Débora Benjamín es mamá de tres niños, pero a la más pequeña, que tiene dos años, todavía no le conoce la cara, ya que un parásito le contaminó los ojos, le quemó las células madre y la dejó completamente ciega. Pasó por 60 operaciones y cinco trasplantes de córneas y no se rinde. Un tratamiento de Estados Unidos renueva sus esperanzas de poder volver a ver y, sobre todo, de conocerle la cara a su bebé de dos años.

Su ceguera es reversible. “Yo veo luz, la última vez que me trasplanté fue en septiembre de 2019 y desde ahí veo todo blanco”, señaló Débora, que siempre tuvo resequedad en los ojos, lo que le provocaba úlceras, pero en abril de 2018 un día comenzó con unas molestias graves tras lavarse la cara en el trabajo.  

La situación empeoró con el correr de los días. “Fui a todos los médicos porque se me empezaron a poner los ojos color verde flúor y yo no entendía qué pasaba; mis ojos eran marrones y de repente los empecé a tener verde y con mucho dolor; era como si me estuviesen tirando alcohol en una herida constantemente”, relató en contacto con TN. 

Los médicos le diagnosticaron un parásito muy infeccioso que le había entrado por las úlceras que tenía en los ojos y le dieron antibióticos en un tratamiento cada vez más intensivo; incluso llegó a aplicárselos una vez por hora. 

“No descansaba, tenía mucho dolor y yo lo agravé poniéndome unos analgésicos oftalmológicos”, cuenta y detalla: “Esto me quemó las células madre, que es lo que está en el anillo limbal del ojo, el círculo que está entre la parte de color y la blanca. No tengo ni una”, relató.

Débora pasó por casi 60 operaciones y debido a ello hoy vive con válvulas para proteger los ojos. “Me tuvieron que hacer cinco trasplantes, pero pero las córneas se me ponían opacas porque no tenían células madre que les den vida, así que a los días dejaba de ver nuevamente”, lamentó. 

Como la solución ya no estaba en un trasplante, comenzó la búsqueda de una alternativa que le devolviera la visión. “En el Malbrán me dijeron que la única solución que tenía era una ‘queratoprotesis de Boston’, que se hacen en una Universidad de Estados Unidos y que, al ser de porcelana y teflón, no necesitan células madre porque las reemplazaría. Va encastrada con una córnea humana que es lo que le da la transparencia”, precisó.

Antes de perder la visión Débora trabajó durante 15 años en una empresa de logística multinacional, pero tuvo que renunciar.“Me discriminaron. Yo me había recorrido todos los sectores de la empresa y sabían que había un lugar para que pueda atender el teléfono, aunque sea, pero no quisieron”, lamentó. 

Desde entonces es instructora de fitness y da clases para reunir dinero, ya que al quedarse sin trabajo se tuvo que jubilar, pero ese ingreso no es suficiente para mantener el hogar y a sus tres hijos de 15, 13 y 2 años. Tengo una bebita de dos años que no conozco, solo por el tacto, me la imagino porque me dicen que es parecida a tal, pero nunca le vi la cara”, dijo. “Me pone mal cuando mi hija se quiere juntar con amigas y otras mamás las llevan. Antes de enfermarme yo las buscaba, las llevaba al cine, a comer; yo las llevaba a la casa de las amigas, iba a los actos del colegio. Hoy para eso necesito ayuda de un tercero”.

Además, remarcó que si bien tiene un bastón, nunca hizo las terapias de rehabilitación para aprender a usar: “Todavía no me quiero dar por vencida, a mí me garantizan volver a ver en un 40% y eso es muchísimo”, expresó.

“Soy consiente de que me puede dar la posibilidad de ver un 40, 60 0 100 por ciento; tengo chances y no me quiero rendir -confía-. Mi médico me dijo: ‘si logro que le veas la cara a tu hija, yo estoy satisfecho’ y eso para mí sería increíble”, resumió.

Colecta solidaria para reunir U$S25.000

“Entre la operación, la prótesis, las córneas y los gastos médicos son US$25.000 lo que necesito para poder volver a ver porque mi prepaga no me lo cubre, ya que no está dentro del plan médico obligatorio (PMO)”, indica. 

Si bien la intervención no está autorizada en Argentina, tampoco está prohibida, pero traerla se debe pedir autorización a la ANMAT. “Fui al Ministerio de Salud, al de Desarrollo, a la Municipalidad, a todos lados. En ANMAT tuvimos que hacer una guía de ruta de tránsito, que es la compra de esta prótesis, para ellos poder aprobarla, pero si yo no tengo el dinero no puedo conseguir esa guía”, detalló.

“Me juega mucho en contra la cotización del dólar porque hoy sale el doble a cuando empecé la campaña en mayo”, señaló Débora y agregó: “Todavía no llegué a juntar ni la mitad pese a que cuando me donan lo primero que hago es cambiar la plata antes de que siga subiendo porque después se te hace inalcanzable”.

Débora no pierden las esperanzas de volver a ver. Hizo rifas, ferias americanas, movilizaciones solidarias, masterclass y todo tipo de colectas para reunir el dinero. “Ver otra vez va a ser como volver a nacer, cierra. 

Cómo colaborar con Débora:

Contacto: 11 3183-9783

CBU 0070180430004011119839

Instagram @juntospordeby

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