VILLA LA ANGOSTURA (ADNSUR) - Una enorme pared de piedra de 3.000 toneladas permanece erguida, pero todavía inestable junto a la ruta 40 a escasos metros de donde se produjo el derrumbe del 23 de julio de 2.000 toneladas de rocas que dejó aislada villa La Angostura en plena temporada alta de invierno.

Los expertos de San Juan contratados por Vialidad Nacional no pudieron volcar la formación incluso recurriendo a modernos equipos consistentes en gatos hidráulicos. Derribar este “árbol” pétreo se ha convertido ya en un desafío técnico histórico para los operarios. Los escaladores abocados a las tareas ponen en riesgo sus propias vidas cada vez que suben por la ladera debido al continuo deslizamiento de piedras y rocas desde las alturas.

La posibilidad de hacer explotar el sector fue descartada porque “fragilizaría el corazón de la montaña”, explicaron a Clarín los ingenieros y funcionarios del área. Además justo por debajo pasa el gasoducto que alimenta la villa.

Este gigantesco filón se encuentra separado del resto de la montaña por una grieta que en su punto más ancho tendría más de 2 metros. Su precipitación parece inminente; sin embargo, el coloso no termina de caer. Frente a esta realidad, no es factible iniciar los trabajos de definitivos de despeje.

Un grupo de escaladores expertos en este tipo de superficies intentó en un primer momento volcar la pared mediante el uso de gatos hidráulicos. El enorme peso de las rocas y su fijación a la superficie impidió mover el cuerpo rocoso como se pretendía. Los especialistas optaron por continuar el proceso aunque empujando hacia la ruta bloques más pequeños manualmente.

Desde el pie del sector montañoso se observa una colosal piedra puntiaguda, segmentada del resto de la montaña por una grieta considerable y cuya base se prolonga hacia el material que quedó del derrumbe pasado.

Los escaladores parados junto al punto crítico se vuelven minúsculos al lado de la roca. Numerosas máquinas viales y operarios comienzan a despejar puntos muy específicos de la calzada con suma precaución para no ser alcanzados por la caída de una roca. El espacio cubierto por las toneladas de piedras continúa obstaculizando la ruta.

“Durante los últimos tres días los trabajos se centraron en la estabilización y remoción de los bloques inestables de la ladera de Brazo Huemul. Luego de que la implementación de martillos hidráulicos resultara infructuosa para el retiro definitivo del bloque de rocas más importante, Vialidad Nacional se encuentra evaluando métodos de remoción alternativos para los bloques de mayor riesgo y volumen”, explica.

“En paralelo, y para dar continuidad a las obras de emergencia, los escaladores de la empresa Paramassi Andina estuvieron abocados íntegramente a la remoción de los bloques de rocas más pequeños, proceso que realizaron uno por uno de manera manual”, agregaron.

El 23 de julio pasado se derrumbaron sobre la ruta 40 unas 2.000 toneladas de material. Especialistas de Vialidad Nacional detectaron los movimientos del sector y los crujidos de manera que suspendieron el tráfico a pesar de las numerosas protestas de los automovilistas. Alrededor de las 14.30 la montaña se vino abajo.

La ruta 40 es la principal vía de conexión de villa La Angostura. Y como además la ruta de los Siete Lagos mantiene el tránsito condicional, debido al duro clima de la temporada, el pueblo quedó totalmente aislado en diversos momentos del mes afectando de lleno la temporada invernal.

Se estima que la villa perdió más de 50% de sus reservas. Por día la localidad puede albergar unas 4500 personas que gastan un promedio de 5.200 pesos. En la actualidad el municipio implementó el servicio de catamaranes que trasladan a los turistas y población de manera gratuita desde el Brazo Huemul, zona del derrumbe, hasta la villa. El viaje tiene una duración de unas 1,30 aproximadamente.

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