De Trelew a Malasia, en el sudeste asiático, o al Níger, en el oeste africano. Andrés Castelo cumplió su sueño y está trabajando en la Organización de las Naciones Unidas, (ONU), el lugar al que aspiró desde chico. 

Asegura que por su trabajo conoció 84 países y que “el sueño americano es posible, pero no es gratis”.

Andrés, en una entrevista que dio a Infobae, asegura que siempre quiso ser diplomático. En su adolescencia jugaba a ser embajador argentino ante la Organización de las Naciones Unidas y  cada vez que iba a Buenos Aires junto a sus padres, les pedía pasar por las embajadas.

Cuando terminó la secundaria, dejó Chubut y se fue a Buenos Aires, donde estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Kennedy. Luego quiso probar suerte en Estados Unidos, y se mudó a ese país, hace 16 años. Houston, Texas, fue su lugar elegido.

“Sabía que mi campo de acción no estaba en Trelew, yo quería pertenecer a una organización internacional, o ser diplomático. En 2006 conseguí una pasantía en el Consulado Argentino, lo cual fue una gran experiencia. Eso desembocó en una relación laboral. Trabajé los primeros años en Houston, donde tenía conocidos, y después en Nueva York”, dijo al medio metropolitano.

Ya en Estados Unidos fue por su sueño americano, intentar ingresar a la ONU y tras aplicar en varias oportunidades lo logró. “Estuve más de un año aplicando a muchas posiciones, es un proceso muy competitivo. Me empezaron a llamar, rendí exámenes, generales, específicos, y terminé en la oficina de Lucha contra el Terrorismo de las Naciones Unidas”.

Su trabajo consiste en buscar que los países generen legislación contra el terrorismo. Por supuesto, también le ha tocado asistir a la Asamblea General cuando se sesiona de la ONU, donde estuvo en 2018 y 2019, ya que en 2020 se suspendió por la pandemia. 

Sobre esta experiencia, asegura que “fue impresionante, estar presente cuando habló el presidente de nuestro país (en ese entonces Mauricio Macri), el francés Emmanuel Macron o Máxima Zorreguieta (la argentina reina consorte de los Países Bajos), estaban prácticamente al lado mío, nunca lo voy a olvidar”.

En la actualidad, Castelo vive en Nueva York, pero pasa mucho tiempo arriba de un avión. Es que por su trabajo ya conoció 84 países desde Myanmar a Birmania, y también Egipto, un lugar que lo fascinó. “Desde chico soñaba con conocer las pirámides y cuando las tuve enfrente se me puso la piel de gallina por imaginar cómo se habían construído, son majestuosas”. 

El chubutense que por su trabajo en la ONU conoció 84 paises y lucha contra el terrorismo

Pero cúal es el secreto para llegar a estos puestos laborales de ensueño. Castelo lo dice: “La gente piensa que si viene a Estados Unidos hay trabajo solo en bares o restaurantes. Eso es poder trabajar dignamente pero no es la única alternativa. Acá hay oportunidades para todos pero tenés que ofrecer tus distintas cualidades. Más allá de estar recibido en Argentina, cuando llegué seguí estudiando negocios internacionales, y sumé inglés como segunda lengua. Cuanto mejor preparado llegás a Estados Unidos, con mejor educación, nivel de ingles, podés lograr mejores cosas, la clave para el triunfo es capacitarse y estar preparado porque es un mercado muy competitivo, sobre todo en Nueva York. El sueño americano es posible, pero no es gratis, no es fácil, uno tiene que esforzarse mucho para lograrlo”, sentencia. 

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