Malcom MacDonald tiene 47 años. En 2014 los médicos debieron amputarle el pene después de que una infección en la sangre lo deterioró, aunque sus testículos permanecieron intactos.

Esta situación hizo mella en la vida del hombre, que se convirtió en alcohólico. Sin embargo, en 2015, los médicos revelaron que podía injertarse un nuevo pene usando la piel de su brazo. Pero la falta de oxígeno en su sangre durante la cirugía provocó que los médicos deban suspender el procedimiento antes de culminar todas las etapas, por lo que  que habían armado en su brazo no pudo ser retirado y colocado en el lugar correcto.

Así, MacDonald debía convivir con un pene colgando libremente de su brazo por algún tiempo, hasta que pudieran concluir la cirugía. Pero diversos motivos estiraron esa espera durante seis años.

Los retrasos en el hospital y la pandemia de covid significaron que el apéndice permaneció allí durante seis años, lo que hizo que su vida fuera una miseria. No podía usar camisas de manga corta en público y no podía ir a nadar con sus dos hijos por temor a la vergüenza.

Finalmente todo volvió a su lugar tras una operación de nueve horas.

Vivió 6 años con el pene en su brazo y finalmente pudieron implantárselo en el lugar correcto

CÓMO COMENZÓ LA ENFERMEDAD QUE PROVOCÓ QUE SE LE CAIGA EL PENE

Su calvario comenzó en 2014 cuando una infección prolongada en el perineo, entre el escroto y el ano, se convirtió en sepsis, lo que oscureció los dedos de las manos y los pies y el pene.

Cuando alguien tiene sepsis, una infección sanguínea grave, la sangre comienza a coagularse y evita que los nutrientes vitales y el oxígeno lleguen a las partes más alejadas del cuerpo.

El Sr. MacDonald dijo que arrojó su pene a la basura, y los médicos originalmente le dijeron que solo podían enrollar el muñón restante. Durante los siguientes dos años no salió de su casa y se volvió alcohólico. 

Pero su médico de cabecera lo entregó al profesor David Ralph, un experto en construcción de falos en el University College Hospital de Londres casi dos años después. El profesor Ralph reveló que podía injertarse un nuevo pene, y él podía elegir el tamaño. El Sr. MacDonald solicitó que fuera de seis pulgadas (15 cm), que era dos pulgadas (5 cm) más largo que antes.

Los médicos tomaron un colgajo de piel de su brazo izquierdo y lo enrollaron para formar un pene improvisado. Se eligió el brazo porque tiene calidad de piel y sensación, dijeron los médicos. También crearon una uretra dentro de la piel.

Pero durante una operación para colocarlo entre sus piernas, tuvo que ser pegado a su brazo debido a la falta de oxígeno en su sangre, tenía que estar conectado a los vasos sanguíneos de sus brazos para mantener saludable el tejido del pene.

La cirugía final se fue posponiendo y tuvo que pasar 6 años con el pene en el brazo.

Ahora, el Sr. MacDonald podrá tener relaciones sexuales ya que los médicos instalaron dos tubos que le permiten inflar el pene con una bomba manual para lograr una erección "mecánica, y también podrá orinar.

Con información de Daily Mail

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