Hace tan solo unos días, falleció a los 82 años una mujer de Lago Puelo, reconocida en la zona por su profesión y su trayectoria. Según pudo reconstruir su hijo Alejandro Rechene, cuando el cortejo llegó al cementerio, el portón principal estaba clausurado y tuvieron que esperar una hora para ingresar. Lograron entrar por un complejo pasadizo improvisado y dar sepultura a la mujer. 

María Sazanovich fue la única dentista desde 1960 en el noroeste chubutense. La mujer viajaba desde Lago Puelo hasta El Hoyo y el internado de Epuyén para atender a sus pacientes, donde no faltaban las anécdotas por la extracción de una muela en la silla de una cocina, los caminos de ripio o los arroyos crecidos que impedían llegar.

“Nadie en la familia imaginaba que su partida, además de ser dolorosa para cada ser querido, iba a desnudar tanta hipocresía y cinismo del Estado”, reflejó Alejandro Rechene. El episodio, denunciado en principio a través de las redes sociales, tuvo amplia repercusión comunitaria y se destacaron las muestras de solidaridad hacia los afectados.

Según publicó Jornada, las palabras del hijo de la mujer en redes sociales señalaron varios puntos: “Este último viaje se escapa de la realidad: el cementerio de Lago Puelo, además de estar abandonado, tiene horario de atención de lunes a viernes, de 8 a 14, como si fuera una oficina. Quizás haya alguna explicación lógica por parte del municipio o de los empleados pero lo cierto es que llegamos un jueves a las 10, donde teóricamente tendría que estar abierto, más habiendo hablado el día anterior con la persona encargada”.

“Nos encontramos con los portones cerrados con candado. Decidimos esperar y como no apareció nadie, ante la incertidumbre, envié un mensaje al grupo de whatsapp del COEM (que también integro por ser miembro de la Cámara de Comercio), y que incluye a todas las autoridades municipales, además de los concejales y varios de los funcionarios del Poder Ejecutivo, entendiendo que alguno debe tener resorte sobre este sector”, amplió.

Rechene explicó que “pasaron los minutos y nadie contestó. Pedí una respuesta al intendente porque estábamos parados en la puerta esperando para sepultar a mi madre, pero nunca contestó. 

Tuvimos que entrar por un pasadizo peatonal, con un recoveco por donde no puede pasar una pasar una persona con dificultades para caminar (como ocurrió con una tía de 86 años), y poder llegar hasta la otra punta del cementerio, donde estaba el lugar asignado para el entierro”. “Recién cuando nos estábamos retirando, apareció un empleado a abrir el portón”, señaló. Horas después “el encargado me llamó para explicarme que estaba en Bariloche por razones de salud y que no había suplente ni nada parecido”.

Acerca del incidente, interpretó que “la respuesta del municipio cabía en ese momento, hoy si hay una explicación es tardísimo”, al tiempo que criticó que “el gabinete que tiene Lago Puelo está vencido, considero que no son personas que tengan condiciones humanas para estar a cargo del destino de un pueblo. Parece que todavía no terminaron de desenredar el paracaídas del pinar donde cayeron en una ocupación irregular. Sin embargo, están tomando decisiones sobre los vecinos que construimos y habitamos este lugar desde toda la vida”. 

“Lo que hacen no tiene coherencia con las políticas de justicia social que pregonan, menos con la empatía y sororidad necesarias. Realmente es violencia de género dejar una mujer muerta en la puerta del cementerio, además del respeto con la historia de la comarca. Es indignante, enojoso, nos entristece y nos invade una sensación de asco hacia estos personajes, que debieran renunciar e irse del pueblo”, remarcó.

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