CAPITAL FEDERAL - El 3 de diciembre pasado, David Dowell tuvo que pagar un juego en el que había perdido y se tragó un gecko, un pequeño animalito muy común de encontrar en Oceanía. La pesadilla estaba recién comenzando.

Según TN, Hannah, su hermana, le contó a The Brisbane Time que ella y unos amigos que estaban con David vieron cómo empezó a sentirse mal, por lo que llamaron a una ambulancia para trasladarlo a un hospital aunque los médicos dijeron que no hacía falta ya que lo que tenía era un problema gástrico.

Finalmente, Powell fue a un sanatorio y le diagnosticaron salmonelosis, una bacteria que causa diarrea, dolores estomacales y fiebre. Pero David empeoró: pasó a vomitar bilis, se le inflamó el estómago y su orina era negra.

Tras sufrir y estar internado de manera agonizante, David murió el 11 de diciembre mientras lo operaban. Es por eso que su familia reclama justicia y exige saber las causas de por qué los médicos que lo vieron por primera vez no tomaron el caso seriamente.

Hacer unos años, un joven de 19 llamado Sam Ballard murió en Australia de la misma enfermedad luego de comerse una babosa. Estuvo 420 días en coma antes de morir.

Fuente: TN

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