"Una rareza. Una historia de millones de años. Una piedra solitaria en un paraje lejano de la Patagonia árida. Un gran destino de trekking y de escalada, además de lugar atractivo para los amantes de las aves. Todo eso reúne Piedra Parada, el lugar ubicado a orillas del río Chubut y una de las maravillas menos frecuentadas de esa provincia".

Así comienza la nota de la revista Planeta Urbano que resalta el valor del lugar.

“La gran mayoría de las excursiones para pasar el día parten desde la localidad de Trevelin, en el departamento Futaleufú. El viaje es en dirección a Gualjaina, un pequeño poblado de sólo mil habitantes en el departamento Cushamen. Después de bordear el río, se llega al Área Natural Protegida Piedra Parada después de poco más de 100 kilómetros de viaje”, añadió la nota.

Piedra Parada, el "paraíso" chubutense de la escalada reconocido por los medios nacionales

“La primera pregunta que sobreviene al ver esa piedra de 100 metros de base y 240 metros de altura es su origen. La respuesta está en la geología. Se calcula que hace unos 50 millones de años un gran volcán —con sólo estar parado ahí uno puede imaginar la dimensión— hizo erupción en la zona de meseta por la que corre el río Chubut.Después de maravillarse con la piedra y el paisaje, el viajero que busca adrenalina puede optar por una gran variedad de actividades. Los amantes de la escalada deportiva tienen al lugar como una suerte de santuario natural, que permite varias posibilidades de ascenso de acuerdo a la experiencia del deportista”, continuó.

Así continúa la nota:

PIONEROS

Los primeros intrépidos fueron Damián Benegas y Pablo de la Fuente, los montañistas que realizaron el ascenso inaugural a inicios de la década del 90. A partir de ahí, el lugar fue ganando popularidad hasta convertirse en un destino de escalada. De hecho, hace diez años, se convirtió en  el escenario del Petzl RocTrip, un festival de escalada de fama mundial.

El primero de los recorridos tiene el poético nombre de Sueño Lento y el segundo se llama Big Bang. Los expertos van por el premio mayor: Un largo camino a casa. Éste último requiere la experiencia de un conocedor y un buen grado de técnica.

Los que prefieran una experiencia más plácida pueden optar por el trekking entre los murallones y el avistaje de aves en el lugar. El cisne cuello negro, la bandurria austral, el halconcito colorado y la viudita son algunos de los ejemplares que se pueden ver.

Como parte del mismo viaje y de la misma formación volcánica, el otro gran paseo es el Cañadón de la Buitrera, que tiene unos cinco kilómetros de extensión y unas 300 vías abiertas para la escalada hasta casi los 200 metros. En una visita, es común ver a escaladores de Europa y toda América Latina que llegan maravillados por el desafío que implican estas formaciones.

El paisaje, más allá de la imponente piedra, tiene todas las características de la estepa patagónica: pedregoso, con mechones de coirones ondulados por el viento y plantas enanas, que desafían al clima arduo de esta región. Una piedra. Más de 200 metros de altura. Y una historia de millones de años esperan en este rincón de Chubut, que siempre tiene una gema para ofrecer.

Más info: Ente Mixto de Turismo de Trevelin (www.trevelin.tur.ar). En general, las excursiones suelen salir a las 8.30 de la mañana, con regreso alrededor de las 19.

¿Querés mantenerte informado?
¡Suscribite a nuestros Newsletters!
¡Sumate acá 👇🔗!
Recibí alertas y la info más importante en tu celular

El boletín diario de noticias y la data urgente que tenés que conocer