Agustina tiene 26 años, es profesora de Educación Física y desde hace un año vive en Australia. Trabajó como mucama en una isla paradisíaca, repartió comida en bicicleta como Uber por Bondi Beach y con lo que ahorró se fue de vacaciones a Bali. Agustina Fernández Dimópulos cuenta a ADNSUR, cómo se vive al otro lado del planeta, qué extraña, y cómo es empezar de nuevo sin apuro, pero con coraje.

Mientras en Comodoro Rivadavia empieza a caer la noche de un miércoles, en Australia Agustina Fernández Dimópulos ya está tomando mate un viernes por la mañana. Coordinar la entrevista fue un juego de malabares con el reloj, pero también una imagen perfecta del nuevo ritmo de vida que Agustina adoptó cuando decidió dejar Rada Tilly y cruzar medio planeta.

“Me vine con un pasaje de ida”, dice, simple y directo. “Elegí el lugar y empecé a buscar dónde vivir, dónde trabajar... todo lo tenés que buscar vos”. Tenía 25 años, una carrera universitaria terminada y una sensación que no la dejaba en paz: “Estaba buscando una libertad, algo más. Me sentía como que quería otra cosa”.

Es profesora de Educación física y se fue de Comodoro en busca de nuevas experiencias.
Es profesora de Educación física y se fue de Comodoro en busca de nuevas experiencias.

Antes de Australia, hubo otra experiencia que marcó un antes y un después. En 2022 viajó a Estados Unidos en el marco de un Work and Travel. “Mientras estás estudiando, podés hacer ese tipo de visado, que te permite irte por cuatro meses a Estados Unidos a trabajar”, cuenta Agustina. Esa fue su primera vez viajando sola, aunque con una estructura que la contenía: “Pagás la visa, gestionás con una empresa que te da trabajo y alojamiento. Entonces no vas con tanta incertidumbre”.

La experiencia, aunque corta, fue reveladora. “Me cambió la vida. Dije: ‘Wow, qué lindo esto de viajar, trabajar en otros lados, conocer gente’. No lo viví tanto para practicar inglés ni nada, fue más por la experiencia”. A la vuelta, ya con el título en la mano, entendió que quería seguir viajando, pero esta vez de otro modo. “Como ya me había recibido, no podía repetir el Work and Travel. Así que me dije: ‘Vamos por el Work and Holiday’”. Esa decisión implicaba soltar las redes de seguridad y aventurarse en un viaje con más incertidumbre y más libertad.

Primer destino, una isla paradisíaca

Durante tres meses, Agustina vivió en Magnetic Island, un paraíso tropical de apenas 3.000 habitantes. Trabajaba en un hostel como personal de limpieza. Lejos de su profesión, el trabajo tenía algo de desafío físico y mucho de aprendizaje. “Fue una experiencia muy linda, muy loca. Vivís la vida de los locales, conocés gente que vive ahí. Era una vida de vacaciones. Trabajaba a la mañana y después me iba a la playa”, cuenta.

La postal suena idílica, pero también estaba llena de esfuerzo. “Te das cuenta de lo que es el cuerpo y la salud para ese tipo de trabajo. Lavás platos y ollas durante cinco o seis horas. Limpiar, subir todo a una carretilla, mopa, sábanas... Es un trabajo corporal tremendo”.

Trabajó en una isla como mucama y logró ahorrar para unas vacaciones soñadas
Trabajó en una isla como mucama y logró ahorrar para unas vacaciones soñadas

Agustina se refiere a los prejuicios que muchas veces existen. “Es como decir: ‘Buah, se fue a Australia a limpiar platos, hacer camas, levantar vasos’. Y sí, bueno. Pero uno también viene por la experiencia. Para mí fue un acto de libertad, de buscar un camino sin apuros”.

De la isla a la ciudad

En diciembre de 2024 sintió que era momento de cambiar otra vez. Se mudó a Sídney, donde vive en la zona de Bondi Beach, una de las playas urbanas más icónicas del mundo. Allí trabaja en un hotel, estudia, entrena y sigue explorando caminos. Incluso pasó un mes repartiendo comida en bicicleta para ahorrar y regalarse un cumpleaños inolvidable.

“No quería pasar mi cumpleaños en Sídney con mi rutina. Así que dije: hago bici como Uber, reparto unos pedidos, conozco la ciudad... y en febrero me fui a Bali diez días. Estas cosas no las podés hacer en Argentina”, dice sin vueltas.

Trabajar como Uber fue también una forma de conectar con el lugar. “Estás con la bicicleta entre tres y cuatro horas recorriendo Bondi y los alrededores. Empezás a conocer los barrios”, cuenta.

La vida de Agustina en Australia
La vida de Agustina en Australia

Durante la charla por streaming, Agustina se toma unos mates. Aunque su realidad esté a más de 13.000 kilómetros, ese gesto la conecta con su origen. Cuenta que en Australia hay negocios con sectores dedicados a productos argentinos. “Tenés dulce de leche, Chocolinas, alfajores Havanna y yerba. O comprás online, pero un paquete de yerba cuesta como 14 mil pesos argentinos”.

Una nueva vida con fecha abierta

La visa que obtuvo le permite quedarse en Australia hasta agosto de 2026. Para renovar su estadía por tres años debe hacer una extensión de seis meses, un requisito del país para los extranjeros que quieren seguir residiendo legalmente.

Agustina y su familia, a quienes extraña y con quienes desea re encontrarse
Agustina y su familia, a quienes extraña y con quienes desea re encontrarse

Agustina aún no tiene certezas sobre su futuro, pero tampoco le hacen falta. Hoy está viviendo esa libertad que tanto deseaba. “La verdad que no sé qué es lo que me espera. Yo intento estar con lo que me hace bien y, de a poquito, van apareciendo opciones. Que la vida me lleve a donde me tenga que llevar”.

ADNSUR está certificado por CMD Certification para la norma CWA 17493 de JTI, octubre 2024-2026. Ver más
CMD Certification
¿Querés mantenerte informado?
¡Suscribite a nuestros Newsletters!
¡Sumate acá 👇🔗!
Recibí alertas y la info más importante en tu celular

El boletín diario de noticias y la data urgente que tenés que conocer