COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / Por Dra. María Angélica Fajardo, Bq. Claudia Torrecillas, Bq. Mónica Souto y Bq. Marco Sánchez) - En Argentina, desde la fiebre amarilla de 1871 hasta la gripe porcina de 2009, los espacios educativos tomaron diferentes medidas que cambiaron la forma de relacionarse con las enfermedades.

Una serie de disciplinas aportan conocimientos y herramientas para estudiar e intervenir en los problemas del campo de la Salud Pública, tales como la epidemiología, la demografía, las áreas biomédicas, las sociales, las educativas, de la comunicación, de la administración y gestión, entre otras. Estas brindan algunos de los muchos insumos a los que hay que recurrir para hacer frente a la actual pandemia, donde el desafío no consiste en saber todo, sino en identificar en cada situación qué gafas utilizar para comprender los problemas en su complejidad, en el territorio y con los modos de vida de las personas, y así elaborar alternativas de respuesta.

En este sentido desde el equipo de docentes-investigadores de la cátedra de Salud Pública, Bioquímica, Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), deseamos cooperar con nuestra comunidad, acompañando con herramientas de prevención de contagio de SARS-CoV-2 en entornos escolares dejando disponibles la bibliografía respaldatoria, que debe actualizarse a medida que la ciencia tenga más certezas sobre este virus.

Enfrentar la pandemia con presencialidad escolar

Este virus se transmite mayormente por vía directa -humano a humano- representando esto entre 90-95% de los casos. La vía indirecta, aquella en la que el agente viral puede llegar a un huésped susceptible a través de fómites, objetos contaminados, superficies, es la que representa menos posibilidades de enfermarnos. Sin embargo, la limpieza y desinfección son necesarias para prevenir otras enfermedades transmisibles también.

A los fines de evitar la transmisión contamos con herramientas a nivel poblacional e individual, la primera constituida por la vigilancia epidemiológica temprana detectando casos con el fin de aislar a quienes resulten positivos y sus contactos estrechos, y así también la vacunación. A nivel individual debemos aplicar las medidas de prevención ya conocidas como el uso de barbijo/tapabocas nariz y mentón (bien ajustados y adherido donde no queden espacios), distanciamiento social, higiene de manos y ventilación de ambientes.

Es sabido que la transmisión se da principalmente por aerosoles que se generan desde el huésped que ha contraído la enfermedad hacia una persona susceptible o en condiciones de enfermarse. Esto sucede desde la etapa asintomática que es la más infectiva y silenciosa, pero más peligrosa por representar el período de mayor probabilidad de transmisión.

Quienes hayan contraído la enfermedad pueden presentar síntomas, sin embargo también un porcentaje cercano al 48% ser asintomáticos, quienes pueden comportarse como reservorio para este virus.

Enfrentar la pandemia con presencialidad escolar

Con el objetivo de minimizar la transmisión viral, proteger a la población e intentar que el aumento de casos no impacte fuertemente en los servicios sanitarios, el Ministerio de Salud y Educación de Argentina han diseñado e implementado una serie de protocolos que especifican las medidas de prevención que deben aplicarse en los entornos escolares.

En todos los países del mundo se han protocolizado las medidas que deben cumplirse en los ámbitos educativos a los fines de garantizar espacios seguros y saludables. Algunos países han reportado casos exitosos de escolaridad, en cuanto a lo sanitario, y permitieron la continuidad presencial; otros con algunas dificultades asociadas al diseño, implementación y control que implicaron suspensión de clases en ciertos periodos de tiempo. Siempre vinculado al número de casos en la comunidad.

El Consejo Federal de Educación (CFE) delimitó a través de un documento (Resol.387/2021) los parámetros epidemiológicos a tener en cuenta durante el ciclo lectivo escolar en Argentina, este incluye tres indicadores: existencia de transmisión comunitaria, razón entre el número de casos de las dos últimas semanas y la sumatoria de las dos previas, contemplando la disponibilidad de camas de terapia intensiva según la zona que se desee monitorear. Esto arroja un valor que permite saber en qué situación epidemiológica nos encontramos en una zona determinada.

Teniendo en cuenta este índice, nuestra ciudad se encuentra definida como de alto riesgo epidemiológico, esto implica que debemos estar atentos y cumplir estrictamente las medidas de prevención dictaminadas por los Ministerios de Salud; de Educación de Argentina, de Chubut como así también las ordenanzas municipales.

Enfrentar la pandemia con presencialidad escolar

Nos encontramos con más posibilidades de contagiarnos si no cumplimos con lo dispuesto por las normativas vigentes. Los protocolos están hechos para ser cumplidos. Algunos países han declarado brotes escolares, manifestando que sus debilidades estuvieron en no poder cumplir estrictamente con los protocolos establecidos: usaban incorrectamente o no constante de barbijos, jornadas escolares prolongadas, uso de máscaras faciales sin barbijo/tapabocas, interacción entre burbujas en recreos y/u otras actividades, e incluso contemplaron las actividades extraescolares.

Asimismo se han descripto brotes asociados al no uso de barbijos durante educación física o deportes, danzas, clases de canto e instrumentos de viento, ingestión de alimentos durante los horarios de comedor o recreos, uso de transporte público, privado y/ familiar.

El transporte hacia y desde los colegios deben darse en condiciones seguras con barbijo y vidrios bajos, de lo contrario ofrece condiciones óptimas de transmisión viral si hubiera un caso positivo en su interior. Estas debilidades reportadas en otros países deben ser una enseñanza que debemos considerar.

Enfrentar la pandemia con presencialidad escolar

A partir de la revisión sistemática de la bibliografía es que podemos actualizar constantemente el conocimiento, múltiples autores sugieren que es apropiado y necesario el uso de barbijo social aprobado por las autoridades competentes, ANMAT en el caso de Argentina, tanto en interior como en exterior donde también debe mantenerse la distancia; la utilización conjunta de barbijo y máscara facial aporta una mayor protección pero jamás la máscara debe ser utilizada sin barbijo, debido a que no aporta adecuada protección en especial para aerosoles.

El uso de barbijo durante educación física y/o actividades deportivas es una herramienta necesaria en este contexto, quienes estén a cargo deberán adecuar la actividad a esta medida de prevención.

El uso de barbijo está sugerido desde la edad de 2 años o cuando las infancias tienen autonomía suficiente para utilizarlo, menores de esa edad deberían quedar protegidos en el hogar.

El lavado de manos, de manera frecuente y correcta, con agua y jabón es una medida básica de prevención de enfermedades y no se reemplaza con el uso de alcohol 70° (OPS/OMS. Organización Panamericana de la Salud. Día mundial del lavado de manos).

Es una enfermedad que se transmite por el aire, por lo tanto, la ventilación constante de los ambientes, con las personas en su interior, dejando 15 minutos entre grupo y grupo, es una herramienta primordial independientemente de la temperatura exterior. Esta medida es una estrategia para reducir el riesgo de enfermedades infecciosas transmisibles que podrían tener beneficios más allá de la pandemia actual.

Enfrentar la pandemia con presencialidad escolar

Actualmente la desinformación es un inconveniente creciente en el mundo. Pensamos que es un problema serio, sobre todo por el mal uso de las redes sociales donde algunas teorías (sin evidencia científica) se propagan en internet y pueden erosionar cualquier medida de prevención, debido a que desorientan a la hora de utilizar los únicos elementos de prevención que tenemos contra el virus (mascarillas, ventilación, vacunas y distanciamiento) poniendo en riesgo la salud individual y colectiva.

Esta pandemia es una experiencia traumática y debe ser utilizada para avanzar hacia niveles más altos de solidaridad comunitaria, reformular el contrato social con mayor integración y empatía.

Los adultos debemos ser ejemplo de las infancias y adolescentes, debemos ofrecerles un marco de seguridad y coherencia entre el ámbito escolar y el familiar. La comunidad educativa -docentes, no docentes, estudiantes y familias- necesitamos compromiso de todas las partes para respetar las medidas dentro y fuera de las instituciones educativas.

Quienes están a cargo de la educación deben garantizar espacios seguros y cuidados, adhiriendo estrictamente a los protocolos vigentes, sabiendo que el no cumplimiento de las medidas de prevención puede ocasionar brotes intrainstitucionales que impactarán en la comunidad indefectiblemente.

Enfrentar la pandemia con presencialidad escolar

Como adultos responsables debemos proteger las burbujas escolares aplicando las medidas de prevención en todos los ámbitos, en actividades extraescolares, deportivas y sociales autorizadas, asumiendo la responsabilidad que esto implica y con el propósito final de sostener esta presencialidad tan deseada.

A estas alturas, ya nadie ignora que la pandemia no es sólo una crisis sanitaria. Es lo que las ciencias sociales califican de «hecho social total», en el sentido de que convulsiona el conjunto de las relaciones sociales, y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores.

Es esperable que la totalidad de las y los actores de la comunidad comprendamos la complejidad de la situación y cuidemos las actividades, cumpliendo con los protocolos establecidos sin subestimar la situación.

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