Pasó un largo tiempo desde que cerró Roger´Shop, la única casa de té galés que perduró en Trelew, ubicada en la calle Moreno, cerca de la plaza Alberdi.

La dueña, María Jesús Barredo de Rogers, una española oriunda de León, quien aprendió repostería en Chicago, Estados Unidos, en la década del ´70, siguió vendiendo sus tortas en un local más pequeño por varios años.

Con el cierre de la emblemática Roger´Shop, no solo se perdió la última casa de té en Trelew sino también el recuerdo de las otras casas de té que estuvieron entre los años ´50  y los ´70 inclusive, aunque las fechas son imprecisas.

Casa Telsen, con el guiño de la Asociación San David, recupera el hábito de ir a tomar el té a un salón en Trelew, todos los domingos, una tradición que perdura en las familias y las capillas, y se alimenta del resurgimiento de la cultura galesa que se viene dando en estos años.

Este domingo a la tarde, en Casa Telsen, acompaña el té galés Patagonia Country Folk, la banda que combina la música celta tradicional con canciones “folky” que van de León Gieco a Los Bealtes, Creedence, Carpenters y Simon and Garfunkel.

La formación inicial de Patagonia Country Folk. La banda completa toca este domingo en Casa Telsen.
La formación inicial de Patagonia Country Folk. La banda completa toca este domingo en Casa Telsen.

La banda se formó con Quique Monge en guitarra, Gloria Villafañe en violín y Milton Rhys en flauta y voz, y más tarde se sumaron Fernando Tellería en bajo y Astrid Rhys en voz.

La formación recupera en su repertorio –entre otras perlas- el llanto de la última princesa galesa Gwenllian, que nació y creció sin saber que era la heredera al trono.

El regreso de un modelo escala de casa de té galés en Trelew, se da después de 30 años de permanencia de la cultura galesa en escuelas, capillas, coros, grupos de danzas, cultos religiosos que hicieron que se preservara la lengua.

SE AFIANZAN LAZOS CON GALES

En la década del ´90, hubo una fuerte avanzada de las asociaciones galesas de Chubut y del país de Gales para recuperar y mantener la lengua con la enseñanza del galés y otras prácticas culturales, que reafirmaron el espíritu de resurgimiento del Centenario de 1965.

Al parecer el 22 por ciento de los ciudadanos del país Gales hablan en galés, y es posible que Trelew esté emparejando esa cifra si no superándola en pequeña escala, en términos comparativos.

Después de tres décadas de haber estrechado los lazos con el país de Gales, el idioma reservado a una minoría hoy forma parte de la cultura de Trelew, y esto parece corroborarse en los últimos años.

Si en los primeros años del 2000 asistían menos de 10 personas a los cursos de galés que se dictan en la Asociación San David, en 2019 la cifra se duplicó y en el 2020 los grupos eran de 60 personas.

El Centenario de la llegada de los galeses, en 1965, fue el momento en que la historia empezó a cambiar después de 30 años en que los vínculos -¿como el té?- se habían enfriado. 

Desde los años ´60, el Eisteiddfod nunca se interrumpió hasta el día de hoy, incluso en pandemia, cuando apelaron a los medios virtuales.

María de Jesús Barredo de Rogers en Estados Unidos, estudiando repostería.
María de Jesús Barredo de Rogers en Estados Unidos, estudiando repostería.

AGOSTO DEL ´72

La historia perdida de las casa de té comienza en el aeropuerto viejo, y recuerda una fecha imborrable: La Masacre de Trelew del 22 de agosto del 1972.

En el año 1972, John Sturdee Rogers Williams y su esposa, María Jesús Barredo, vendían tortas negras galesas a los turistas en el bar del viejo aeropuerto de Trelew, y –quizá- ya rondaba en la cabeza de la mujer abrir una casa de té.

“¿Qué sabés vos de tortas?”, le preguntó su esposo John Sturdee, nacido en Dolavon, descendiente de una familia de pioneros en el Valle.

“¡Aprendo!”, le contestó María de Jesús empecinada.

Los viajantes que llegaban a Trelew y recorrían las capillas no se volvían sin tortas galesas, que eran un boom de ventas en aquella época cuando no había marcas ni etiquetas.

Las tortas de la escuela de Chicago, en los Estados Unidos, prohibido llevárselas.
Las tortas de la escuela de Chicago, en los Estados Unidos, prohibido llevárselas.

John Sturdee y María de Jesús seguramente no imaginaban que en agosto iban a estar ahí en el viejo aeropuerto los presos políticos que se fugaron del penal de Rawson y después fueron asesinados. Pero esa es otra historia.

María de Jesús miró por la ventana y vio que la casa de enfrente, de la calle Moreno, estaba en venta. El matromonio  veía que no iba a seguir adelante con el bar del aeropuerto desde el momento en que estaban construyendo uno nuevo.

María de Jesús y su esposo John Sturdee se fueron a los Estados Unidos, donde ella aprendió en Chicago en tres meses los secretos de la pastelería con la idea fija de abrir un casa de té en Trelew.

Así empezó la historia.

“Voy a llamarlo a mi marido para irnos para el aeropuerto y vi que la casa de enfrente se vendía. Pongamos una casa de té, no creo que nos vayamos al aeropuerto nuevo, le dije. No tenía idea, nunca había estado en una casa de té, y nos fuimos a Estados Unidos con mi esposo", cuenta María de Jesús Barredo de Rogers.

Una auténtica reliquia de Roger´s Shop, la úlitma casa de té galés que hubo en Trelew.
Una auténtica reliquia de Roger´s Shop, la úlitma casa de té galés que hubo en Trelew.

LOS AÑOS DE LAS CASAS DE TÉ

No hay recuerdos muy precisos de las casas de té galés que hubo en Trelew antes de Roger´s Shop. La tradición siempre se mantuvo en las casas de familia y en las capillas, pero no perduró demasiado en el ámbito comercial.

Entre los años ´40 y ´50 hubo una casa de té arriba de Casa Ayuso, en Lewis Jones y Fontana, a cargo de Jane Hughes.

En los años '60, en las calles Belgrano y Paraguay, funcionó la casa de té de la señora de Alcarraz. Está el recuerdo de la casa Centenario, en Ecuador y Pellegrini, que inauguró para esa fecha histórica.

También estuvo la casa de té de Iola Evans de Azparren, frente al Teatro Verdi, en la calle San Martín, que gozó de mucho prestigio.

Para Ariel Grant Hughes y Marta Luisa Hughes, miembros de la comunidad galesa, quienes ayudaron a recordar las casas de té que hubo en Trelew, la tradición galesa está instalada en la sociedad. “Aunque no haya casas de té la tradición se mantiene, vive en las casas de las abuelas, en la escuela de galés, en las capillas como la Tabernacl o la Asociación San David", remarcaron.

CÓMO HACER UN TÉ GALÉS

Con el espíritu del Centenario, en la década del '70 resurgieron en las chacras de Trelew algunas casas de té para grupos reducidos de personas que, sobre todo en otoño, disfrutaban de un paisaje único.

Nelia Humphreys, integrante de la comunidad galesa, recuerda cómo era la tradición que se transmite de generación en generación y perdura hasta hoy. Según Nelia, hay reglas estrictas que no pueden fallar a la hora de servir el té: debe llegar a la mesa con la temperatura adecuada, la leche debe estar fría, y se calcula una cucharadita de hebras por cada taza y una más para la tetera. 

Nelia Humphreys revela los secretos de un verdadero té galés.
Nelia Humphreys revela los secretos de un verdadero té galés.

“Nosotros  los galeses usamos leche fría, hay que tener cuidado de que el té llegue caliente a la mesa. Cuando yo lo hago en mi casa hago un extracto y cuando voy a servir recién pongo el agua caliente; lo ideal es que cuando empiece a hervir, ahí recién pongo y cuando lo sirvo queda el extracto", cuenta Nelia Humphreys.

Las familias galesas solían ponerle sal a la manteca, pero esa costumbre se fue aggiornando a los nuevos tiempos como tantas otras.

Ah, mejor no usar saquitos.

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