Este sábado, los impuestos a los combustibles subirán entre 1% y 4% por una actualización parcial de dos años de postergación.

Aunque en cada caso la decisión del traslado a los precios dependerá de las empresas, difícilmente puedan absorber ese costo. En la compañía YPF, la líder del mercado con más del 60% de participación, aun no confirmaron si aplicarán incrementos, lo que tendría un impacto en los niveles de inflación del mes próximo. En algunas otras compañías del sector, aseguran que seguirán el aumento que determine la petrolera estatal.

Estiman que la suba sea de alrededor de $4 por litro en las naftas y de $3 en el de diésel. El Gobierno había postergado por tercera vez en el año esta actualización que debía comenzar a regir a mediados de septiembre y la había pospuesto para el 1 de octubre. 

Según explicó la secretaría de Energía, Flavia Royón, este será el primer aumento de una serie que deberán producirse para alcanzar el nivel impositivo adecuado. La suba corresponde a los dos primeros trimestres de 2021. Aún restan los dos finales del año pasado y los tres ya transcurridos de 2022, que equivalen a un atraso cercano al 20%. 

El Gobierno había postergado la decisión ante la fuerte presión inflacionaria, en un contexto de pandemia. Según un cálculo de consultoras privadas especializadas en combustibles, el Estado dejó de recaudar por esta vía cerca de u$s1.800 millones.

En los últimos doce meses hasta agosto, las naftas habían acumulado un incremento del 32% y el gasoil del 51% (41,7% en promedio entre ambos combustibles), muy por debajo de la inflación anual del 78,5%. 

Se espera que sea YPF la que dé el primer paso y concrete la suba de los precios y luego la seguirían las demás petroleras. 

La venta de combustibles muestra una sostenida caída en los últimos meses, con lo cual este nuevo incremento puso en alerta a los dueños de estaciones de servicio que sienten la caída de la recaudación.

 Desde la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos de Argentina (CECHA), dieron cuenta de una caída de las ventas en julio en comparación con el mes anterior y habían señalado a la falta de políticas energéticas, la inflación y los precios pisados, entre las principales causas. El volumen total de combustibles líquidos vendido en el canal minorista argentino se redujo durante julio de 2022 un 3,1%, con caídas en 18 de las 24 jurisdicciones provinciales.

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