El doctor en Bioquímica Héctor Alvarez, director del Instituto de Biociencias de la Patagonia (INBIOP), reveló en una entrevista exclusiva con ADNSUR cuáles son los impactantes avances de una línea de investigación iniciada en el año 2009, sobre las propiedades de una bacteria autóctona de la región patagónica, con capacidad para degradar hidrocarburos y transformarlos en compuestos con valor agregado. Un trabajo de laboratorio con grandes chances de ser aprovechado en distintas industrias.

¿Puede una “fábrica natural” de micro organismos elaborar productos a partir del aprovechamiento de residuos generados por distintos tipos de industria? ¿Cuáles son los usos prácticos que podría deparar el conocimiento sobre las capacidades del microorganismo, perteneciente al género denominado como Rhodococcus? 

Una bacteria autóctona que puede sanear derrames petroleros y convertirlos en bioplásticos

Algunas de estas preguntas han encontrado ya profundas respuestas en el marco del trabajo de investigación del equipo dirigido por el Dr. Héctor Alvarez, un comodorense de reconocida trayectoria en el mundo académico, en el que recientemente obtuvo un reconocimiento por parte del ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Daniel Filmus, tras dirigir durante dos años el Centro de Biotecnología Latinoamericano (CABIO). 

“Nosotros trabajamos con un micro organismo, en este caso una de las bacterias habituales de la zona de la Patagonia, es un recurso biológico de la región que tiene la capacidad de degradar distintos tipos de hidrocarburos”, descrito Alvarez, al abordar el estado actual de la línea de investigación iniciada hace 12 años.

“Además de eso, estas bacterias hacen algo interesante que no sólo degradarlos o eliminarlos del ambiente –añadió-, sino transformarlos bioquímicamente en otros compuestos con valor agregado. Tienen el potencial de transformar los hidrocarburos en bio plásticos o aceites, con propiedades interesantes para ser explotados por la industria también ”.

El Dr. Héctor Alvarez recibió recientemente el reconocimiento del ministro de Ciencia de la Nación, Daniel Filmus, tras su función durante dos años como director de CABIO para Argentina, Brasil y Uruguay.
El Dr. Héctor Alvarez recibió recientemente el reconocimiento del ministro de Ciencia de la Nación, Daniel Filmus, tras su función durante dos años como director de CABIO para Argentina, Brasil y Uruguay.


El INBIOP depende del Rectorado de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNPSJB y del CONICET, a través del CCT-CENPAT. El doctor Alvarez, además de director del Instituto, es docente-investigador de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud de la UNPSJB, desempeñándose también como Investigador Principal de CONICET.

Una bacteria que se adaptó a la aridez de la Patagonia

La investigación se centra en la capacidad del micro organismo para transformar distintos residuos industriales, no sólo los hidrocarburos, que fue un punto de partida con el que el trabajo se dio a conocer públicamente años atrás, sobre todo para pensar en remediaciones ambientales ante eventuales derrames de petróleo. 

Integrantes del equipo del laboratorio que dirige Alvarez en el INBIOP de Comodoro Rivadavia.
Integrantes del equipo del laboratorio que dirige Alvarez en el INBIOP de Comodoro Rivadavia.

De este modo, el uso de este hallazgo biotecnológico podría aplicarse para reciclar distintos tipos de residuos industriales, para producir una variedad de compuestos aprovechables. 

“La bacteria es propia de la región y el suelo semiárido de la Patagonia –describió Alvarez-, donde encontramos micro organismos con capacidad para adaptarse a estas condiciones de desecación y aridez. Eso da también una presión selectiva del ambiente, en el que sobreviven las bacterias a partir de determinados procesos de producción de aceites que ayudan a los micro organismos a sobrevivir en condiciones complicadas. Es una capacidad natural, que se ha desarrollado a lo largo de la evolución ”.

“Son una fuente de diversidad y para usarlas adecuadamente debemos conocerlas –explicó el director del INBIOP-, para entender los procesos de transformación de compuestos y poder utilizarlas en el futuro (ojalá) con fines industriales”.

Ensayos en procesos de remediación ambiental

El director del INBIOP comentó además que en el marco de la investigación se han hecho ensayos de laboratorios y otros en ambiente, “en procesos de remediación o saneamiento ambiental in situ, pero también lo que llamamos nosotros 'pruebas de concepto', donde un proceso funciona bien en el laboratorio y luego lo llevamos a una escala mayor, para transferencia al sector productivo. Esto nos ha permitido generar producción de patentes, no sólo publicaciones científicas, sino patentes que proteger una prueba de concepto innovador a partir del uso de esa bacteria. Esos trabajos se encuentran en curso también ”.

También se han realizado trabajos en colaboración con sectores empresarios, en proyectos con YPF Tecnología y otras empresas del sector, para evaluar la factibilidad de transferir estos procesos a la industria. “Esto es lo que queremos todos quienes trabajamos en laboratorio”, resumió el investigador.

Al hablar de posibles aplicaciones, Alvarez no ocultó su entusiasmo:

“Uno puede ver a los micro organismos como una 'bio fábrica', con la capacidad natural de transformar compuestos que potencialmente contaminen el ambiente o terminen desechándose, pero podemos transformarlos en un compuesto útil ”.

La línea de investigación se inició en el año 2009.
La línea de investigación se inició en el año 2009.

Además, agregó el investigador, “con 'la bio fábrica' podemos trabajar para optimizar rendimientos o diversificar el producto, con la elaboración de biocombustibles o algunos tipos de aceites. En el laboratorio estamos aprendiendo a realizar modificaciones en el metabolismo para diversificar ese aceite y generar compuestos de mayor valor agregado, con un abanico de productos ”.

Al otro señalar ejemplo de las aplicaciones prácticas, detalló: “tenemos bacterias que producen naturalmente aceites, pero también logramos ceras y otros compuestos para diferentes aplicaciones; los aceites pueden usar en lo que se llama biotecnología blanca, como los biocombustibles y la cera puede ser de utilidad en la industria cosmética ”.

De este modo, al entender el comportamiento de las bacterias y al profundizar el conocimiento del manejo de su metabolismo, la 'bio fábrica' puede ser operada como si se tratara de piezas mecánicas, en las que “un ingeniero va modificando piezas para obtener distintos productos. Estas aplicaciones son la evolución en nuestra línea de investigación ”.

La bacteria patagónica puede aprovechar los altos volúmenes de residuos que hoy generan distintos tipos de industria, como pueden ser los lácteos y la producción de jugos naturales, para la reconversión de productos con valor agregado. 
Incluso podría funcionar para atenuar los efectos negativos de uno de los grandes enemigos del planeta en este momento, como es dióxido de carbono:

“Es otro ejemplo de lo que estamos investigando, porque la bacteria podría capturar esos gases de efecto invernadero, como lo hacen las plantas y las micro algas, entre organismos, para reconvertirlo. Es otra de las líneas de trabajo en el laboratorio ”, describió el investigador.

 “La biotecnología tiende a buscar soluciones a problemas actuales, tanto para remediar el ambiente como para reutilizar los mismos productos. Hay bacterias que pueden producir plásticos biodegradables, o bio polímeros, que pueden utilizar en la industria con distintas finalidades y luego se reciclan naturalmente en el ambiente ”, precisó.

Investigadores en el terreno.
Investigadores en el terreno.

Se trata de soluciones prácticas a problemas reales y de fondo, por lo que la siguiente etapa en el camino apunta a terminar de reflejar los resultados positivos en ensayos de mayor escala, para comenzar a incorporar al sector productivo. 

“El desafío es que el bio proceso sea rentable, que aporte soluciones económicas y que pueda ser aprovechado –concluyó el investigador-. Hay una serie de desafíos que debemos ir afrontando, porque también a medida que nos alejamos del laboratorio necesitamos que nuestro trabajo sea más interdisciplinario, con participación de otras disciplinas, como la ingeniería de procesos ”.

Dos años como presidente de CABIO

Semanas atrás, Álvarez concluyó su período como presidente del Centro Latinoamericano de Biotecnología, siglas –CABIO- respondieron a la creación del Centro Argentino Brasilero de Biotecnología creado 33 años por los gobiernos de ambos países, a los que más recientemente se sumó Uruguay. 

“Tras venir trabajando 12 años en el Centro, en distintos niveles, en este último período de dos años tuve la suerte de desempeñarme como director trinacional, en el marco de actividades que tienen que ver con la promoción del ámbito científico, la investigación y la formación de recurso humano, para nuestros países y también con alguna participación de Colombia y Uruguay. Por el Centro han pasado más de 6.500 alumnos, en los cursos que ofrece, se han financiado más de 140 proyectos conjuntos y se han hecho actividades ininterrumpidas a lo largo de estos 33 años ”.

Sobre el trabajo desarrollado como director de los 3 países, comentó que le tocó el difícil período de la pandemia, por lo que el Centro tuvo que reconvertir actividades, ya que tradicionalmente se vinculaba a actividades presenciales, que debieron mutar a virtuales. 

“Se han hecho importantes contribuciones a la temática de COVID enfocadas desde la biotecnología, por lo que fueron desafíos muy interesantes y estoy muy contento por haber tenido la posibilidad de desempeñarme en ese espacio, poniendo en valor el sentido de federalización que se ha dado en nuestro país en todos estos años, al considerar que un representante de la Patagonia podía tener un espacio para representar al país a este nivel".

Investigadores de la Universidad de Comodoro trabajan sobre una bacteria autóctona que puede sanear derrames petroleros y convertirlos en bioplásticos  

Finalmente, añadió: 
"
Esto pone en valor la tarea que se realiza en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, en el ámbito de la biotecnología, como también del CONICETO. Esto tiene que ver con el potencial y la trayectoria de nuestras instituciones en la Patagonia”. 

Tras la entrevista, comprometemos al Dr. Alvarez a volver a conversar en algún tiempo más, con el augurio de que el trabajo de investigación llegue a desarrollarse en ámbitos industriales para aportar soluciones en múltiples campos, a fin de plasmar en el terreno la investigación desarrollado por los científicos patagónicos.

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