CAPITAL FEDERAL - Un inodoro gigante fue instalado delante del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, una iniciativa que busca llamar la atención de los porteños y adherir al Día del Inodoro, que instituyó Naciones Unidas para crear conciencia sobre la necesidad de que todas las personas tengan un espacio para hacer sus necesidades e higienizarse en condiciones sanitarias seguras.

La ONG Módulo Sanitario fue la que colocó el inodoro inflable gigante, e intervino con cartelería en todo el parque Tres de Febrero. Habrá artistas pintando inodoros y tapas que luego serán subastadas. Los que se acerquen pueden sacarse fotos y compartirlas en sus redes con el hashtag #Nomeaguanto en la que se enroló Julián Weich con un video que se difunde en las redes.

“La frase juega con una doble interpretación. No me aguanto porque todos necesitamos un baño higiénico y también porque no tolero la situación de que haya gente que no lo tenga”, explica Matias Nicolini, cofundador de la entidad que se dedica a construir “módulos sanitarios” para familias de barrios populares y precisa un número: en la Argentina son 6 millones las personas que no tienen esa posibilidad.

Esta cifra que surge de los datos del último censo se corresponde con los argumentos de la ONU: un 15% de la población no tiene un baño seguro en el que hacer sus necesidades. En total en todo el mundo son 4.300 millones de personas.

Según explican en Módulo las consecuencias de una letrina o un baño en el que no hay posibilidad de hacer correr el agua para higienizar, se traducen en una mayor incidencia de la diarrea, infecciones cutáneas y genitales. Pero en general, quien no tiene acceso a un baño, tampoco accede al agua corriente, con lo cual las dificultades se acrecientan: “Durante la pandemia quedó claro que el lavado de manos es el principal mecanismo de prevención pero hay gente que no puede hacerlo, que depende de que le presten una canilla o poder acceder a un bar”, apunta Nicolini.

Desde 2015, la ONG que formaron Matias junto a sus amigos Federico Guevara Gabriel Alejandra Vidal Gabriela Zen, Juan Quelas, Tomas Sicouly y Alejandra Vidal realizó construcciones en diversos barrios del Gran Buenos Aires y con la ayuda de otras instituciones llegó a cinco provincias: Tierra del Fuego, Tucumán. Mendoza, Corrientes, Entre Ríos y ya cuenta con voluntarios propios en Córdoba.

Quién inventó el inodoro

Cuentan los historiadores que los romanos contaron con un sistema de letrinas públicas con agua corriente, que llevaba las deposiciones hacia una serie de cloacas subterráneas. Pero con el colapso del Imperio este sistema dejó de usarse y durante siglos los orinales se vaciaron por las ventanas al grito de “¡Agua va!”, lo que ayudó a propagar el tifus y toda clase de enfermedades infecciosas.

En 1596, sir John Harrington, ahijado de la reina Isabel I, concibió un "váter" conectado a un depósito de agua que arrastraba los deshechos al ser descargado. Lo instaló en el palacio real, pero el invento nunca llegó a difundirse porque la reina le negó la patente para fabricar más.

Dos siglos después (XVIII), Alexander Cummings, inventó el primer inodoro moderno que fue patentado en 1775. Su gran innovación fue que el desagüe se hacía a través de un sifón, una tubería en forma de “S” que permite mantener el nivel de líquido en la taza, creando una barrera de agua limpia que impide que los malos olores retornen hacia el sanitario.

En 1848 el Parlamento británico creo una ley que obligó a instalar inodoros en las nuevas viviendas, aunque pasarían décadas antes de que el water closet o “armario del agua” llegara a todas las casas.

Fuente: Télam

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