Quita de aranceles a celulares y otros tecnológicos: “La baja de precios no será inmediata”, dijo el presidente de la Cámara de Comercio
El presidente de la Cámara de Comercio local, Sebastián Aguirre, analizó el impacto que podría tener en los precios la reciente decisión del gobierno nacional de comenzar a reducir los aranceles de importación sobre productos tecnológicos como celulares, notebooks, televisores, aires acondicionados e insumos electrónicos. Si bien celebró la medida, aclaró que no se verá reflejada de inmediato en los precios debido al stock adquirido bajo el esquema anterior.

“La baja de aranceles es una buena noticia, pero no tendrá un impacto automático. El stock disponible hoy fue adquirido con los aranceles vigentes, así que primero se deberá agotar esa mercadería”, explicó Aguirre, en diálogo con Actualidad 2.0.
Según detalló, la eliminación gradual de estos tributos (que en algunos casos llegan hasta el 16%) permitirá que los precios converjan a valores más más competitivos frente a los del resto de la región, donde los productos tecnológicos cuestan casi la mitad que en Argentina.
Sin embargo, Aguirre advirtió que los aranceles no son el único factor que encarece los precios en el país. “Seguimos teniendo una carga impositiva mucho más alta que en otros países. El IVA, los ingresos brutos en cascada, los fletes, todo eso sigue estando y afecta el valor final. Por eso, aunque bajen los aranceles, los precios seguirán siendo altos en comparación con nuestros vecinos”, afirmó.
Sobre un precio de 2 millones de pesos, por ejemplo, la eliminación de aranceles representaría 320.000 pesos menos, lo que significa que el nuevo precio sería de 1.680.000, para un mismo producto que en los países limítrofes seguiría en torno al millón de pesos.
La experiencia anterior y el debate sobre la concentración
Consultado sobre la experiencia similar durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando también se intentó eliminar aranceles sin lograr una baja significativa en los precios, Aguirre reconoció que la estructura del mercado argentino influye: “En ese momento, la importación estaba muy concentrada y se priorizaron márgenes antes que trasladar beneficios al consumidor”.
No obstante, sostuvo que el contexto actual es diferente. “Hoy hay más información disponible y posibilidades de importar, incluso para consumidores finales. La presión social y la transparencia de precios pueden generar un efecto que antes no se verificó”, argumentó.
Industria fueguina: entre la reconversión y el debate pendiente
En relación con el posible impacto sobre la industria tecnológica en Tierra del Fuego, Aguirre fue claro: “Es una discusión que nos excede, pero si una industria no puede funcionar sin subsidios o protección del Estado, hay que replantearse su modelo”.
Aunque evitó tomar una postura extrema, planteó que la reconversión es inevitable: “Tierra del Fuego tiene un potencial enorme en otros sectores. No podemos seguir sosteniendo estructuras obsoletas si hay alternativas más competitivas”.
Advirtió que el régimen industrial fueguino —basado en ensamblar productos importados con beneficios fiscales— es un esquema que podría replicarse en cualquier lugar del país. “En su momento tuvo una razón geopolítica. Hoy, no sé si la sigue teniendo”, opinó.
Crisis petrolera y alerta amarilla en la economía comodorense
Finalmente, Aguirre se refirió a la situación económica de Comodoro Rivadavia, que atraviesa un momento complejo por la caída en la actividad petrolera. “Estamos en luz amarilla. Esta no es la peor crisis que hemos tenido, pero sí una de las más preocupantes porque no hay señales claras de recuperación”, expresó.
Según explicó, a diferencia de otras crisis del sector, en esta oportunidad los factores son estructurales y no externos: el retiro de operadoras, la maduración de la cuenca y la decisión de priorizar inversiones en otras regiones. “Los despidos en el petróleo ya están impactando y lo vamos a sentir más fuerte cuando se terminen las indemnizaciones. Lo estamos viendo en la caída del consumo”, advirtió.
Aguirre confirmó que desde la Cámara observan una rotación constante de pequeños comercios, aunque sin una consolidación clara: “Muchos abren con capital de indemnización, pero no logran sostenerse. Hay una dinámica de reemplazo que ya está llegando a un límite”.
