Así como en un informe anterior relevamos que el valor del gas se multiplicaría por casi 4 veces, en lo que refiere al cargo variable de energía eléctrica se multiplicaría por 3 veces, en ambos casos en aquellos hogares que superen el umbral de ingresos, que para la región patagónica es de 420.000 pesos por mes.

👌 Aquí, tres claves para rever el impacto

1) El subsidio de CAMMESA en la ciudad. Según pudo cotejarse en la última factura que la SCPL abonó a la empresa mayorista de energía eléctrica, el subsidio total aportado por el Estado nacional a los usuarios de Comodoro y Rada Tilly ascendió a 535 millones de pesos, mientras que el costo asumido por la prestataria comodorense fue del orden de los 300 millones. Esto significa que el costo total de la compra de energía supera largamente los 800 millones de pesos, pero por el sistema vigente, el Estado nacional absorbe más de la mitad de ese costo total.

2) A quiénes alcanza la quita de subsidios. En la región patagónica, comenzarán a pagar el costo pleno de la tarifa los usuarios que residen en hogares cuyos ingresos totales superen los 420.000 pesos de ingresos netos (es decir, de bolsillo, una vez aplicados los descuentos de ley). Esa quita impactará sobre el ítem “cargo variable”, es decir sobre la cantidad de unidades de energía consumida. Actualmente, los usuarios abonan un costo cercano a los $5,20 por Kilowatts/hora consumido. Por ejemplo, si un usuario consume 290 kw/h, en el ítem cargo variable un valor del orden de los $1.500. Sin el subsidio, el costo de la unidad se elevaría hasta los $16, que es el valor rige para usuarios no residenciales (industrias y grandes superficies comerciales, etc, que no tienen subsidio en sus tarifas). De ese modo, el nuevo valor del “cargo variable”, para el usuario que pierde el subsidio, se elevaría hasta los $4.600.  

3) Qué pasa con los hogares que mantienen parte del subsidioLa segmentación dividirá los hogares en tres sectores. Los de altos ingresos, de más de 420.000 pesos mensuales, que perderán el subsidio. Ingresos medios, entre 188.000 y 420.000, que mantendrán una parte del beneficio. ¿Cómo se determinará esto? Con un tope anual, que resultará de aplicar el 80% sobre el coeficiente de variación salarial. Como el año pasado ese coeficiente fue del 53%, los hogares medios tendrían un tope del 42,4% a la hora de fijar los incrementos tarifarios anuales. En esos casos, se debería cotejar contra los incrementos aplicados en lo que va del año, lo que arrojará la diferencia que es posible aplicar en lo que resta de 2022.

Para los hogares con ingresos de menos de 188.000 pesos por mes, el límite será del 40% sobre el coeficiente de variación salarial, lo que significa un 21,2% como tope. En este caso, según se informó a nivel nacional, los aumentos ya aplicados en lo que va del año alcanzan ese tope, por lo que no debería haber nuevos aumentos, para este segmento, en lo que queda de 2022. Estos topes se aplican solamente sobre el precio de la energía mayorista, pero las distribuidoras pueden tener incrementos en otros componentes de la tarifa, como la mano de obra o el valor agregado de distribución (que mide la evolución de los insumos para el sistema).

Las dos variables se irán actualizando en forma periódica. El tope de ingresos se mide por una cantidad de 3,5 canastas básicas totales, por lo que el monto debería actualizarse de forma mensual, conforme el valor que resulte de las mediciones del INDEC.

Lo mismo ocurre con el coeficiente de variación salarial, que este año podría terminar en un valor del orden del 60%, por lo que los segmentos medio y bajo tendrían topes más altos el año próximo. Lo que quede por encima de esos límites, seguirá siendo cubierto por el Estado nacional, en carácter de subsidios.

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