CAPITAL FEDERAL - La actualización del mínimo no imponible y las escalas del impuesto a las Ganancias de cuarta categoría, del 28,29 por ciento para todo 2019, quedó casi veinte puntos por debajo de la inflación del año pasado. También fue inferior a las paritarias que cerró la mayoría de los gremios con más cantidad de trabajadores alcanzados por el tributo, luego de las cláusulas de revisión. Eso, más las negociaciones salariales del año en curso, hace que más salarios deban pagar el impuesto y que los que ya estaban alcanzados por él deban dejar en el fisco una proporción del sueldo mucho mayor.

A comienzos de año, el mínimo no imponible y las escalas se aumentaron en un 28,29 por ciento, en función de la variación del índice de salarios del sector formal (el Ripte) registrada entre octubre de 2017 y el mismo mes de 2018. Así surge de la última reforma en la ley de impuesto a las Ganancias, que dispuso la actualización automática de mínimos y escalas.

¿Cómo impactaron las nuevas escalas?

Según informó Todo Noticias, un trabajador en relación de dependencia que deduce del impuesto dos hijos y ganaba en 2018 un sueldo bruto de 47.000 pesos. Ese año debió haber pagado de impuesto a las Ganancias $319,24 por mes o $4150,07 anuales. Si su salario aumenta un 40 por ciento, en 2019 ganará 65.800 pesos en bruto (antes de impuestos y deducciones). En las mismas condiciones, deberá pagar de Ganancias $1032,49 por mes o $13.422,40 en el año.

Con las paritarias habrá más trabajadores que paguen impuesto a las Ganancias

Dicho de otra forma, con un aumento salarial que no cubre la inflación del último año, pagará 234 por ciento más de impuesto. Al pasarse de escala, del 12 al 15 por ciento, la alícuota marginal salta del 0,68% al 1,57%. En estos supuestos, su salario en mano aumentaría 38,5 por ciento (de $38.691 a $53.581,51) y dejaría parte de su incremento nominal en la AFIP.

Si en 2018 el trabajador con dos hijos a cargo ganaba 57.000 pesos brutos y recibió un aumento del 40%, su salario bruto pasó a $80.000. En 2018, debió pagar $22.494,31 de impuesto a las Ganancias ($1730,33 por mes, más el aguinaldo). Con el aumento salarial mayor a la actualización de Ganancias, saltó de escala y pasó a tributar $46.762,45 en el año, o $3597,11 por mes. Dejará en la AFIP más del doble (107%) que el año pasado y la alícuota efectiva pasa del 3,04% al 4,5%. El aumento de su salario en mano, en este caso, es del 37,8 por ciento.

La suba del mínimo no imponible de Ganancias por debajo del las paritarias lleva a que más personas queden alcanzadas por el impuesto, incluso perdiendo poder adquisitivo. Según datos oficiales, en diciembre de 2018 hubo 2,22 millones de trabajadores que tributaron, mientras que en enero había 1,88 millones. Si bien la cantidad de empleados alcanzados suele aumentar con el correr del año, porque se "agotan" deducciones anuales y los salarios aumentan al ritmo de las paritarias, en diciembre pagan el tributo unos 20.000 trabajadores más que un año atrás, a pesar de la caída del empleo formal.

Esa es la situación que llevó a algunos gremios con poder de negociación a endurecer los reclamos ante el Gobierno. Los sindicatos del transporte, por ejemplo, dispusieron paros para los feriados, porque la remuneración extra que supone trabajar esos días los hace saltar de escala, pagar más Ganancias y perder dinero.

"El mínimo no imponible y las escalas se actualizan en forma automática en base a un coeficiente que mide de octubre a octubre. El año pasado, a esa altura, el aumento promedio (de los salarios) había sido del 28 por ciento. Como la inflación del año le ganó con creces y a su vez ahora rigen las nuevas paritarias, eso hace que se incremente la cantidad de empleados que pagan y, adicionalmente, los que pagaban paguen más, a pesar de que los sueldos, en términos reales, están debajo que el año pasado", dijo Daniel Lejtman, contador y socio del estudio Lisicki Litvin.

En las últimas semanas comenzó la "temporada alta" de paritarias. Los gremios negocian recomposiciones de manera menos uniforme que en años anteriores. Pero en esta ocasión, la premisa del Gobierno para el año electoral es que los salarios no pierdan más capacidad de compra. La paritaria docente de Buenos Aires opera, de alguna manera, como referencia: la provincia pagará la inflación de cada trimestre, más una compensación por el poder adquisitivo perdido el año pasado.

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