El billete de $100 fue durante mucho tiempo el más grande de Argentina. Este lunes cumplió 30 años de su salida al mercado. 

El billete, que fuese hogar de Julio Argentino Roca, Eva Duarte de Perón y más recientemente de un Taruca, nació un 1° de enero de 1992, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, y fue el billete de mayor denominación y valor en ese momento, y se mantuvo durante casi un cuarto de siglo.

En aquellos años, y durante la ilusoria época del 1 a 1, el billete de $100 llegó a competir de igual a igual con el billete de 100 dólares, hogar de Benjamin Franklin, pero hoy ni siquiera puede competirle al de George Washington, que es el más chico.

Con la llegada del billete de $500 en julio de 2016, el billete de $100 perdió aún más valor y protagonismo en las finanzas argentinas.

El billete de $100 cumplió 30 años: cuando nació se podían comprar 227 litros de leche

Con el paso de los años, la volatilidad de la economía argentina y la constante devaluación, el billete de $100 fue perdiendo paulatinamente su valor y estatus, el cual había llegado a lo más alto durante sus primeros años en la década del noventa. Hoy, valiendo apenas un tercio de dólar, el billete de $100 quedó relegado a gastos cotidianos o, en ocasiones, ni siquiera eso.

En 1992, con un solo billete de $100, un argentino podía adquirir hasta 31kg de asado. En el ya corriente 2023, apenas se pueden costear menos de 100g de carne. En 1992, un billete de $100 podía costear hasta 92 paquetes de yerba de 1/2 kg, mientras que en 2023, una sola unidad de esta moneda no alcanza para pagar ni siquiera un paquete de 1/4 kg.

Finalmente, y como un último ejemplo de miles, en 1992, con $100 se podían comprar hasta 227 litros de leche, mientras que, en 2023, aún se puede adquirir este producto, pero específicamente un litro de la lista de precios cuidados.

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