Durante mucho tiempo lo buscó sin poder dar con él, hasta que en plena pandemia consiguió su teléfono y volvió a saber de José. Este lunes finalmente se reencontraron luego de 40 años. Fue en la puerta de entrada del Aeropuerto General Mosconi. Una historia de hermandad, heridas y Malvinas, aquellas islas que siempre tienen un capítulo más.

Jorge Ampuero nunca perdió la esperanza de volver a encontrarse con José Luis Castellani, su camarada y amigo con el que compartió toda la guerra de Malvinas, desde el 2 de abril de 1982, cuando llegaron, hasta el 19 de junio, que dejaron las islas tras la rendición. El veterano de guerra, quien es conocido en Comodoro Rivadavia por haber trabajado en el mantenimiento del Concejo Deliberante, trató de ubicarlo por todos los medios, pero fue en vano, y por muchos años no logró dar con José Luis. 

Lo único que sabía era que se había radicado en Italia, al otro lado del mundo. Sin embargo, a pesar de la distancia, nunca cesó su búsqueda y así, en medio de la pandemia, logró ubicar a la hermana y tener el número de teléfono de aquel soldado que fue su sombra durante el tiempo que duró la guerra.

Este lunes, Jorge y José Luis finalmente se pudieron reencontrar. Fueron 40 años sin verse. Sin embargo, para ellos es como si el tiempo no hubiese pasado. 

En los minutos previos, a Jorge se lo veía ansioso, nervioso, como a un niño que espera algo muy preciado. Antes de las 5:10 hs ya estaba en el ingreso de pasajeros del Aeropuerto General Mosconi, esperando que se abra la puerta automática para volver a ver a José Luis. Finalmente sucedió, y ambos se fundieron en un abrazo que selló su reencuentro, aquel que se truncó en noviembre cuando José Luis iba a viajar a Córdoba, y en Italia, por las restricciones Covid, no lo dejaron subir al avión. 

En ese entonces, como Jorge ya había sacado pasaje para ir a verlo, decidió viajar de todas formas y visitar a la madre de su camarada y amigo, haciendo que la distancia cada vez sea un poquito menor. Sin embargo, esta vez, todo salió como estaba previsto y por estas horas, pueden recordar aquellos días de Malvinas.

Los cuatro amigos en Malvinas, una de las pocas fotos que tienen juntos.
Los cuatro amigos en Malvinas, una de las pocas fotos que tienen juntos.

LOS CUATRO MOSQUETEROS

Jorge y José Luis integraron la Compañía de Comando Comunicación del Regimiento de Infantería 25 de Sarmiento. Allí les tocó hacer el servicio militar, en una época en que era obligatorio.

José Luis llegó desde Córdoba para hacer la colimba. Mientras que Jorge lo hizo desde Comodoro, un año después, por la prórroga que pidió para terminar la secundaria en la ENET, donde se especializó en electrónica. 

A la distancia, José Luis recuerda que previo a llegar al RI 25, aterrizó en el Aeropuerto General Mosconi, y luego se fue en colectivo a Sarmiento para incorporarse a la unidad que tenía como jefe al teniente coronel Mohamed Seineldín.

Era febrero de 1982 y se incorporaron a la colimba, sin saber que dos meses después iban a llegar a Malvinas, el mismo 2 de abril, cuando el RI 25 encabezó la Operación Rosario que permitió recuperar momentáneamente las islas.

Jorge recuerda que fueron de los primeros en llegar y de los últimos en irse. Es que en la guerra fueron la sombra de Seineldín; los radioperadores que enviaban y recibían los mensajes que necesitaba saber el entonces teniente coronel, algo que Jorge recuerda.

“Estábamos dentro de un jeep, Mercedes Benz, y hacíamos 24 horas cada uno. Teníamos dos radios, una Yaesu, donde recibíamos la comunicación permanentemente; y una Thomson que se usaba cuando el teniente coronel bajaba o se iba a primera o segunda línea. Pero adonde iba el teniente coronel teníamos que ir con esa radio en caso que surgiera alguna emergencia; esa era nuestra misión”.  

Jorge cuenta que en el trabajo no estaban solos. También había un chofer que se encargaba de llevar los mensajes cuando la distancia entre Seineldín y los radioperadores era importante. Todos formaban parte de la Compañía Comando Comunicaciones que era integrada por el cabo Bordón, el cabo primero Orieta, el subteniente Flores y 24 soldados, entre ellos Sergio Ruiz y Pedro Velázquez, con quienes creció en el mismo barrio y se encontraban en el mismo sector.

En su caso, Ruiz y Velázquez estaban a cargo de las líneas que permitían mantener las comunicaciones en la zona. Su misión era garantizar que funcionen las 24 horas. 

Precisamente, este lunes, ellos también llegaron hasta el aeropuerto General Mosconi a recibir a su camarada y hermano. Se abrazaron, rieron y luego, juntos y en soledad, se fueron a recordar aquellos años. Es que son “Los cuatro mosqueteros”, como se llaman entre ellos mismos en forma amistosa. 

Pedro, Sergio, José Luis y Jorge.
Pedro, Sergio, José Luis y Jorge.

Jorge, previo al encuentro con José Luis, dialogó con ADNSUR, testigo exclusivo de este hermoso momento. Con la emoción del paso del tiempo, aseguró que para ellos volverse a ver luego de 40 años es “cerrar un ciclo”, y  en su caso la mitad de dos cosas que quiere hacer antes de morir: una era ver a José Luis y la otra volver a Malvinas, el lugar donde vivió la historia de su vida. 

Lo mismo siente José Luis, quien en 1989 se radicó en Lombardía, el norte de Italia, donde actualmente trabaja en la industria metalmecánica.

“Es una alegría inmensa volver. Cuarenta años atrás salimos de acá para las islas, y encontrarme con Jorge es una alegría inmensa porque no nos vimos más desde que terminó la guerra. En diciembre por causas del Covid no pude viajar y él estuvo en mi casa. Para mí fue algo feo porque no podía estar en ese momento junto a él, porque 40 años pasaron. Ahora con la guerra de Ucrania tenía miedo que suceda algo raro, pero pude viajar y encontrarme con Jorge, porque mi corazón quedó acá, la causa Malvinas no se cerró nunca, y es como una forma de cerrar un capítulo”, aseguró.

José Luis y un regalo muy especial para Jorge.
José Luis y un regalo muy especial para Jorge.

Sin duda fue un encuentro emotivo, y en señal de agradecimiento por todo lo hecho, y por no haberse dado por vencido en su búsqueda, José Luis le trajo a Jorge un tesoro muy preciado: un rosario que fue bendecido por el Papa Francisco cuando el Reino Unido devolvió la Virgen de Luján que estuvo en Malvinas. 

Casualmente él lleva el mismo rosario en su cuello, un símbolo que ahora compartirán, tal como hicieron hace 40 años en las islas, aquel lugar que los hermandó de por vida, más allá de las distancias.

Combatieron juntos en Malvinas con el RI 25 de Sarmiento y se reencontraron 40 años después en Comodoro
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