Cordillera en alerta, un paisaje en llamas y una urgente necesidad de reinventar los espacios
Los devastadores incendios en la cordillera patagónica exigen una mirada que vaya más allá de lo económico y político. El geógrafo Santiago Bondel, investigador patagónico y especialista en estudios socioterritoriales, analiza las causas profundas de esta tragedia, desde la expansión urbana descontrolada hasta la mala gestión del suelo y un modelo turístico insostenible.
A partir de la recurrencia de los incendios, el geógrafo Santiago Bondel, investigador patagónico y especialista en estudios socios territoriales reflexiona,¿es posible repensar la forma de ocupar los lugares forestales y encontrar un equilibrio entre el desarrollo urbano y la conservación del bosque?
Lejos de la lectura de si los focos son intensionales o responden a causas naturales, el investigador ofreció una mirada más profunda sobre a qué nos enfrentamos cuando los incendios se generan en lo que los geógrafos llaman “interfase”; el lugar donde se solapa lo urbano y lo rural, dejando consecuencias devastadoras.
En una entrevista exclusiva para ADNSUR, Bondel explica que “las regiones que tienen 'estaciones secas, es decir con escasez de lluvias, tienen una mayor predisposición a sufrir incendios a gran escala, además, la recuperación del suelo después de un incendio es más difícil en áreas que son intervenidas por el ser humano".
En ese sentido, indicó que “si uno hace una mirada global, va a ver que en todos los lugares habitados por la humanidad tienen lo que se llama estación seca, incluso puede ser en invierno, como sucede en Córdoba, uno puede pensar en Francia, España, Italia, Los Ángeles, o California", señaló, destacando que la estación seca es un factor de riesgo común. La falta de lluvias por un período prolongado, sumado a las altas temperaturas, crea un ambiente propicio para que el fuego se propague rápidamente.
El problema se agrava en lo que Bondel llama "interfase", es decir, en las zonas donde las ciudades se mezclan con el campo y donde cualquier chispa puede desatar un infierno.
La lógica de la “contemplación y la suburbanización” del medio rural
Según Bondel, desde los años 70, existe una tendencia a querer vivir en contacto con la naturaleza. "Se trata de una atracción por vivir en un lugar con bosque, más dedicado a lo contemplativo que a lo productivo en el sentido tradicional", precisó. A esto, él lo llama la "lógica de la contemplación", ya no importa tanto cuánto se produce por hectárea, sino la belleza del paisaje.
El problema, advirtió, es que esta búsqueda de la naturaleza muchas veces se traduce en una "suburbanización del medio rural". "De alguna manera suburbanizamos el medio rural forestal", reflexionó. “Llevamos nuestras costumbres urbanas al campo, construyendo casas grandes, abriendo caminos y consumiendo mucha energía”. En este sentido, la expansión urbana no planificada y la modificación de los usos del suelo también contribuyen a una mala gestión del territorio, incrementando los riesgos de incendios.
Gestión del suelo y el imperativo turístico
Otro factor clave es la "liviandad con que se modifican los códigos" de uso del suelo. "Una zonificación tiene que ser algo muy potente, producto de mucho análisis, participación de quienes están involucrados y eso no se hizo", opinó Bondel. Se permite construir donde no se debería, sin tener en cuenta los riesgos, analizó.
Además, en la década del 60, “la tendencia era la producción de la tierra y hoy es el crecimiento turístico, y uno ve que el incendio de Bolsón, particularmente, empezó en un lugar donde la afluencia de turismo está totalmente desbordada respecto a su capacidad receptiva", advirtió el geógrafo. El turismo masivo, sin planificación ni control, también contribuye al problema de los incendios.
¿Qué viene después del fuego?
Bondel es claro al indicar que "tenemos una mala lectura del medio natural, por un lado. Y una mala gestión política y social por torcer los usos del suelo con mucha facilidad".
Con alrededor de 50 mil habitantes en la comarca andina actualmente, la situación se ha vuelto aún más crítica. “La solución pasa por repensar cómo convivir con el bosque. No se trata de renunciar a la naturaleza, sino de encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la conservación”, insistió. Como dice la canción de Kevin Johansen que cita Bondel, "no quiero más, quiero mejor". Es hora de dejar de crecer a cualquier precio y empezar a construir un futuro más sustentable para la cordillera.
“Estamos viendo formas novedosas de apropiación física y tecnológica de los espacios, desde comunidades formales o neo estancias hasta tomas, predios rurales mínimos o baldíos rurales. Todo eso es una especie de fertilizante para estas situaciones dramáticas”, concluyó.
