BUENOS AIRES (ADNSUR) - Un perro discapacitado llamado Ping Pong se convirtió en un héroe en Tailandia después de que su olfato y su instinto salvasen la vida de un niño que había sido enterrado vivo por su madre, de 15 años.

El protagonista de la historia, el perro, tiene seis años de edad y solo usa tres de sus piernas por un accidente que sufrió hace unos años, cuando fue atropellado.

Su dueño, Usa Nisaika, de 41 años, aseguró a los medios que se trababa de una mascota obediente y muy buena.

Los agricultores de Ban Nong Kham, una aldea en el noroeste de Tailandia, se dieron cuenta de que Ping Pong estaba olfateando y haciendo un agujero en un terreno próximo a donde se encontraban. Lo siguiente que vieron fue las extremidades del bebé, según asegura Usa Nisaika, el dueño del can a The Guardian.

La madre, una adolescente de 15 años, cuya identidad no ha trascendido, confesó poco después haber enterrado al bebé y ha sido acusada de un delito de intento de asesinato. La menor justificó su decisión diciendo que tenía miedo de las represalias de su padre si se enteraba de su embarazo. Ahora, cuando su hijo ya está a salvo, la propia familia ha asegurado que cuidarán del niño. 

La policía explicó que estaba obligada de acusar a la joven de delito de intento de asesinato y que, de igual modo, sería interrogada por los servicios sociales del país.  

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