El fenómeno no es nuevo para los meses de calor, pero se agrava al registrarse en plena temporada invernal. La superficie del lago se encuentra hoy a sólo 10 centímetros por sobre el nivel de la toma del primer acueducto, cuando en esta época debería haber entre 50 y 80 centímetros de diferencia.

El problema que ha anticipado ADNSUR en un informe exclusivo el último fin de semana parece anticiparse en el tiempo. Es que el bajo nivel del lago Musters no sólo se proyecta para el próximo verano, sino que hasta hace algunas semanas, el nivel de superficie de agua estuvo por debajo de una de las tomas principales del sistema Acueducto, según los registros oficiales de la SCPL.

El nivel mínimo de operación de la toma de agua del acueducto viejo es de 269 metros con 67 centímetros, contando la superficie del lago por sobre el nivel del mar. A mitad de junio, ese registro oficial se ubicaba 17 centímetros por debajo de la toma de agua, que representa casi la mitad del caudal transportado.

El problema no llegó a reflejarse en la vida cotidiana por el menor consumo de agua en las ciudades, durante la época invernal.

En el último mes hubo un lento recupero, para quedar apenas 10 centímetros por encima de la bomba, pero se mantiene por debajo de los parámetros que deberían registrarse en esta época del año. La temporada de sequía en la zona cordillerana es parte de la explicación de un fenómeno, que se vincula además al cambio climático global y a la necesidad de organizar los usos y consumos de agua.

Pedido a Servicios Públicos por obras paliativas

Según pudo corroborar esta agencia, el viernes último hubo una reunión entre funcionarios provinciales y directivos de la Sociedad Cooperativa de Comodoro Rivadavia. El encuentro fue con funcionarios del Ministerio de Infraestructura y el Instituto Provincial del agua, para evaluar la magnitud del problema.

El titular del organismo que regula el uso del agua, Nicolás Cittadini, confirmó que está preparada la normativa para declarar la emergencia hídrica, lo que restringirá los usos de riego en zonas rurales. Por otra parte, ante el ministro Gustavo Aguilera se reiteró la necesidad de un viejo proyecto, que se vincula al corrimiento de la bomba, hacia un sector de mayor profundidad del lago.

El proyecto ya fue evaluado sobre el final del verano de 2017, cuando entre marzo y abril el nivel del Musters también se redujo por debajo del nivel mínimo de funcionamiento del acueducto. Entonces, como ahora, el problema fue el costo de la obra, que a valores actualizados insumiría alrededor de 250 millones de pesos, según trascendió de fuentes cercanas a ese encuentro.

Además del precio elevado para las cuentas siempre estrechas de la provincia, el problema es de tiempo: la obra ya no alcanzaría a terminarse antes del verano.

La otra opción es el alquiler de bombas electro sumergibles, para llevar agua hacia la boca del acueducto aun cuando ésta haya quedado por sobre el nivel de superficie del lago Musters. En este caso, el costo rondaría los 12 millones de pesos.

De este modo se evitaría un agravamiento de un inconveniente crónico. La falta de agua en los veranos se registra porque el caudal actual, de alrededor de 4.800 metros cúbicos por hora transportados cuando funcionan los dos acueductos (el “viejo”, de 1966; y el “nuevo”, de 1999).

Con todo el sistema funcionando a pleno, los cortes de agua programados no se pueden evitar. Es mejor no imaginar cómo sería el verano, con el sistema funcionando a la mitad de su capacidad, lo que implicaría duplicar la falta de agua en la región.

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