Espacios con alma en la Patagonia: del bar fundado por un francés al refugio del Che Guevara
Desde una chocolatería que fue bar de época hasta un museo que alojó al Che Guevara, este rincón de la Patagonia argentina guarda historias increíbles entre construcciones de piedra, madera y recuerdos centenarios.
San Martín de los Andes no solo es uno de los destinos más buscados del sur argentino por su cercanía con el lago Lácar y el acceso al Parque Nacional Lanín, sino que también se revela como una cápsula del tiempo, donde el patrimonio arquitectónico y cultural forma parte viva del recorrido turístico. Un pueblo fundado en 1898 que creció entre bosques, montañas y materiales nobles, y que hoy conserva con orgullo las huellas de quienes lo forjaron.
El casco histórico de esta ciudad patagónica, abrazado por paisajes de postal, está atravesado por un circuito patrimonial que pone en valor sus hitos culturales: edificios, viviendas, antiguos hoteles y galpones que en su mayoría fueron reciclados, restaurados o resignificados, pero sin perder su esencia. Muchos de estos lugares hoy son parte de un mapa cultural que invita a turistas y locales a redescubrir las raíces de San Martín de los Andes.
Del altar al escenario: el Teatro San José
Uno de los íconos del patrimonio local es el actual Teatro Municipal, que en sus inicios fue la primera parroquia del pueblo. Construido en 1923 en madera de raulí, celebró su centenario regalando a los vecinos listones originales del edificio como recuerdo. Desde la década del '80 funciona como teatro y ha sido declarado Patrimonio Histórico Provincial. Su restauración respetó la estructura original, renovando tirantes y reforzando su valor simbólico como espacio cultural.
El ex Hotel Lácar, testigo de una época dorada
En la esquina de Av. San Martín y Elordi se alza otro emblema: el ex Hotel Lácar, inaugurado en 1910 por Timoteo Ponce, uno de los pioneros que llegó desde el sur de Chile. Fue el primer hotel del pueblo, con 40 habitaciones iluminadas naturalmente gracias a lucarnas. Allí se celebraban casamientos, fiestas patrias y se proyectaban las primeras películas. Funcionó hasta 1986, y hoy sus instalaciones albergan un paseo comercial y el restaurante Doña Quela, que conserva vajilla original, fotos antiguas y hasta una araucaria centenaria en su patio.
El bar francés que devino chocolatería
Una parada imperdible es Mamusia, la clásica chocolatería del centro cívico. Sin embargo, pocos saben que el edificio fue en los años ‘30 el Bar Lerín, fundado por el industrial francés Francisco Lerín. Fue el primer edificio de ladrillos del pueblo y ofrecía tragos servidos desde barriles, hospedaje para trabajadores y entretenimiento: desde metegol y ping-pong hasta bochas. Los parroquianos ataban sus caballos afuera mientras compartían una copa con los vecinos del cercano Club Parque Lanín.
La Pastera: el museo donde durmió el Che
Otra joya patrimonial cargada de historia es La Pastera, hoy un museo dedicado a Ernesto "Che" Guevara. El edificio fue originalmente un galpón donde los guardaparques del Parque Nacional Lanín almacenaban pasto para los caballos. Allí, en enero de 1952, el Che y su amigo Alberto Granado pasaron una semana en su viaje por Sudamérica, a bordo de la famosa moto Norton 500. Hoy funciona como museo abierto todo el año, con paneles interactivos, materiales multimedia y una réplica del diario de viaje del Che.
La ex intendencia del Parque Nacional Lanín
Entre los edificios con más peso simbólico está también la ex intendencia del Parque Nacional Lanín, construida entre 1946 y 1947 por Fortunato Bottini, discípulo de Alejandro Bustillo. Su arquitectura de piedra y madera fue concebida para dialogar con el paisaje. Declarado Monumento Histórico Nacional, hoy es Museo y Centro de Visitantes del parque, y conserva tejuelas originales de alerce y columnas de ciprés, además de puertas internas de raulí recuperadas durante la restauración.
Un museo para honrar a los primeros pobladores
El Museo de los Primeros Pobladores, otro de los espacios incluidos en el circuito, rinde homenaje a las familias pioneras que llegaron desde Chile y distintas provincias argentinas a principios del siglo XX. Documentos, objetos y fotografías dan cuenta de una vida marcada por la lucha, el arraigo y la convivencia con un entorno natural desafiante pero generoso.
Un mapa ilustrado para explorar
Todo este relevamiento patrimonial, que abarca 134 sitios históricos, fue plasmado en un material gráfico elaborado por el Taller de Croquiseros Urbanos y la secretaría de Cultura local. De ahí se seleccionaron 40 conjuntos arquitectónicos clave, divididos por zonas: desde la costanera del lago hasta la calle Rivadavia, desde Belgrano a Cuesta de los Andes, y desde Mariano Moreno hasta Capitán Drury. Los folletos ilustrados se reparten gratuitamente en museos, recorridos guiados y las oficinas de turismo.
La propuesta no es solo turística. Es también educativa y profundamente identitaria. Así lo expresó Tomás Vaccaro en el simposio ICOMOS 2024 en Brasil, donde presentó el caso de San Martín de los Andes como ejemplo de “participación comunitaria en la conservación del patrimonio”. Un reconocimiento internacional a una ciudad que entiende que sin historia no hay cultura, y sin cultura no hay futuro.
