Una reciente decisión adoptada por la Secretaría de Pesca de Chubut dejó sin efecto una resolución del año pasado, por la que se “blanqueaba” algo que viene ocurriendo en los hechos desde hace algunos años: la autorización por la que la ‘flota artesanal’ podía pescar hasta 600 cajones de langostino, por lo que al quedar sin efecto, todos deberían respetar la ley original, que no permite superar los 100 cajones diarios. Urge una nueva norma para ordenar al sector.

El complejo mundo de la pesca en Chubut parece extraño a los ojos ajenos al sector, aunque se trata de una actividad que moviliza unos 700 millones de dólares al año en exportaciones y explica alrededor de 10.000 puestos de trabajo en la provincia. 

En las últimas semanas, hubo una decisión gubernamental que podría tener fuertes consecuencias, salvo que antes de que se inicie la próxima temporada, la Legislatura de Chubut dé tratamiento a los proyectos que en los últimos años han intentado ordenar al sector, lo que evitaría un impacto altamente negativo en términos económicos y sociales, según coincidieron empresarios y funcionarios consultados para este informe.

La reducción de la cantidad de cajones de langostino por cada buque artesanal podría implicar un freno a la actividad, salvo que la nueva ley amplíe el límite de capturas permitidas.
La reducción de la cantidad de cajones de langostino por cada buque artesanal podría implicar un freno a la actividad, salvo que la nueva ley amplíe el límite de capturas permitidas.

En efecto, la Resolución 278 de la Secretaría de Pesca, emitida en agosto del año pasado, disponía que la flota artesanal realizara hasta un máximo de 588 cajones por cada marea. Esto significaba un límite frente a extracciones mayores, del orden de los 700 y 800 cajones que venían registrándose desde más de una década atrás, según admiten los propios actores.

De ese modo, la resolución implicó, durante el plazo que estuvo en vigencia, un aval legal a una práctica que venía vulnerando lo establecido por una ley específica para esa actividad (aunque vinculada la pesca artesanal de merluza, más que sobre el langostino), que limita las extracciones a sólo 100 cajones. 

Se trata de un entuerto legal que ahora se deberá resolver, ya que los usos y costumbres de los últimos años hicieron crecer las estructuras de procesamiento en tierra acordes a esa capacidad de capturas, de 6 o hasta 8 veces por encima de lo que permitía la ley original. 

¿Podría haber una lluvia de denuncias judiciales?

Semanas atrás, la resolución 278 quedó sin efecto, lo cual es entendible desde el punto de vista jurídico, ya que la misma entraba en abierta contradicción con una ley de fondo, que es la XVII-86. 

Según esa norma provincial, que regula la actividad de la flota artesanal, ninguno de estos buques podrá pescar más de 100 cajones “de peces de aletas u otras especies”. Se trata de una disposición que rige para las embarcaciones de hasta 9,90 metros de eslora (largo de la nave) y una determinada potencia.

La flota artesanal cuenta con 35 barcos, que deberán limitar sus capturas a sólo 200 cajones de langostino por marea.
La flota artesanal cuenta con 35 barcos, que deberán limitar sus capturas a sólo 200 cajones de langostino por marea.

“Lo que fue ocurriendo en los hechos es que la eslora se mantuvo, hubo modificaciones a la potencia pero también se ampliaron las bodegas, por lo que en la práctica hace años que la flota ‘artesanal’ desembarca tranquilamente más de 700 y 800 cajones”, contó a esta columna uno de los conocedores del sector pesquero. 

De este modo, la actividad se desarrolló en los últimos años muy por afuera de los límites normativos, mientras que sigue pendiente la discusión y tratamiento de una ley que incorpore esas modificaciones, ya que en los hechos la flota ‘artesanal’ adquirió más bien "un carácter semi industrial", a decir de algunos observadores.

Por lo pronto, la eliminación de la Resolución 278 implica que esta flota vuelve a quedar ‘en off side’ frente a la ley vigente, por lo que podría ser pasible de denuncias penales, o de actuaciones judiciales de oficio

Y si bien se vuelve a funcionar con la misma modalidad de ‘usos y costumbres’ que había hasta agosto del año pasado, hoy las circunstancias podrían hacer variar ese panorama, debido a las tensiones políticas y empresarias que atraviesan a la compleja actividad pesquera. 

“Lo que va a pasar es que nos van a empezar a apretar con amenazas de denuncias judiciales, cuando en realidad lo que está pendiente es el tratamiento de la ley de Pesca que modifique estos límites y los adapte a la evolución que ha tenido la actividad”, dijo otro de los empresarios consultados para este informe. 

Aunque fue difícil desentrañar la lógica de ese extraño tablero de ajedrez, el hombre de negocios dejó entrever que desde ámbitos legislativos hay determinadas “exigencias", a cambio de tratar y aprobar una normativa que dé estabilidad al sector.

Las posibles consecuencias económicas y sociales  

Por lo pronto, sin llegar tan lejos en materia de especulaciones, algunos avizoran las posibles consecuencias del cambio normativo. Si hoy se aplicara puntualmente la ley por la que debe regirse la flota ‘artesanal’, restringiendo a sólo 100 cajones por buque y por marea, se perdería una importante cantidad de materia prima. 

Para hacer la cuenta, hay que considerar que cada cajón contiene 17 kilos, por lo que el recorte de un mínimo de 500 unidades, por una flota de alrededor de 35 embarcaciones que operan en puertos de Chubut, significaría que unos 17.500 cajones menos por marea, lo que equivale a unos 300 toneladas por marea, de las que en meses de temporada alta pueden hacerse entre 20 y 30, dependiendo de las condiciones climáticas.

El langostino es la principal especie que se pesca hoy tanto en aguas provinciales como nacionales.
El langostino es la principal especie que se pesca hoy tanto en aguas provinciales como nacionales.

Como consecuencia, la reducción abrupta de unas 6.000 toneladas mensuales de capturas impactaría sobre plantas en tierra que dependen de la materia prima capturada, para su procesamiento y envasado, a fin de dirigir a mercados de exportación.

“Lo que ya está pasando hoy es un problema de concentración, donde las empresas más grandes ofrecen un precio más alto –contó un empresario-. Si en lugar de 2,75 dólares por kilo te ofrecen 2,85 y pagado en 7 días, en lugar de 30 días de plazo, el buque le vende su captura a la planta que le ofrece el mejor negocio, como es lógico. Esto ya está provocando problemas en alguna planta de Comodoro”, añadió. 

Referentes empresarios locales reconocieron que si bien hay algunos inconvenientes, estos se vinculan también con una cuestión biológica, ya que actualmente el recurso se encuentra al norte de Puerto Madryn, lo que implica un mayor costo para traer descargas hacia los puertos de Camarones o Comodoro Rivadavia. 

La necesidad de discutir una nueva ley de Pesca

Quienes conocen de cerca la actividad pesquera advierten que urge la necesidad de una nueva ley de fondo, ya que la norma que regula a la pesca artesanal y limita a sólo 100 cajones la extracción, fue realizada en el año 2007, pensada específicamente para la merluza. 

“En ese tiempo las capturas del langostino eran muy menores y casi no se tenía en cuenta –evocó otro de los actores consultados-. En ese momento estaban enfrentadas la flota artesanal y la industrial, que presionó sobre la política para que les otorguen un cupo muy reducido a los buques más chicos, por un tema de competencia. Por eso quedó la limitación de los 100 cajones, pero además nadie pensaba que podría suceder lo que todavía hoy ocurriendo, porque se pasó de 6.000 toneladas de captura de langostino en el año 2006, a 35.000 a 50.000 toneladas en los años siguientes. Y hoy estamos en 200.000 toneladas por año, desde hace varios años”. 

El Dilema que se plantea es si habrá suficiente abastecimiento para las plantas en tierra, que explican la mayor parte de los puestos de trabajo que genera la pesca en la provincia.
El Dilema que se plantea es si habrá suficiente abastecimiento para las plantas en tierra, que explican la mayor parte de los puestos de trabajo que genera la pesca en la provincia.

Ese cambio de especies y su aprovechamiento comercial motivaron que en la actualidad la merluza haya perdido incidencia económica, frente a una demanda internacional del langostino y su alta cotización en dólares. 

“Reducir ahora en unas 6.000 toneladas por mes sería gravísimo. Son seis empresas que cierran por mes”, dijo el interlocutor, para graficar el impacto que podría tener una reducción tan drástica, si se aplicara taxativamente la ley vigente. 
Sin embargo, la Legislatura no ha avanzado en el tratamiento de la nueva ley, pese a que sobre fines del año pasado el propio secretario de Pesca, Gabriel Aguilar, anunció que antes de concluir diciembre se contaría con la nueva normativa. 

Quienes conocen esos circuitos internos aseguran que el problema surge porque cada diputado de la costa provincial, en el mejor de los casos, reclama permisos pesqueros para su zona de influencia, lo que deriva en un ‘tironeo’ que vuelve a empastar la discusión. 

Aguilar: “Vamos a limitar las capturas a 200 cajones”

El secretario de Pesca, Gabriel Aguilar, expresó por su parte que la Resolución 278 fue dejada sin efecto por un pedido de informes de Legislatura, que puso en duda la legitimidad de la medida, pese a que se había realizado un dictamen legal previo para avalarlo.

“Desde hace 14 años que la flota artesanal venía pescando más de 100 cajones, porque esa limitación estaba pensada para la especie merluza -recordó, al ser consultado para este informe de ADNSUR-. Con la resolución 278 ‘blanqueábamos’ de alguna manera la capacidad que pueden pescar los barcos, pero no había ninguna irregularidad. También buscábamos que Nación hiciera lo mismo para limitar la capacidad de pesca de los buques rojos, pero no lo hizo. Y cuando la Legislatura nos cuestionó la medida la dejamos sin efecto, pese a que estaba bien fundamentada, incluso por una nota que habían enviado los legisladores del período anterior”.

Gabriel Aguilar, secretario de Pesca de Chubut.
Gabriel Aguilar, secretario de Pesca de Chubut.

Como consecuencia, Aguilar dijo que vuelve a cobrar la vigencia el límite establecido por la ley XVII 82, aunque hizo una aclaración: en lugar de los 100 cajones que establece esa norma, al tener en cuenta que apuntaba a la merluza y los cajones de esa especie albergan entre 35 y 40 kilos, al adaptarse al langostino se permitirán 200 cajones, porque estos recipientes contienen hasta 17 kilos de esa especie.

“Intentaremos entre el gobierno y referentes del sector, presentarnos en Legislatura para unificar el criterio de que históricamente Chubut ha pescado más de 100 cajones de langostino, no por una ilegalidad sino hace más de 14 años que la flota artesanal ha pescado más de esa cantidad. Por eso es necesaria una nueva ley –admitió-, porque ahora las plantas chicas empiezan a preguntares ‘con qué nos van a abastecer a nosotros?’”. 

La experiencia de los últimos años demuestra que cada vez que se intentó aprobar una nueva ley, las tensiones antes mencionadas terminaron por trabarla, por lo que se le preguntó al funcionario si mientras se reactiva ese debate, se permitirá que las capturas de langostino sigan superando el límite establecido para la flota artesanal, a fin de garantizar el trabajo de las plantas en tierra:

“No podemos mirar para otro lado y tendremos que instruir a los inspectores para que empiecen a limitar esto –advirtió-. Se va a tolerar hasta 200 cajones por desembarco, obviamente la flota artesanal no está de acuerdo y ya pidió una reunión con el gobernador, porque aunque no llegaban a 800 cajones, sí estaban superando los 400 ó 500 cajones. Estamos de acuerdo en que es necesario consensuar una nueva ley para el sector y tengo entendido que en la Legislatura van a comenzar a trabajar en esto en las próximas semanas”, anticipó, finalmente, el funcionario provincial.

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