La saladita de Comodoro tiene "sucursal" en zona norte: dónde está, qué venden y cuáles son los precios
En plena zona norte de la ciudad, crece La Saladita: un espacio espontáneo donde trabajadores y emprendedores ofrecen distintos productos a precios accesibles. En un contexto de crisis, esta feria callejera representa una salida laboral para muchos. Recorrimos el lugar, hablamos con los protagonistas y relevamos los precios que hoy atraen a cientos de vecinos.
La Saladita de zona norte en Comodoro Rivadavia se consolida como una opción real y popular para hacer rendir el bolsillo. Lejos de los grandes supermercados, y ante un escenario de desempleo creciente, vecinos de distintos puntos de la ciudad se organizan para vender lo que saben, lo que tienen, o lo que pueden conseguir a mejor precio. Desde frutas y verduras hasta cubiertas de auto, el mercado informal gana fuerza.
Math English, periodista del programa “Me Invitó Un Amigo” de Seta Tv, recorrió el lugar ubicado en la rotonda de Kilómetro 5 y conversó con algunos de los protagonistas que hacen de esta feria una alternativa concreta para cientos de personas. “Nos sorprendió la cantidad de gente vendiendo, es una salida laboral nueva en zona norte”, dijo en la transmisión.
Uno de los primeros testimonios fue el de un vendedor de frutas y verduras que, junto a su familia, armó un puesto con productos frescos. “Estamos acá hace como siete meses. Pero hay gente que está desde hace cinco años. Hay que buscar el pan del día”, cuenta. Lo suyo es más que venta: es organización comunitaria. “Acá hay que cuidar el lugar, que no se ensucie, que se respete. No es solo venir a vender, también es cuidar el espacio para todos”.
PRECIOS DE LA SALADITA DE ZONA NORTE
Los precios que se manejan en La Saladita distan mucho de los que se encuentran en los supermercados o verdulerías del centro. Esto explica en parte el fenómeno del crecimiento de esta feria espontánea:
- Naranja: $1.500 los 10 kilos.
- Mandarina criolla: $2.000 el kilo.
- Mandarina Nova: $2.500 el kilo.
- Banana nacional: $3.000 los 2 kilos / $2.000 el kilo.
- Banana ecuatoriana: $2.500 el kilo / $4.000 los 2 kilos.
- Papa negra: $6.000 la bolsa (efectivo), pero la semana próxima bajará a $5.000.
- Cebolla: $6.500 la bolsa (efectivo).
Según los propios feriantes, estos precios explican por qué la gente llega desde otros barrios e incluso de otras localidades. “Desde Sarmiento vienen a comprar papa porque allá está a $12.000 la bolsa. Acá la tenemos a la mitad”, remarca el vendedor.
Además del costo, los vendedores destacan la calidad y el trato. “No es que me haga el canchero, pero los clientes vienen por nosotros, porque saben que le damos buena mercadería y los tratamos bien”, dice uno de ellos.
CUBIERTAS, UNA NECESIDAD CON PRECIO POPULAR
Otro de los sectores que se consolida es el de las cubiertas. Vargas, vendedor experimentado de 55 años, explica: “¿Quién me va a tomar a mí con esta edad? Por eso nos la rebuscamos acá. Y es rentable”.
Vicente, otro vendedor de cubiertas, resume: “Esto es como un supermercado. Hay de todo: cuchillos, verdura, parrilla, cubierta. Todo. Porque la gente tiene derecho a vivir, a salir adelante como puede”.
En cuanto a precios, Vicente detalla:
- Cubiertas rodado 15: desde $120.000 hasta $125.000 (dependiendo la numeración).
- Cubiertas rodado 16: en otros lugares pueden costar hasta $300.000, pero él las ofrece a $320.000 el par.
“Sí, son chinas, pero cumplen con las normas. Yo las uso en mis vehículos, incluso viajé a Buenos Aires con ellas y no tuve problema”, afirmó.
Vicente también destacó la diferencia entre vender pan y cubiertas: “La cubierta no se compra todos los días, pero cuando te toca cambiar, la buscás. Y si no te alcanza para una premium, buscás alternativas. Por eso estamos acá”.
LA SALADITA COMO FENÓMENO SOCIAL
Esta feria espontánea no solo representa una alternativa económica, sino un fenómeno social en expansión. La idea de organizar un espacio como “la nueva Saladita del Kilómetro 5” no suena descabellada. “Estaría bueno que desde el municipio nos digan ‘les destinamos un lugar para que ustedes laburen’. Porque no queremos otra cosa que salir adelante”, señala uno de los trabajadores.
El mensaje es claro: hay necesidad, pero también hay voluntad. Gente con ganas de trabajar, de cuidar el espacio, de vender con honestidad, y de ofrecer un producto accesible. La Saladita de Comodoro no es solo un mercado informal. Es el testimonio vivo de un sector que se reinventa ante la adversidad, y que encuentra en la calle una forma digna de seguir adelante.
