Un taxista rionegrino estuvo 115 días internado tras contraer coronavirus cuando estaba de vacaciones. Su familia y los médicos como las enfermeras fueron un apoyo fundamental para que saliera adelante y el pasado sábado fuera dado de alto.

Raúl Barría, un taxista de 62 años, comenzó el 4 de marzo con síntomas de coronavirus.  Ocurrió cuando encontraba regresando a Bariloche tras vacacionar con su esposa en Las Grutas. Con fiebre, logró conducir el trayecto entre ambas localidades y llegar así a su casa. La confirmación llegó con el hisopado positivo, su cuadro febril continuaba y su esposa decidió trasladarlo a la guardia de una clínica local.

“Los estudios dieron cuenta de que tenía una neumonía bilateral ya declarada. Pero el panorama hasta ahí era favorable. Lo internaron en una habitación común con bigotera y a los pocos días, se descompensó por falta de oxígeno”, detalló Bárbara Barría, su hija al Diario de Río Negro. Su cuadro se agravó y el hombre debió ser trasladado a la terapia intensiva donde permaneció 45 días, durante ese tiempo su madre murió tras contraer coronavirus.

Bárbara recuerda que cuando ya dio negativo los dejaron ingresar junto a su hermano para ver a su padre.  “El panorama no era nada bueno. Los médicos nos decían que lo disfrutemos y que tratemos de estar a su lado. Mi papá pesaba 160 kilos y la gordura era una contra. Pero el gordo le puso garra”, manifestó al Diario Río Negro.

Raúl estuvo internado 115 días por coronavirus. Foto: Diario de Río Negro
Raúl estuvo internado 115 días por coronavirus. Foto: Diario de Río Negro

Raúl logró pasar a la terapia “no Covid” donde permaneció otros 45 días.  “Ahí se fue destetando de los oxígenos. El primero fue una mascarilla que respiraba por él porque sus pulmones habían dejado de funcionar. Después pasó a usar una mascarilla y hace 20 días, probaron una vez con la bigotera debajo de la nariz”,  contó.

Fue trasladado a una habitación común por su avance y finalmente, el sábado pasado - tras 115 días de internación - fue dado de alta y regresó a su hogar.

Raúl junto a su hija Bárbara. Foto: Diario de Río Negro
Raúl junto a su hija Bárbara. Foto: Diario de Río Negro

“Había enfermeras que lo afeitaban, le ponían crema o le cortaban el pelo. Un día, una me dijo: ‘Hoy tu papá tuvo un día de spa´. Eso es impagable. Por eso, mi papa salió adelante. Por ellos y por nosotros”, manifestó sobre los cuidados que recibió su padre que nunca estuvo intubado por su sobrepeso porque “no lo hubiera tolerado”.

La familia del taxista considera que su recuperación fue un  milagro y recuerdan que “los médicos y enfermeros le decían: ‘Raúl, te están dando una segunda oportunidad´”.

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