CORDOBA (ADNSUR) - “Anoche soñé con el satélite. Estábamos en una ruta con un compañero y me di cuenta de que había que solucionar un problema urgente”, cuenta Jorge Medina, jefe del proyecto Saocom.

Medina trabaja a destajo en la sede de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) de Falda del Carmen, Cordoba. Allí están ensayando y simulando el lanzamiento del primero de los satélites (Saocom 1A) de esta misión, que está previsto para el 6 de octubre, informó la Voz del Interior.

Según este ingeniero, entusiasmo y felicidad son las palabras que describen el clima de trabajo en este momento. Pero sabe que esto cambiará en el momento del lanzamiento: “Llegarán el miedo y el susto, porque yo también los voy a tener”. Y agrega: “Es el satélite más importante de la historia argentina. Es una misión de una envergadura inimaginable para el país. Nuestra agencia espacial es pequeña, pero esta misión de dos satélites es digna de las grandes agencias espaciales. Sólo Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá lo han hecho”.

En Falda de Carmen funciona el centro de control y operación de estos satélites, cuya misión principal será medir la humedad del suelo, una variable clave para la principal actividad económica del país: la agricultura.

CONSTRUCCIÓN Y ENSAYOS

Pero, además de controlar y operar estos artefactos que girarán alrededor de la Tierra a unos 650 kilómetros de altura, en Córdoba Importar Ver XML también se construyeron las piezas clave de los satélites, sus radares de apertura sintética que, desplegados, miden 10 metros de largo. En la actualidad, más de 100 técnicos están armando y testeando el radar del Saocom 1B, que se lanzaría en 2019.

El laboratorio de integración y ensayos (LIE) trabaja sin pausas. Las salas son quirófanos por el nivel de limpieza y las vestimentas de los empleados. La tarea también es quirúrgica, ya que deben soldar a mano y con lupas los diferentes circuitos del radar del segundo satélite.

“El personal está calificado y certificado a nivel internacional. Se documentan todas las actividades y se revisan todas las soldaduras porque deben ser de alta confiabilidad. Se van a hacer cerca de mil placas para los dos satélites Saocom”, cuenta Mariano López Ricci, responsable del área de integración del LIE.

Es un trabajo artesanal si se compara con la industria electrónica de consumo, que tiene todos los procesos automatizados y produce grandes volúmenes de una misma placa. Estas particularidades del LIE lo transforman en una oportunidad para nuevos negocios con otros actores de Argentina (las empresas automotrices y aeronáuticas locales ya mostraron su interés) y también para actores internacionales.

En la industria electrónica, un satélite es lo que un atleta de alta competición al deporte. En esa metáfora, un celular sería un futbolista amateur. El nivel de entrenamiento al que se somete un satélite es altísimo. Nada puede fallar, porque arriba, en el espacio, ya no se puede reparar.

Así, el artefacto es sometido a las más duras pruebas y controles antes del lanzamiento y puesta en órbita. No sólo entrenan al atleta (el satélite ensamblado), sino cada uno de sus músculos (circuitos electrónicos) por separado.

Esa tarea también se realiza en el LIE. Una de las pruebas es un shaker, el cual simula las diferentes vibraciones que recibirá el satélite durante el lanzamiento. Los movimientos son apenas perceptibles al ojo. Javier Cayuela explica que el aparato se parece a un gran parlante (el sonido es vibración), por lo que hay que usar una portentosa protección para los oídos.

En otra sala están las cámaras de termovacío, que sirven para simular las temperaturas extremas (entre 100 grados bajo cero y 100 grados) y la ausencia de atmósfera del espacio. Por allí ya ha desfilado cada una de las placas y paneles del radar del Saocom 1A y ahora testean a su gemelo.

Luego de que el “radar cordobés” sea completamente integrado y testeado, se transportará a Bariloche, donde la empresa Invap construye la nave del Saocom 1B, la sección que controlará la navegación y será responsable de transmitir la información a Tierra.

CONTROL DE MISIÓN

El lanzamiento se realizará desde Vandenberg (California, Estados Unidos) a bordo del cohete Falcon 9, de 70 metros de alto, de la empresa SpaceX. Será el 6 de octubre a las 23.20, aunque puede cambiar el horario según las condiciones climáticas.

La sala del centro de control de misión y sus adyacencias están muy concurridas, pero no hay tanta tensión ni nerviosismo. Al fin y al cabo se trata de una simulación del lanzamiento. Sin embargo, el ensayo exige concentración, por eso hay silencio.

Lucas Bruno, responsable de Operaciones, explica que estos ensayos son cada vez más reales y se va involucrando a más gente que estará presente en el momento de la puesta en órbita. Pero reconoce: “La emoción y la presión sólo se vivirán en ese día clave. Habrá menos gente que la que hay ahora para darles tranquilidad a quienes deben tomar decisiones críticas”.

Medina se emociona al pensar en ese momento. “Todo el diseño estructural del satélite, desde su carcasa hasta cada placa electrónica, se realizó para soportar los cinco minutos fatales que dura el lanzamiento”, dice.

Una vez en órbita, la primera maniobra de riesgo será el despliegue de los paneles solares. Luego se desplegará el radar, quizás la situación más traumática. Se parece a un folleto tríptico que debe abrirse. “El diseño de esta apertura ha llevado años y sólo tendrá unos minutos que definirán su éxito”, cuenta Medina.

Con el satélite ya en órbita, deberán pasar unos seis meses de calibración para que comience a enviar información científica útil. Allí es cuando entra en acción otro grupo de trabajo de Falda del Carmen, encabezado por Leonardo Comes, gerente adjunto de Gestión Tecnológica.

Su grupo está encargado de manejar la estación terrena de la misión que recibe la información de satélite: la de telemetría, que informa sobre su salud y los datos científicos del radar. “Tenemos 12 minutos para realizar todas estas tareas. Por eso necesitamos otras estaciones en diferentes partes del mundo, aunque Córdoba será la principal”, dice Comes.

El área también presta este servicio a otros 20 satélites de todo el mundo, para eso maneja 18 antenas de diferentes tamaños. Los satélites Saocom necesitarán las dos más grandes. “Bajamos varios terabytes de información por día. El Saocom 1A enviará 120 gigabytes diarios. Es un satélite que genera mucha información porque, en lugar de cámaras ópticas, lleva un radar”, dice.

En los días previos realizan ensayos para validar todos los procedimientos. “Incluso simulamos la telemetría de satélite como si realmente estuviera pasando y la recepción de los datos por las antenas”, detalla.

El entusiasmo que hay ahora en Falda del Carmen durará por lo menos seis años, el tiempo que el Saocom 1A estará orbitando nuestro planeta.

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