COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - La reciente autorización por parte del gobierno nacional para importar equipos petroleros usados, a través del Decreto 629/2017, se enmarca en “una serie de políticas tendientes a la promoción de las inversiones productivas, el aumento de la productividad y la competitividad y la generación de empleo, que allanen el camino de la recuperación de la actividad económica en su conjunto”, según establece la norma entre sus fundamentos. ¿Cuál puede ser el impacto en la cuenca del golfo San Jorge?

El decreto en cuestión fue firmado por el presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro de Minería y Energía de la Nación, Juan José Aranguren. Entre los fundamentos se considera que “el Régimen de Importación de Bienes Usados para la Industria Hidrocarburífera”, permitirá la importación de bienes con hasta diez años de antigüedad, pagando un derecho de importación que va del 0% al 14% de acuerdo a su posición arancelaria en el Nomenclatura Común del MERCOSUR (N.C.M.).

Este tipo de equipos “se encuentran actualmente sometidos al régimen general de importación o a regímenes especiales que no contemplan, en forma directa, los fines establecidos en la materia”, según los argumentos del decreto, al tiempo que advierte que “los bienes en cuestión no pueden ser provistos por la industria local, en los tiempos y calidades que requieren los procesos del sector”.

Impacto regional

En principio, algunos referentes de la industria hidrocarburífera local consultados por ADNSur estimaron que el régimen podría tener un primer impacto para la actividad minera, pero tampoco descartaron la incidencia en el ámbito petrolero. Si bien la norma es bastante reciente y tendrá vigencia hasta el 30 de junio de 2019, los análisis empiezan a plantearse desde la amplia perspectiva que podría implicar en diversos tipos de insumos

Uno de los entendidos en el sector comentó por ejemplo que la actividad petrolera podría incorporar equipos automáticos de perforación, de los que hoy no se dispone en el país: esto podría mejorar la ecuación desde el punto de vista de los costos, ya que este tipo de perforadores trabaja con mayor eficiencia en cuanto a tiempos. En tanto requiere menor cantidad de mano de obra para su operación, este tipo de tecnología (que ya ha sido incorporada a la región, aunque no en forma masiva) reabre la discusión sobre la capacitación de operarios para reconvertir funciones, ya que pueden ser operados con menor cantidad de gente.

Por otro lado, ya había un régimen de importaciones transitorias, aunque la novedad es la posibilidad de traer equipos usados. Por caso, algunas bombas de profundidad que antes producía aquí General Electric o Lufkin empezaron a perder demanda, en función de las importaciones de equipos similares desde China, según la denuncia formulada semanas atrás por el gremio de la UOM.

Paralelamente, el decreto presidencial 629/2017 determina que “los bienes usados que se importen al amparo del presente régimen no podrán tener una antigüedad mayor a diez años”. También, afirma que “el interesado deberá comprometer la adquisición de bienes de origen nacional nuevos por un monto igual o superior a un porcentaje del valor total de los bienes usados importados que adquiera en el marco del presente régimen”.

Por ahora, el régimen de importaciones abierto por el decreto tendrá mayor impacto en Vaca Muerta, donde se concentra la mayor cantidad de proyectos de perforación para lo que quede del año, si bien ya existía previo a la norma la posibilidad de compras en el exterior.

Un informe del sitio Econojournal daba cuenta, el mes pasado, sobre los objetivos perseguidos en esta norma, previo a su aprobación: “En rigor, el decreto favorecerá fundamentalmente a Schlumberger, Hallliburton y Baker Hughes, las tres mayores empresas de servicios petroleros del planeta, que son las únicas que tienen equipos de completación de pozos disponibles en Norteamérica. Ni Weatherford ni otras empresas más pequeñas como Calfrac, EcoStim y San Antonio cuentan con disponibilidad de equipos”.

Y añadía la publicación:

“Con la baja de la actividad en EE.UU., hoy existen sets de fractura –así se denomina al conjunto de equipos que se utiliza para fracturar hidráulicamente un pozo no convencional- ociosos en Texas, el corazón de la industria petrolera de ese país. A lo que aspiran las petroleras con proyectos en Vaca Muerta es a apuntalar con esos equipos usados el desarrollo de los campos no convencionales de Neuquén. Para eso quieren que el Gobierno reduzca la alícuota de las posiciones arancelarias que gravan la importación de esa maquinaria”.

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