Desempleo, aumento de precios y alquileres vacíos: un ciclo vicioso que preocupa en Comodoro Rivadavia
Con contratos cada vez más cortos, subas trimestrales sin regulación y un aumento preocupante de la informalidad, miles de familias en Chubut enfrentan una crisis habitacional sin precedentes. La falta de respuestas del Estado, el impacto de las políticas nacionales y el rol del mercado inmobiliario profundizan el drama diario de quienes intentan acceder a una vivienda digna.
El acceso a un alquiler en Argentina se volvió cada vez más difícil. La alta inflación y salarios que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas agudizaron la crisis habitacional. En muchas ciudades del país, los alquileres ya superan el salario promedio de un trabajador, obligando a las personas a destinar gran parte de sus ingresos solo para poder vivir en una vivienda.
Esta situación afecta especialmente a los hogares de ingresos bajos y medios, quienes enfrentan una creciente brecha entre lo que pueden pagar y lo que se les exige en los contratos.
Los incrementos de precios, que en algunos casos se ajustan trimestral o cuatrimestralmente, generan una presión insostenible sobre las familias. La informalidad en los contratos también creció, con acuerdos verbales o sin factura, lo que aumenta la precarización de la situación.
EL IMPACTO DEL DESEMPLEO PETROLERO AFECTA EL MERCADO INMOBILIARIO
El mercado inmobiliario de Comodoro Rivadavia atraviesa una crisis profunda, especialmente por el desempleo generado por los despidos en el sector petrolero. Con alrededor de 3.000 trabajadores despedidos en las últimas semanas, la situación se volvió aún más insostenible.
"En los últimos dos o tres meses tuvimos muchísimas desocupaciones. Empresas como Halliburton, DLS, Tuboscope, entre otras, vienen realizando despidos y eso repercute directamente en el mercado inmobiliario", señaló un agente inmobiliario local.
"Antes, una propiedad duraba una semana desocupada. Ahora ya no. Hay propiedades vacías por todos lados, y las ventas también están completamente paradas", remarcó.
Este panorama empuja a muchas familias a una situación límite, donde la búsqueda de una vivienda digna se convierte en una tarea cada vez más difícil.
En este contexto, ADNSUR dialogó con Pamela Demes, referente del Sindicato de Inquilinos de Chubut, quien señaló que la situación no es nueva, pero se ha agudizado. "Es una problemática que venimos denunciando hace muchísimo tiempo. El Estado no da respuestas, ni con ley ni sin ley de alquileres", remarcó.
Según Demes, los alquileres son mayormente de corta duración, con contratos anuales, pero lo más preocupante es la informalidad en los acuerdos. "Muchas inmobiliarias hacen arrendamientos sin contrato escrito, sin factura, lo que crea una gran inseguridad jurídica para los inquilinos". Además, advirtió que los aumentos de los alquileres son cada vez más frecuentes y desmedidos. “Un alquiler pasó de $600.000 a $1.200.000 en tan solo un año”, explicó.
LA DOBLE CRISIS: VIVIENDA Y COSTO DE VIDA
El aumento de los alquileres no es el único desafío para las familias. El costo de vida, especialmente en lo que respecta a la alimentación y la crianza de los niños, subió drásticamente. "Hoy una canasta de crianza para un niño de 12 años cuesta aproximadamente $500.000. Con los aumentos de alquiler, las familias deben elegir entre pagar la vivienda o alimentar a sus hijos", indicó Demes.
Los hogares monomarentales son los más afectados por esta situación, luchando para llegar a fin de mes. En ciudades como Comodoro Rivadavia, la crisis del petróleo ha colapsado aún más la economía, generando precariedad habitacional. "Hay familias que están revolviendo tachos de basura para comer, o que se ven obligadas a vivir en condiciones de hacinamiento, compartiendo viviendas con otras familias", comentó la referente del Sindicato de Inquilinos.
LA REFORMA DEL GOBIERNO NACIONAL Y LAS “VIOLENCIAS HABITACIONALES”
En medio de la crisis, el gobierno nacional implementó medidas que, según Demes, que profundizaron aún más la situación. La reforma impulsada por el presidente Javier Milei, a través del DNU 70/2023, establece una penalización del 10% del valor total del contrato para aquellos inquilinos que decidan rescindir el acuerdo antes de tiempo.
“Tenemos un gobierno que, además de derogar una ley que protegía a los inquilinos, ahora nos obliga a pagar punitorios cuando no tenemos dinero para afrontar los alquileres. Esto genera lo que nosotros denominamos 'violencias habitacionales', que van desde el hostigamiento en la vivienda hasta la expulsión, además de tener que pagar un punitorio”, expresó Demes.
Demes advirtió sobre el agravamiento de la crisis social: “Esto, el hacinamiento y la violencia hacia las familias inquilinas, no va a determinar el precio de los alquileres. De hecho, tenemos más del 57% de la población en la pobreza, el 30% en la indigencia, y los alquileres no han bajado. Al contrario, subieron y se ajustan al ICL (Índice de Contratos de Locación) o al IPC (Índice de Precios al Consumidor), que son valores totalmente desconectados de los ingresos reales de la gente. En educación en Chubut cerró una paritaria del 1%, y el aumento cuatrimestral que estamos teniendo en los alquileres para este mes es del 12,3%. Es imposible”.
Consultada sobre las diferencias entre provincias (Chubut y Neuquén), remarcó que el problema es generalizado: “La problemática es la misma en todo el país. Tendrás asegurado el trabajo (en Neuquén), que eso está muy bien, pero las condiciones habitacionales son las mismas. En cualquier zona, con cualquier característica, el propietario o la inmobiliaria pone precios exorbitantes”.
RECORTES Y FALTA DE INVERSIÓN EN VIVIENDAS
Demes también alertó sobre la falta de inversión estatal en la construcción de viviendas. “El mercado no está siendo coherente con la situación actual de la sociedad. El Estado está recortando fondos fiduciarios como el FISU (Fondo de Integración de Suelo Urbano), que debería destinarse a la construcción de viviendas, pero esos fondos no se traducen en soluciones habitacionales”, afirmó.
"Dejar una vivienda por no poder pagarla no cambia la lógica del mercado inmobiliario", añadió. “El aumento de los alquileres no se detiene. En Chubut, los alquileres oscilan entre $800.000 y $1.000.000 mensuales, una cifra fuera del alcance de muchos trabajadores. Además, no hay correlación entre el valor de la vivienda y la calidad de la misma", sostuvo.
En Puerto Madryn, Chubut, la situación no es la mejor. A pesar de que hay zonas no registradas que carecen de servicios básicos, un monoambiente se alquila por $300.000, el mismo valor que uno en una zona semi-céntrica. "No se puede asegurar que haya una correlación entre la zona de la ciudad y las prestaciones de la vivienda", explicó .
Respecto a la provincia de Neuquén, aclaró: “Allí el movimiento económico por la actividad petrolera genera salarios más elevados, lo que también empuja los precios de los alquileres hacia arriba”.
“Eso beneficia a un solo sector. El resto de la ciudad trabaja en espacios con salarios mucho más bajos. Los empleados estatales o docentes, por ejemplo, están totalmente por fuera de las capacidades de alquiler. Siempre estamos en esa disyuntiva: una ciudad que se estructura en base a su actividad económica principal, dejando afuera al resto”, concluyó.
