El Reverse running o correr hacia atrás es una buena alternativa de entrenamiento para reducir el impacto agresivo que la carrera convencional produce a nuestras articulaciones.

Quizás entrenando o corriendo una carrera popular has tenido oportunidad de ver a algún deportista corriendo hacia atrás. No pienses que está loco o que está cumpliendo alguna promesa, porque aunque cueste creerlo correr hacia atrás es también un método de entrenamiento. Curioso, sí, pero también muy efectivo, ya que aporta innumerables beneficios para el cuerpo y la mente.

Conocido como reverse running o retro running. Esta disciplina se ha convertido en todo un fenómeno social en el Reino Unido, donde cuenta con un sinfín de adeptos, dispone de su propia página web e incluso se realizan competiciones exclusivas. Y es que correr hacia atrás ofrece al atleta un entrenamiento cardiovascular intenso, reduce el riesgo de lesiones en la espalda y en las piernas, ayuda a conseguir un tren inferior más fuerte y equilibrado, y se trata de una alternativa perfecta para perder peso de forma más rápida.

Así, los beneficios del reverse running, uno por uno, se resumen en:

• Formidable entrenamiento cardiovascular. Ejercita más grupos musculares, especialmente los cuádriceps. Hay estudios que subrayan que esta técnica incrementa el consumo máximo de oxígeno (VO2) y el ritmo cardíaco. La equivalencia se establece en que una sola vuelta de carrera hacia atrás es igual a seis vueltas de carrera convencional. Y para los que buscan perder peso también es una opción adecuada, ya que se queman mayor número de calorías.

• Músculos inferiores de la pierna más equilibrados. La carrera convencional, de correr hacia delante, exige una repetición de la misma acción de forma continuada, lo que puede generar un peligroso desequilibrio como los problemas crónicos en las rodillas. Así, invertir la acción, corriendo hacia atrás, puede ser un buen método con efectos neutralizadores.

• Prevención y reducción de lesiones. La técnica de carrera en corredores convencionales se centra en que el talón es el primero en entrar en contacto con el terreno, mientras que las rodillas actúan como los amortiguadores. Sin embargo, la técnica de correr hacia atrás plantea un cambio de cinética, y por lo tanto reduce ese impacto agresivo, incorporando una ejecución más favorable para reducir las lesiones.

Correr para atrás o retrorunning: qué es y qué beneficios tiene
• Ejercicio ideal para rehabilitar la rodilla.

• Mejora la visión periférica y el equilibrio. Correr hacia atrás implica no tener dependencia de la vista, lo que permite desarrollar otros sentidos como el oído. Aunque también ayuda a incrementar la visión periférica y el equilibrio.

• Abdominales mejor entrenados. La carrera convencional conlleva que la parte baja de la espalda se lleve la mayor parte de la carga. Sin embargo, correr hacia atrás permite que la sensación de carrera sea más placentera para los músculos abdominales, mientras que la zona lumbar marcha también más relajada.

• Postura más erguida. Siguiendo con los estudios realizados al respecto también se subraya que la ejecución de la técnica de correr hacia atrás favorece la realineación de las vértebras y alivia la presión sobre los nervios, y esto es debido a que el deportista se ejercita con una postura más erguida, los hombros hacia atrás y la espalda recta.

• Entrenamiento divertido y variado. Correr hacia atrás también tiene su componente psicológico para superar el estancamiento o el bache en la rutina de trabajo de un corredor, dado que incorporar un elemento variado en cada entrenamiento, sobre todo si se practica en grupo.

Ya conocés los beneficios más destacados de la técnica del reverse running o correr hacia atrás. Ahora tan solo te queda probarlo ¿te atreves? Sus resultados te sorprenderán.

Fuente: vamosacorrer.com • Fotos: redbull.com, conlaseleccion.com

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