Fede Bal atraviesa un buen momento laboral como conductor de Resto del mundo pero también tuvo un tiempo para revelar la complicada situación económica que atravesó su familia cuando era chico.

"La primera plata que gané no era mi sueldo. Te explico: era una raspadita. Mi mamá me llevaba siempre a una quiniela de unos viejos hermosos en Belgrano y me gané 300 pesos que, en ese momento en Argentina, eran 300 dólares. Y con esa plata los quería ayudar a mis viejos, pero mi mamá dijo ‘se lo ganó mi hijo, se tiene que comprar lo que él quiera’. Y me compré un juguete enorme de El Día de la Independencia de Estados Unidos, una nave gigante", contó el actor en diálogo con Ciudad Magazine.

"Cuando mi viejo lo vio, la miró a mi vieja y le preguntó ‘¿vos lo dejaste comprar esto? ¡Con lo que nos habría servido esta plata!’. No había nada en ese momento, eran momentos duros, no había un mango", agregó.

"Llegó un momento en el que había que ajustar el cinturón, como en cualquier casa. Y mi viejo era un tipo que no esperaba que lo llamaran, armaba un show, agarraban la camioneta con mi mamá y salían a buscar plata", añadió.

Al consultarle si le preocupa que le falte dinero, Fede, confesó: "Sí. Me deprimo un poco cuando no me alcanza el dinero, o cuando veo que puedo dar más, o si hago una prueba de cámara y no quedo. Son 24 horas de angustia y al otro día estoy nuevo para no bajar los brazos".

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