Entre piedras y ruedas de más de 100 kilos: el strogman de Comodoro que competirá en el "Mundial" de Alemania
Una piedra redonda de 130 kilos, una goma de caucho de 95, y dos ruedas de carretón que consiguió de casualidad en un taller de Caleta Olivia. Así se entrena José Poblete, el atleta de fuerza que, a los 32 años, comenzó en el strongman y se convirtió en el pionero de la actividad en Comodoro Rivadavia. El deportista competirá este mes por segunda vez en Alemania, con el objetivo de meterse dentro del top 10. "Siempre hay que tratar de cumplir los sueños", dice a ADNSUR en la antesala del viaje.

Siempre le gustó entrenar y el deporte, y cuando descubrió el strongman, le fascinó. José Poblete (37) aún recuerda aquellos programas que veía en ESPN, donde hombres de diferentes países movían elementos de peso con una fuerza extraordinaria. “Me llamaba la atención cómo la fuerza se manifestaba al mover vehículos, las piedras y al trasladar distintos elementos que uno veía que no eran convencionales”, dice a la distancia. "Siempre miraba a Pudzianowski, un polaco que arrasó con el deporte. Era esa mezcla de culturista y una fuerza bárbara, porque lo veías y el tipo parecía todo musculoso, un culturista de salón, y a la vez tenía fuerza, ligereza y rapidez. Siempre tengo presente su cara de sufrimiento traccionando un camión.”
José es el pionero del strogman en Comodoro Rivadavia. Hace cinco años, luego de la pandemia, se metió de lleno en la disciplina y comenzó a entrenar, competir y organizar competencias a nivel local.
En estos cinco años, ya ha participado en más de 19 torneos y va por más. El próximo 8 de junio viajará a Alemania para participar en Ultimate Strongman, la liga de esos hombres que antes veía en ESPN. Esta es la segunda vez que se presenta en la competencia de Fulda y asegura que es un desafío personal.
“Quiero saber dónde estoy parado en el deporte. Hace cinco años que lo hago y, dentro de todo, me ha ido bien en mi categoría. También he competido en categorías libres, pero quiero saber en qué nivel estoy. El año pasado éramos 19 en mi categoría y quedé en el puesto 11, ahí nomás del top diez, que era una de mis ambiciones, y este año somos 16, así que obviamente apunto a estar en lo alto”, dice con orgullo.
DESAFIAR LA FUERZA DEL CUERPO
El strongman es un deporte de fuerza que consiste en mover o levantar pesos altos que incluso rompen con la lógica del cuerpo humano. Se levantan piedras, neumáticos y una de las imágenes más frecuentes que se asocian a la disciplina es el movimiento de vehículos con la tracción del cuerpo. Así, los elementos de entrenamiento de José son desde pesas hasta una piedra redonda de 130 kilos, una goma de caucho de 90 kilos y ruedas de carretones de gran porte, de 95 kilos cada una.
“Siempre ando chatarreando”, dice entre risas. Esas ruedas de carretón me las donó un hombre en Caleta Olivia el año pasado. Las ruedas esas, las de Pico Truncado, un hombre tenía un taller y me las regaló. Los caños me los donó un muchacho, Diego, que tiene una empresa que se llama Caño Sur, y siempre me dio una mano de entrada. Y bueno, las demás cosas, todo lo que son discos, barras, todo el gimnasio, son compras mías que vengo haciendo desde 2007, más o menos. Monedita que agarraba del aguinaldo, juntaba y compraba. Porque, como te decía, primero mi idea era tratar de trabajar a futuro en esto.”
A José siempre le gustó el deporte. Cuando era chico, hizo atletismo con la recordada Ana María Campillay, la esposa de Nazario Araujo, y más grande arrancó futsal, como arquero. Alguna vez también hizo handball y un poco de voley, pero su refugio fue el fútbol de salón, hasta que a los 15 años entró en un gimnasio, un poco a entrenar para mejorar su rendimiento y también por una cuestión estética.
A la distancia, admite que le gustaba, pero sentía que no tenía seguimiento o quizás un objetivo claro y, cada tanto, dejaba; hasta que en 2010 comenzó a entrenar en el Gimnasio N° 1. “Siempre entrené de manera autodidacta, pero ahí empecé a conocer la otra cara de las pesas, empecé a hacer más levantamiento de pesas, lo que es halterofilia y derivados. En ese tiempo, entrenaba con más seguimiento y jugaba futsal. Me entrenaban Pablo Vázquez, que ahora creo que está en Las Heras, Nadia Bravo y Martín Gurisich, que estaba dirigiendo el gabinete municipal. Estaba bueno. Me acuerdo que me compraba las revistas de Muscle Fitness, las que vendían en los quioscos de revistas, y estaba a full con Arnold Schwarzenegger y Ronnie Coleman; entonces uno siempre pispeaba y decía: ‘bueno, a futuro uno puede llegar a estar así’.”
José admite que en ese tiempo le faltaba constancia. Iba un tiempo y se alejaba. Sabía que le gustaba el deporte pero no encontraba su lugar. Incluso intentó estudiar entrenamiento deportivo en el ex INEF, pero cuando nació su hijo, dejó porque no le daban los tiempos.
Lo cierto es que nunca dejó el deporte; de forma autodidacta, continuaba entrenando y haciendo cursos de distinto tipo, hasta que, luego de la pandemia, uno de esos cursos lo metió de lleno en el camino del strongman.
“Apareció un curso del Negro Pons, un hombre que hace el deporte desde hace mucho tiempo y que es muy reconocido a nivel nacional, y como estábamos saliendo de la pandemia, dije: ‘bueno, me la juego y voy’. Tenía muchas ganas de tener ese contacto para aprender algo nuevo”.
José viajó a Buenos Aires para participar en ese curso. El escenario era una plaza de Caballito, pero duró poco tiempo. Todavía regían algunas restricciones por el Covid y, al haber muchas personas, la policía les dijo que no podían realizar la actividad. La actividad continuó en otro lugar y el instructor vio condiciones en su fuerza.
“Yo pesaba ochenta kilos, creo, y moví algunos pesos interesantes. Y cuando terminó el curso, me preguntó si me interesaba competir. Eso fue en julio y en septiembre se reanudaban las competencias en Salta, donde siempre se han realizado las nacionales. Le dije que sí y ahí comencé el camino para competir”.
En el Nacional de Salta, compitió en la categoría hasta 90 kilos y quedó segundo entre 10 participantes. No lo podía creer. La preparación la hizo a todo pulmón, consiguiendo los elementos que no tenía y dedicando muchas horas al entrenamiento.
A la distancia, agradece a todos aquellos que confiaron en él en ese momento. “Quizás me veían muy flacuchento. Los hombres más fuertes del mundo son todos gigantes y yo pesaba ochenta kilos; alguno que otro habrá pensado: ‘este me está cargando’”.
En febrero del año siguiente, participó en su segundo nacional, clasificatorio para el Arnold Classic que Schwarzenegger realiza en Brasil con diferentes disciplinas. Salió segundo, pero el ganador no pudo viajar al país vecino y quedó la plaza abierta. Así, entre empanadas, rifas y mucho esfuerzo, terminó viajando al torneo.
“Parecía algo inalcanzable porque un torneo sudamericano es muchísimo más pesado; era un torneo bastante complicado. Fueron tres días de competencia y quedé tercero. Un argentino quedó en primer lugar, un brasileño en segundo y yo en tercero. No podía creerlo, porque no es que no me tuviera fe, sino que tampoco estaba muy ducho en el tema de lo que es la puntuación, de todas esas cosas. Fue todo muy rápido.”
Lo cierto es que ese fue su empujón para meterse de lleno en la actividad, combinando trabajo, entrenamiento y familia. Para las dos primeras competencias, entrenó de forma autodidacta, pero luego continuó con seguimiento y una preparación más adecuada.
En 2023, se animó a mostrar la actividad a la ciudad y organizó en el Predio Ferial un torneo donde vinieron diferentes exponentes del deporte. También volvió a Brasil y viajó a Uruguay, donde salió campeón en un nacional y comenzó a pensar en la posibilidad de viajar a la Ultimate Strongman de Alemania.
“Fue premeditado. Pensé que es como el fútbol, cada cuatro años el Mundial, y dije: ‘bueno, arranco ahora y voy a hacer una sola competencia a ver qué pasa: quiero tener un Mundial’. Y nunca dejé de confiar en mí, porque, por más que ellos sean dueños del deporte, por así decirlo, yo también hago mi esfuerzo. Entreno como ellos, con frío, con viento, llueva o no, afuera. Y creo que ponerse a la par en ese campeonato fue algo muy lindo, porque siempre me gustó esta liga que se llama Ultimate Strongman, que es prácticamente donde han salido todos los monstruos que veíamos ahí en ESPN. Son ligas formativas profesionales, que van saliendo de ahí a lo que es el hombre más fuerte del mundo, que es el torneo madre de las categorías grandes, que se hace siempre en Estados Unidos, en categoría open, mayores de 130 kilos.”
José recuerda cada detalle de esa competencia: el paisaje, la dificultad del idioma y esa primera prueba bajo la lluvia. Los ejercicios salieron como estaban pautados, mientras que a otros atletas el clima les complicó. Ese fue el envión necesario para ver dónde estaba parado.
Ahora va por su propia revancha, con el objetivo de meterse en el top ten y “transitarlo de la mejor manera”. “Es como cumplir un pequeño sueño y ver a qué lado uno va. Ahora ya me queda la semana que viene empezar a hacer todo el trabajo más duro y entrar en la recta final”, dice con entusiasmo.
Usualmente, José entrena los lunes, martes, jueves y viernes, mientras que el miércoles descansa. Sin embargo, por estos días, está realizando un recorte de peso y ha sumado los miércoles y los sábados, haciendo cardio en Gimnasia y Esgrima. Su peso es de hasta 90 kilos y ya está en 95 kilos.
Por supuesto, previo a la competencia, empieza a aparecer la ansiedad por todo lo que representan este tipo de certámenes. Pero, más allá del torneo, José quiere que el strongman siga creciendo en Comodoro.
“Me gustaría sumar mucha más gente y poder organizar más torneos también. En estos cuatro años estuve en bastantes competencias y comencé a tratar de difundir el deporte acá. Entonces, creé la marca, que se llama Powercraft, la cual combina fuerza y potencia, y ya hemos hecho dos competencias. Se sumaron bastantes chicos y chicas, y estuvo bueno".
Pero, ¿cuál es el secreto para realizar esta actividad? “Te tiene que gustar, te tiene que apasionar, porque si no, no es muy saludable recibir cagadas a palo así porque te guste nomás”, dice José con convicción. “A mí siempre me quedó ese gustito de competir, y hoy en día lo puedo llegar a hacer, pero es eso: tratar de cumplir los sueños siempre y no postergarlos demasiado. Yo siento que lo hice mucho, pero acá estamos avanzando, nunca es tarde y con sacrificio siempre se puede apuntar y ganar algo de experiencia”, sentencia el strongman de Comodoro que ahora va por más en Alemania.
