RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - Un nene de dos años y medio comenzó a jugar y a saltar minutos después de cenar y se atragantó con la comida este miércoles por la noche en una casa de la ciudad de Río Gallegos. Inmediatamente, presentó dificultades para respirar. Alarmado por la situación, el padre llamó rápidamente a la Policía para pedir auxilio. En el mismo instante en el que el bebé comenzó a convulsionar producto de la asfixia, llegó un patrullero al lugar. 

Desesperados, los padres comenzaron a agitar los brazos para ser vistos por los efectivos que inmediatamente después de frenar el móvil en la puerta de la vivienda corrieron a asistir al chiquito. 

Ya no quedaba más tiempo porque el nene empeoraba y había que actuar rápidamente. Fue entonces cuando uno de los oficiales, Hernán Laureano, no lo dudó ni un segundo. Sujetó al bebé y comenzó a presionar sobre su abdomen una y otra vez para intentar que despida lo que sea que hubiera obstruido el conducto respiratorio.

Afortunadamente, ocurrió el milagro y, al cabo de un minuto, el menor vomitó la comida que había ingerido. "Empezó a recuperarse, comenzó a abrir los ojos y a respirar un poco mejor, sin dificultad", contó en exclusiva el policía héroe a La Opinión Austral.

Minuto más tarde, trasladaron a la familia al hospital Regional. Allí, tras realizarae los chequeos de rigor, le dieron el alta médica.

Laureano reveló que los padres le agradecieron y lo felicitaron por la heroica maniobra que le salvó la vida a su hijo. 

"Estaban aliviados", contó y aseguró que fue la primera vez que le tocó pasar por esta situación tan desesperante. 

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