Desregularon la importación de productos cosméticos y de higiene personal: ¿cuáles son?
La ANMAT elimina la necesidad de autorizaciones para la importación de una amplia gama de productos de higiene y dispositivos médicos, dejando la responsabilidad en manos de los usuarios.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) decidió dejar de intervenir en los trámites para la importación de una serie de productos para la salud destinados a uso personal, con el objetivo de simplificar procesos y maximizar la eficiencia en la gestión pública.
Esta medida, oficializada a través de la Disposición Nº 2857/2025 publicada en el Boletín Oficial, establece que la ANMAT no intervendrá en la autorización de ingreso al país de productos médicos sin prescripción médica, adquiridos por personas físicas para su uso personal, eliminando así trámites burocráticos que antes dificultaban el acceso a estos productos.
POR QUÉ ANMAT NO INTERVENDRÁ EN LA IMPORTACIÓN DE PRODUCTOS COSMÉTICOS
La ANMAT fundamenta esta decisión en la necesidad de promover la simplificación de procesos y la eficiencia en la gestión pública, buscando un balance razonable entre la libertad del usuario y la agilidad operativa. La medida apunta a facilitar el acceso de los usuarios a productos médicos y sanitarios, eliminando la exigencia de autorizaciones previas y la presentación detallada de características técnicas que antes eran requeridas para cada importación personal.
La agencia aclara que la responsabilidad sobre el uso correcto y los posibles riesgos derivados de la adquisición y utilización de estos productos recae exclusivamente en el usuario, quien asume las consecuencias que pudieran surgir. Además, queda expresamente prohibida la comercialización o distribución con fines de lucro de los productos importados bajo esta modalidad, limitándose su uso a fines personales y no comerciales.
CUÁLES SON LOS PRODUCTOS INCLUIDOS EN LA DESREGULACIÓN
El listado de productos comprendidos en esta desregulación es amplio y abarca categorías de uso cotidiano y sanitario, entre ellos:
- Productos cosméticos y domisanitarios de venta libre.
- Productos de higiene oral, como pastas dentales y enjuagues bucales.
- Productos higiénicos descartables de uso externo, tales como pañales para bebés y adultos, toallitas femeninas, protectores diarios y absorbentes de leche materna.
- Productos higiénicos de uso femenino descartables e intravaginales, incluyendo tampones y copas menstruales.
Además, la medida incluye dispositivos médicos sin prescripción como sillas de ruedas, bastones, muletas, tensiómetros, nebulizadores y protectores como muñequeras, coderas y rodilleras, que hasta ahora requerían autorizaciones previas para su importación personal.
COMPLEMENTOS NORMATIVOS
Esta resolución se suma a otras medidas recientes de desregulación adoptadas por la ANMAT, como la eliminación de aranceles para la exportación de psicotrópicos y sustancias controladas, y la simplificación en la importación de alimentos para consumo personal.
Por ejemplo, a través de la Disposición 3280/2025, la ANMAT también dejó de intervenir en trámites vinculados a la importación de alimentos y utensilios para uso personal o donaciones, reforzando la política de simplificación y reducción de burocracia estatal.
Por otra parte, en abril de 2025, la ANMAT modificó la normativa sobre fechas de vencimiento de productos médicos importados, estableciendo que no podrán ingresar al país aquellos con fecha de vencimiento inferior a seis meses, una medida que busca garantizar la calidad y seguridad de los productos médicos disponibles en el mercado.
Con esta desregulación, la ANMAT busca facilitar el acceso de los ciudadanos a productos médicos y sanitarios sin la necesidad de trámites complejos, promoviendo la autonomía del usuario y agilizando la gestión pública. Sin embargo, la entidad enfatiza que la ausencia de intervención regulatoria implica que los usuarios deben ser responsables del uso que hagan de estos productos, asumiendo los riesgos que ello conlleva.
Esta política refleja un cambio en el enfoque regulatorio, orientado a confiar en la capacidad de decisión de los usuarios para gestionar sus necesidades personales de salud, al tiempo que la ANMAT concentra sus recursos en la supervisión de productos y procesos que requieren mayor control sanitario.
