COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / Escuchá la entrevista) -  Mabel Alvarado, una de las vecinas en aislamiento obligatorio en las gamelas de Km.3, donde se encontraron seis casos positivos de coronavirus, explicó a Actualidad 2.0 que "no nos dejan salir ni para ir a tirar la basura, siendo que en el edificio donde yo vivo no hay ningún caso positivo, y nos tienen aquí encerrados sin poder hacer lo que uno hacía normalmente, como ir a trabajar".

"Yo, con mis vecinos, no comparto más que pasillo porque tengo mi propia cocina y baño. Han dicho muchas cosas, que todos compartimos el baño y eso no es así. Han dicho que somos todos chorros y que vivimos de eso, y también es mentira: yo con mi pareja trabajamos los dos, tengo dos hijas, una bebé de un año y medio y no puedo salir a comprar pañales, no puedo salir a comprar las cosas que yo le compraba y eran necesarias para ella".

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Alvarado explicó que "en este edificio hay seis habitaciones que tienen baños privados, así que hay seis familias que no comparten el baño con los demás", y que los casos positivos se dieron en el otro edificio del complejo.

"A testear vinieron el domingo al mediodía y de ahí a las 5 de la tarde ya teníamos un caso positivo, muy rápido salió ese informe. Pero acá en el edificio mío no", señaló. Desde ese momento, los habitantes de las gamelas fueron aislados y se les puso custodia policial para evitar el incumplimiento de la misma.

Mencionó que "nos ayudaron con una caja de alimentos; hoy supuestamente nos traen verduras y frutas", y destacó que "unos trabajadores que están trabajando en el estadio también se acercaron y nos dieron tres cajas para que repartamos entre todos". Sin embargo, lamentó que no hayan acercado "carne, todavía nada, papel higiénico tampoco, por ahí esas cosas de higiene que uno necesita".

En cuanto a la situación habitacional, Alvarado relató que "hace muchos años mi marido compró una habitación acá a una señora, pero sin papeles, sin nada porque este es un lugar ocupado; ya lo sabemos nosotros".

Cuando nació su hija mayor, que ahora tiene 15 años, supo que ese no era el lugar en el quería que ella creciera, pero no consiguió respuestas habitacionales desde ningún organismo del Estado.

"Hace muchos años que estoy anotada en el IPV y en el Municipio; nunca nos dieron respuestas. A mi no me gusta este lugar ni para mi ni para mis hijas, y salimos a rebuscárnosla y no es que no podemos pagar una vivienda, pero no tuvimos respuesta", sostuvo, y contó que viven todos en la misma habitación: "en el dormitorio tenemos la cama de la nena grande, la cunita y la cama de nosotros, dormimos todos en una habitación y tenemos la cocina y el baño privado"

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