industria sustentable.
Países como Canadá, Japón o Nueva Zelanda ya han adoptado políticas públicas que fomentan la construcción en madera. En la Argentina, la conjunción de recursos forestales, destinos turísticos de alta calidad y una demanda que valora la conexión con la naturaleza, abre una oportunidad estratégica para consolidar este modelo.
“Quien elige construir en madera ya no lo hace solo por estética, sino porque entiende que es un activo eficiente, sustentable y alineado con las nuevas demandas globales”, afirma Daniel Vier, presidente de CADAMDA.
La Patagonia, con su belleza natural imponente, sus regulaciones cada vez más abiertas y su capacidad de atraer a un turismo consciente, se posiciona como epicentro de una transformación que llegó para quedarse.
