Murió el Papa Francisco: cómo será su funeral austero, según las reformas que él mismo impulsó
El pontífice argentino Jorge Bergoglio dejó dispuesto un funeral más simple y despojado de pompa, centrado en su rol pastoral. En 2024, se publicó una nueva versión del protocolo de exequias papales que eliminó varios elementos tradicionales. Francisco pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor y no en San Pedro.
El Papa Francisco falleció y, como él mismo había previsto, su funeral será profundamente distinto al de sus predecesores. Fiel a su estilo austero y a su visión pastoral del papado, el pontífice argentino impulsó en vida una reforma integral del protocolo funerario para los Papas, que entró en vigencia en noviembre de 2024, cuando el Vaticano publicó la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que rige estos ritos.
Francisco había expresado en varias ocasiones su deseo de evitar una ceremonia cargada de formalismos y símbolos de poder. En una entrevista con la periodista mexicana Valentina Alazraki, a fines de 2023, reveló que quería ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma —su favorita y hogar del ícono bizantino de la Virgen Salus Populi Romani—, en lugar de la tradicional tumba en la Basílica de San Pedro.
“Ya está preparado el lugar”, afirmó entonces, y con su habitual humor añadió sobre el nuevo ritual: “Lo estreno yo”.
Cambios clave en el protocolo funerario papal
La nueva edición del Ordo Exsequiarum fue aprobada por Francisco el 29 de abril de 2024 y reemplazó la versión de 1998 utilizada para los funerales de Juan Pablo II (2005) y Benedicto XVI (2023). Esta revisión fue impulsada por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas con apoyo de expertos, y adaptada a la constitución apostólica Prædicate Evangelium de 2022.
Entre los principales cambios se destaca la supresión de la triple urna (ciprés, plomo y roble) que tradicionalmente contenía los restos del Papa. También se eliminó el uso del catafalco —la estructura elevada donde se exponía el cuerpo— y se definió que el cuerpo será colocado directamente en un único féretro de madera, expuesto en la basílica y no en el Palacio Apostólico.
Otro cambio relevante fue el traslado de la constatación de la muerte desde la habitación privada a la capilla personal del difunto, para marcar un inicio litúrgico más solemne.
Un funeral de pastor, no de jefe de Estado
“La idea es que el funeral del Papa sea el de un pastor, no el de un poderoso”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices. En esa línea, se simplificaron también los títulos utilizados para referirse al Papa fallecido. Términos como Summi Pontificis (Sumo Pontífice) fueron reemplazados por expresiones más sobrias como “Papa”, “Obispo de Roma” o “Pastor”.
La estructura ritual de las exequias mantiene las tres estaciones: en la casa del difunto, en la basílica vaticana y en el lugar de la sepultura. Pero la secuencia fue racionalizada: el cuerpo se deposita inmediatamente en el féretro tras ser constatada la muerte, se expone directamente en la Basílica de San Pedro (sin traspasos intermedios) y se realiza el entierro sin ataúdes múltiples.
Durante la exposición del cuerpo en San Pedro ya no se coloca el báculo papal junto al ataúd, alineado con el nuevo enfoque litúrgico.
Cantos, letanías y novendiales
La música litúrgica también fue actualizada. Se eliminaron las partituras para permitir una mayor libertad de repertorio y se incorporaron referencias al Graduale Romanum. Las letanías de los santos fueron reformuladas: se cantan en su forma más extensa durante el traslado del féretro a la basílica, y en su forma breve al final de la misa.
Asimismo, se incorporaron más santos al listado, incluyendo todos los papas canonizados con memoria facultativa y varios santos vinculados a la Iglesia de Roma.
El libro también contempla los tradicionales “novendiales”, las nueve misas consecutivas en sufragio del Papa fallecido. La nueva versión del rito incluyó cuatro formularios distintos de oraciones —uno más que la edición anterior— y precisiones bíblicas, aunque se eliminaron los textos del leccionario y los salmos gregorianos.
Un legado de humildad
El nuevo ritual no es un misal completo, sino una guía ritual que se apoya en los libros litúrgicos existentes. Su objetivo, explicaron desde el Vaticano, es ofrecer una celebración que refleje la esperanza cristiana en la resurrección, subrayando la dimensión pastoral del papa más que su rol como jefe de Estado.
Francisco, el primer Papa latinoamericano, elegido en 2013, cerró así un ciclo con una despedida que refleja los mismos valores que marcaron su pontificado: humildad, cercanía con los más pobres y centralidad del mensaje evangélico.
