La drástica decisión que tomó la láctea Verónica para levantar la crisis y evitar el despido de 700 trabajadores
La histórica empresa argentina atraviesa una profunda crisis financiera y productiva que afecta a sus trabajadores, con sueldos adeudados desde marzo, retención de aportes y plantas funcionando a mínima capacidad. "Cuando llega la noche, dejamos que nuestros hijos coman y guardamos la poca comida que nos queda", afirmó uno de los delegados.
La histórica empresa láctea Verónica, con más de 700 empleados y tres plantas en la provincia de Santa Fe, atraviesa una grave crisis económica y productiva que afecta profundamente a sus trabajadores y a las comunidades donde opera.
Desde marzo pasado, los empleados no cobran el sueldo completo, situación que ha generado una crisis social y cultural en la región, con familias que no tienen para comer y casos de trabajadores con hijos que requieren tratamientos oncológicos sin poder costear la prepaga.
Verónica es una empresa con más de un siglo de historia, que produce leche larga vida y en polvo, crema, manteca, dulce de leche, quesos crema y untables, y quesos de pasta blanda, semidura y dura. Además, tiene una importante pata exportadora, con ventas al exterior que superaron los 102 millones de dólares entre 2020 y abril de 2025, principalmente a Argelia, donde la leche entera en polvo representa el 95% del total exportado.
Sin embargo, la competencia con productos importados, que son hasta un 40% más baratos, y el aumento constante de los costos de producción, han complicado la viabilidad de la empresa. La crisis financiera y operativa ha llevado a una caída en la producción diaria de leche procesada de un millón a menos de 200.000 litros en pocos años
EL CRUDO TESTIMONIO DE UN TRABAJADOR DE LA LÁCTEA VERÓNICA
Rodolfo Rodríguez, delegado de los trabajadores, relató en Radio con Vos el dramático momento que vive junto a su familia y sus compañeros: “Hoy hay compañeros que no tienen para comer. Ayer el gremio los ayudó con aportes económicos”. Además, denunció que muchos empleados con hijos estudiando en otras localidades han tenido que hacerlos volver porque no pueden pagar más los alquileres ni sostener los estudios, lo que calificó como una “tragedia cultural” además de económica.
Rodríguez también señaló que durante la pandemia la empresa tuvo récords de producción, procesando más de un millón de litros diarios de leche, mientras que hoy apenas alcanza los 200.000 litros para procesar en sus tres fábricas.
El delegado describió la desesperante situación familiar: “Con mi mujer, llega la noche y dejamos que coman las nenas porque lo poquito que nos quedó de comida lo estamos guardando porque sabemos que se va a poner peor”.
CRISIS ECONÓMICA Y PRODUCTIVA DE VERÓNICA
La crisis de Verónica no es nueva; comenzó en 2017 y se profundizó tras la muerte del fundador, Francisco Gonzalo Espiñeira. Durante la pandemia, la empresa logró recuperarse momentáneamente, alcanzando un pico de producción de un millón de litros diarios y poniéndose al día con los sueldos, pero desde hace dos años la producción y la compra de insumos se redujeron drásticamente.
Actualmente, la producción está en mínimos históricos, con las tres plantas operando parcialmente o paralizadas debido a medidas sindicales por la falta de pago completo de salarios y retención de aportes sociales. La planta de Suardi se mantiene operativa parcialmente, elaborando leche en polvo y quesos, pero con un volumen muy reducido comparado con años anteriores.
Verónica acumula una deuda financiera estimada en alrededor de 9.000 millones de pesos y más de 100 cheques rechazados en lo que va del año, por un monto superior a los 344 millones de pesos. La empresa cubrió apenas el 30% de los salarios de sus 700 empleados en mayo, y mantiene retenciones sobre aportes a obras sociales, prepagas y cuotas alimentarias, afectando la salud y bienestar de los trabajadores y sus familias.
El conflicto afecta no solo a los empleados directos, sino también a la economía local. En localidades como Totoras y Clason, donde viven alrededor de 14.000 habitantes, unas 200 familias dependen directamente de Verónica, y muchas otras de forma indirecta. La paralización de la producción durante más de 15 días dejó los depósitos con stock al límite y los tambos remitentes derivan la leche a otras compañías, agravando la crisis del sector.
El sindicato Atilra habilitó un crédito de emergencia para que los trabajadores puedan acceder a alimentos y realiza gestiones para garantizar prestaciones médicas, en medio de múltiples casos sensibles. Sin embargo, los reclamos por intervención política no han tenido respuestas concretas, y los trabajadores denuncian falta de apoyo gubernamental.
EL PLAN QUE ACTIVÓ VERÓNICA PARA SALVAR LA PRODUCCIÓN Y SALIR DE LA CRISIS
La empresa activó un plan de contingencia para salvar la producción, con las plantas funcionando parcialmente cuatro horas por día y un cronograma de pago para intentar desactivar el conflicto. Sin embargo, la falta de capital de trabajo y la acumulación de deudas ponen en riesgo la continuidad de la firma y los puestos de trabajo.
Rodolfo Rodríguez advirtió que si Verónica quiebra, serán mil personas las que quedarán desamparadas, y pidió mayor compromiso de los dueños y de las autoridades para encontrar una solución.
La crisis de Verónica refleja la difícil situación que atraviesa la industria láctea argentina, con impactos sociales, económicos y culturales profundos en las comunidades vinculadas a esta actividad.
