Más de 700 empleados podrían perder su trabajo en una empresa láctea argentina que está en grave crisis financiera
Con más de 100 años de historia, la emblemática firma se encuentra manteniendo una millonaria deuda con entidades bancarias y atrasos en los sueldos de los empleados, quienes temen el cierre.
La industria láctea argentina atraviesa una profunda crisis económica que afecta tanto a la producción como a la comercialización de sus productos. La caída en la elaboración de lácteos se estima en torno al 8%, con una disminución significativa en la producción de leches fluidas, quesos y productos de mayor valor agregado.
Esta contracción responde a una baja sostenida en el consumo interno, sumada a dificultades para mantener los niveles de exportación, lo que genera un escenario complejo para la sustentabilidad del sector.
El congelamiento de precios impuesto por el gobierno nacional sobre alimentos básicos impactó negativamente en los ingresos de las empresas lácteas, especialmente en aquellas de menor tamaño y capital nacional, que se ven obligadas a recurrir al sistema bancario para cubrir sus necesidades financieras.
Además, la inflación en insumos nacionales como piensos, maquinaria y combustible, junto con restricciones cambiarias y controles de capitales, agravan la crisis. Muchos productores operan con pérdidas, reduciendo la producción o buscando capital adicional para sostener sus operaciones. La combinación de estos factores desató una caída abrupta en la producción lechera, que en el primer semestre de 2024 descendió un 13% respecto al año anterior, reflejando la gravedad del impacto económico en toda la cadena productiva
LA HISTÓRICA EMPRESA LÁCTEA QUE ESTÁ EN CRISIS: 700 TRABAJORES EN RIESGO
Lácteos Verónica, una de las firmas más tradicionales y emblemáticas de la industria alimentaria argentina, enfrenta una profunda crisis financiera que pone en riesgo el futuro laboral de aproximadamente 700 empleados.
La situación se volvió crítica crítica en la planta principal, donde los trabajadores llevan adelante una retención de tareas como medida de fuerza ante el atraso en el pago de sus salarios.
La crisis en Lácteos Verónica no es nueva, aunque en los últimos meses se ha agravado considerablemente en la Provincia de Santa Fe. Desde principios de año, la empresa comenzó a mostrar signos claros de estrés financiero, reflejados en la acumulación de cheques rechazados por falta de fondos que superan los 460 millones de pesos, y una deuda bancaria que ronda los 9.200 millones de pesos, principalmente con entidades como el Banco Nación, Banco Galicia y otras cooperativas crediticias.
En marzo, la empresa abonó apenas un tercio de los salarios correspondientes al mes de abril, lo que motivó que los trabajadores implementaran la retención de crédito laboral: se presentan en sus puestos pero no realizan tareas hasta que se regularice el pago de sus haberes y se normalicen los aportes y contribuciones sociales.
Esta medida afecta no solo a la planta de Lehmann, sino también a otras instalaciones en Suardi y Clason, donde el personal mantiene una postura similar o se encuentra en estado de alerta.
IMPACTO EN LA PRODUCCIÓN Y RIESGO DE CONTINUIDAD
La crisis financiera provocó una reducción drástica en la actividad productiva. La capacidad de procesamiento de leche cayó de más de un millón de litros diarios a menos de 200.000 litros, lo que representa apenas el 20% de la capacidad operativa habitual.
Esta caída afecta la cadena de proveedores de materia prima y pone en riesgo la continuidad de la producción de productos lácteos como leche larga vida, leche en polvo, quesos, manteca y dulce de leche, que la empresa comercializa tanto en el mercado interno como en el exterior.
El conflicto laboral genera una gran incertidumbre en las familias de los trabajadores, quienes temen despidos masivos o incluso el cierre definitivo de las plantas. A pesar de que la empresa asegura estar haciendo esfuerzos para regularizar su situación financiera y evalúa distintas herramientas para cumplir con sus compromisos, no ha dado plazos concretos ni garantías claras, lo que mantiene la tensión y la preocupación en la comunidad.
LOS ANTECEDENTES DE LA EMPRESA VERÓNICA Y SU SITUACIÓN ACTUAL
Lácteos Verónica, fundada en 1923 y gestionada por la familia Espiñeira, ya había atravesado un procedimiento preventivo de crisis en 2019, logrando una reestructuración de pasivos. Sin embargo, la actual crisis es más profunda, agravada por la inflación, el encarecimiento de los costos operativos y el deterioro del mercado interno.
La empresa acumula una deuda financiera millonaria y enfrenta dificultades para mantener la cadena de pagos y la operatividad normal.
Desde el sindicato que agrupa a los trabajadores lecheros, se denuncian retrasos en los pagos y falta de comunicación clara por parte de la empresa. Los empleados cobran en cuotas y sin certezas sobre cuándo recibirán la totalidad de sus salarios adeudados. La situación es calificada como “crítica” y se espera que la audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de Santa Fe aporte alguna solución o al menos claridad al conflicto.
"Hoy literalmente hay compañeros que no tienen para llevar un plato de comida a la mesa ni tienen habilitado el derecho a la salud", afirmó Rodolfo Rodríguez, delegado interno de los trabajadores, en diálogo con LT9.
Posteriormente, el trabajador afirmó que el conflictó inició “hace aproximadamente seis años. Se veía una baja en la producción, se pagaban los sueldos en cuotas o desdoblados”. A pesar de eso, los empleados continuaron prestando servicios y aceptando condiciones adversas con el objetivo de preservar sus fuentes laborales.
Sin embargo, la situación se agravó en los últimos años y en está línea denunció que la empresa "comenzó a hacer retención indebida de fondos como aportes a obras sociales, prepagas y cuotas alimentarias, pero no los depositaba. Hubo trabajadores con familiares en tratamiento oncológico que se encontraron sin cobertura médica".
“La planta se fue vaciando, los productores se retiraron, y el ingreso de insumos para la elaboración fue muy acotado. Básicamente, fue casi un vaciamiento de la empresa”, manifestó Rodríguez.
En los últimos días, los empleados sostienen una medida de fuerza bajo la figura legal de retención de crédito laboral, sin impedir la operatividad de la planta: "No hay bloqueo. La planta está en condiciones de recibir, procesar y distribuir leche. Si se tira producto, es pura y exclusivamente responsabilidad de la empresa".
Las autoridades provinciales monitorean el conflicto, pero hasta el momento no se han anunciado medidas oficiales concretas. La incertidumbre persiste y el temor a la pérdida de empleos se extiende entre los trabajadores y sus familias.
