Derrumbe en LU4: 16 meses después, las familias siguen desplazadas y denuncian abandono estatal
Los vecinos afectados por el colapso del edificio continúan en condiciones de extrema precariedad, sin respuestas claras ni presupuesto para las reparaciones. La mayoría son adultos mayores. También alertan sobre un grave riesgo sanitario debido a la presencia de guano y palomas muertas.
Pasaron 16 meses desde el derrumbe de una parte del histórico edificio de LU4, ubicado en la zona sur de Comodoro Rivadavia, y las seis familias que fueron desplazadas aún no pueden volver a sus hogares. Entre ellas está Liliana Orozco, quien relata una situación crítica: precariedad habitacional, silencio oficial, falta de presupuesto para obras y un problema ambiental grave por la acumulación de guano y palomas muertas en los departamentos clausurados.
El panorama, lejos de mejorar, se agrava con el paso del tiempo. Los vecinos denuncian la falta de respuestas concretas por parte del Estado, y señalan que la mayoría de los afectados son adultos mayores, sin condiciones físicas ni emocionales para seguir esperando.
“Llevamos 16 meses fuera de nuestro hogar. No sabemos con certeza cuándo va a haber una posible movida. Lo más triste es que todo esto sigue siendo una situación que nos pone en serio riesgo. Acuérdense que la mayoría de los vecinos son mayores de 75 años. No pueden esperar. Estamos realmente muy complicados como vecinos”, expresó Liliana Orozco en diálogo con el programa “Buen Día Comodoro” de SETA TV.
Según explicó la vecina, aún no se entregó el informe final sobre la estructura del edificio, lo que impide avanzar con una evaluación integral y la elaboración de un presupuesto para las obras.
“Todavía no hay novedad, no está entregado el informe final para poder hacer la evaluación total. Por lo que pudimos saber, esto va a demandar una obra múltiple con múltiples aspectos. No es solamente la escalera o el acceso a los departamentos, hay que prever un trabajo aledaño para que no se sigan dañando las estructuras del resto del complejo”, detalló.
LA PRECARIEDAD, EL ABANDONO Y LA INDIFERENCIA
Orozco también describió la situación de extrema vulnerabilidad en la que viven actualmente cinco de las seis familias desplazadas. Algunas están alquilando o viviendo de prestado, sin elementos básicos para su vida diaria.
“Pensamos que íbamos a tener una vivienda para toda la vida. Hoy estamos alquilando o viviendo de prestado, sin mesa, silla, heladera o lavarropas. Seguimos en una situación de precariedad que nadie atiende. Cinco familias, la mayoría jubilados, están viviendo en absoluta precariedad, y las autoridades hacen caso omiso”, lamentó.
La vecina también recordó la fecha en que se tomó la decisión de evacuar el edificio, y acusó a las autoridades de “lavarse las manos” después de dejar a las familias sin techo.
“La decisión la tomó el señor Gaitán el día 23 de febrero del 2024 a las 8 de la noche. Dejó a seis familias en la calle y después se lavaron las manos respecto a nosotros”, sostuvo.
RIESGO SANITARIO
Uno de los aspectos más alarmantes es el estado del departamento donde ocurrió el colapso, donde se acumulan palomas muertas y gran cantidad de guano, generando una situación de insalubridad que no fue atendida por SENASA ni por las autoridades sanitarias locales.
“La problemática sanitaria y ambiental es lo que debería haber primado ni bien se conocieron las imágenes. Pero se han tomado su tiempo, y esto sigue pululando la pestilencia y lo que se les ocurra que pueda salir de ese departamento segundo F”, advirtió Orozco.
El cuadro general es de abandono e incertidumbre. Mientras los informes técnicos siguen demorados y no hay un presupuesto definido para iniciar obras, las familias siguen esperando, muchas de ellas con recursos limitados, en hogares transitorios o alquilando con esfuerzo. El tiempo, lejos de aliviar la situación, la empeora.
EL PEDIDO A LA COMUNIDAD
Pese a todo, Liliana quiso agradecer el acompañamiento de los vecinos y de la comunidad de Comodoro que sigue de cerca el tema.
“Muchísimas gracias a ustedes y gracias a la comunidad de Comodoro que, con sus aportes y comentarios, siguen interesados en lo que nos está pasando. En nombre de las seis familias, muchas gracias”, expresó.
Mientras tanto, la espera continúa. La falta de un plan de reparación, la demora en la entrega del informe estructural, el desinterés oficial y la creciente precariedad de las familias afectadas dibujan un panorama desolador. En el corazón de la ciudad, un edificio permanece clausurado y olvidado, y con él, seis hogares siguen esperando ser reconstruidos.
