BUENOS AIRES - En el país, se hacen llamar "los pibes de Greta". Son parte de un movimiento mundial de millones de chicos y adolescentes que desde que empezó el día escolar en su país, decidieron adherirse a la huelga de los viernes para reclamar medidas concretas contra el Cambio Climático. Greta Thunberg, estudiante sueca de apenas 16 años, es la líder mundial de este movimiento que se estima hoy convocará a unos dos millones jóvenes en todo el planeta, con la consigna #FridayForFuture (Viernes por el Futuro). En Buenos Aires, la convocatoria era para este viernes a las 17, frente al Congreso de la Nación. También habrá eventos en otras 19 ciudades del país. Se espera que unas 10.000 personas, entre ellos, mayoría de estudiantes secundarios, se sumen a la convocatoria.

No se trata de otro movimiento de jóvenes con banderas verdes. Esta vez, el reclamo que pasó en limpio Greta encarna un nuevo tipo de activismo de la generación de los llamados nativos ambientales. Son muy jóvenes, acaban de tomar conciencia de que quedan apenas once años para revertir o frenar los efectos del cambio climático y están decididos a actuar ya.

En la edición anterior de la huelga mundial, el 15 de marzo último, más de 1.600.000 adolescentes tomaron las calles en las principales ciudades del mundo, para exigir a sus gobiernos la adhesión inmediata al Acuerdo de París y la toma de medidas concretas que no hipotequen su futuro inmediato. En Buenos Aires, fueron 5000 adolescentes. Y esta tarde se espera que sean el doble.

En Argentina, los adolescentes también hacen huelga los viernes

Con dos trenzas y cara de niña terrible, Greta se convirtió en figura de relevancia mundial hace apenas unos pocos meses. Es hija de un actor y una cantante de ópera y nació en 2003. En agosto del año pasado, inició una huelga frente al parlamento sueco, para reclamar por el calentamiento global. En vez de ir al colegio, cada día se sentaba frente al Riksdack con una pancarta: "Huelga escolar por el clima". Así, hasta las elecciones nacionales, en septiembre. Greta decidió protestar de esa manera después de una impensada ola de calor e incendios forestales que castigaron a Suecia. Al principio, pasó inadvertida, pero a medida que permanecía, los medios locales la entrevistaron y ella explicó que su demanda era que el gobierno sueco redujera las emisiones de carbono en base a lo establecido en el Acuerdo de París. Después de las elecciones, decidió continuar con las huelgas todos los viernes. En noviembre último, Greta contó su lucha en una charla de TEDxEstocolmo.

"Hemos estado hablando durante treinta años y vendiendo ideas positivas. Y lo siento, pero no funciona. Porque si hubiera sido así, las emisiones habrían bajado, pero no lo han hecho", dijo. Y su mensaje se volvió viral. Fue el nacimiento del movimiento mundial de adolescentes, que hoy la tiene por gurú. Tanto que apenas un mes después, en diciembre, fue invitada a hablar ante la XIV Conferencia sobre el Cambio Climático (COP24) de las Naciones Unidas, en Polonia.

"Hace muy poquito me enteré de que nos quedan once años para parar el cambio climático y el dato me golpeó. Hay que hacer algo, dije. Y justo vi me enteré del movimiento de Greta. Empecé a buscar por las redes y encontré en Instagram un grupo que se reúne desde marzo en la Plaza de Mayo, los viernes a las 16.30. Y me sumé", cuenta Ezequiel Martinengo, 19 años, que terminó el colegio en Palermo y empezó a estudiar Ciencias Políticas en la UBA. Son unos 30 adolescentes, el promedio de edad es de 16 años. Son la versión local del movimiento de Greta. "Tenemos que exigir al gobierno que declare la emergencia climática, que es simbólico, pero visibiliza que estamos en la crisis. Pedimos que se tomen medidas y se respeten las leyes existentes, como la ley de presupuesto", dice.

El discurso de Greta encendió una llama entre los más jóvenes. "Llegó de una manera distinta. La situación es crítica, hay que actuar ya. No habíamos tomado conciencia antes. Los gobiernos tienen que escuchar a los científicos, porque somos nosotros los que vamos a sufrir las consecuencias", insiste Martinengo.

En apenas dos meses, después de la primera movilización, del 15 de marzo, más de 30 organizaciones ambientales del país lograron lo que en otra época hubiera sido impensado: nuclearse y formar la Alianza por el Clima, y usar la convocatoria de Greta como nexo y sumarse a la "insolencia" de los nativos ambientales.

"La nueva generación se educa a través de las redes y el mensaje de Greta pegó muy fuerte: No hay tiempo. Cuando piensan en esos once años, a los nativos ambientales les agarra una indignación sin resignación. Hay que hacer algo ya y se va a poder. No es una preocupación atemporal. Van como topadoras", explica Máximo Mazzoco, de Eco House, una de las organizaciones que convoca a la movilización. Máximo tiene 28 años y hace 12 años trabaja como voluntario en temas ambientales, ahora en esta asociación civil dedicada a la educación en escuelas, villas, cárceles y empresas. "Tenemos voluntarios de 14 años que se comprometen de una manera que te llena de esperanzas", cuenta.

"Soy Greta, tengo 15 años y vengo de Suecia. Ustedes solo hablan del crecimiento económico verde y eterno, porque tienen demasiado miedo de no ser populares. Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando su futuro ante sus propios ojo ", dijo la adolescente sueca frente a los representantes de los gobiernos en la COP24.

Los que actúan y los que ven GoT

"Nuestros padres discuten el final de Game of Thrones, mientras el planeta se quema. Es hora de que los adultos también actúen contra el cambio climático", apuntó ayer Greta, en una carta publicada junto a otros líderes del movimiento de niños y adolescentes. La carta incluye un petitorio exigiendo a los gobiernos acciones concretas para reducir emisiones de gases de invernadero. Según consigna el texto, estudiantes de más de 2350 ciudades, en 125 países participarán en cerca de 4000 eventos "exigiendo que los gobiernos establezcan un camino que asegure que la temperatura del planeta no aumente más de 1,5 grados centígrados".

"En Argentina decidimos tomar el mandato global en forma de alianza, ya que somos muchos los que estamos tirando para el mismo lado", explican los organizadores de la marcha local, que son adolescentes que pertenecen a distintos grupos ambientales y que armaron la "Alianza por el Clima", para impulsar juntos el reclamo. "Somos muchos los movimientos compuestos por jóvenes de entre 14 y 24 años", explican en la página web.

"Lo que se gestó en Argentina en estos meses es impresionante. Nos fusionamos unas 30 organizaciones que venimos trabajando hace tiempo y las que nacieron entre adolescentes a partir del tsunami que generó Greta", cuenta Mazzoco. La Alianza por el Clima argentina, que es apartidaria, ya tiene su propio petitorio e incluye una declaración de emergencia climática, que ayer fue presentade en el Senado y en Diputados. Además ya armaron una agenda de trabajo entre la Secretaría de Ambiente y las Naciones Unidas y la Alianza por el Clima.

Fuente: La Nación

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