Cerró una fábrica de rebozados que abastece a los supermercados argentinos y despidieron sin aviso a los empleados
Los propietarios de la reconocida empresa decidieron bajar las persianas de forma definitiva, dejando a los empleados desamparados y sin respuestas sobre su indemnización.
La economía argentina se encuentra inmersa en una profunda crisis estructural que impacta de manera directa en la vida de millones de trabajadores y sus familias. Durante el gobierno de Javier Milei, la situación económica no logró estabilizarse, y el país enfrenta un escenario complejo caracterizado por una inflación alta y persistente, recesión económica, aumento del desempleo y una creciente precarización laboral.
En este contexto, más de 2.300 empresas cerraron sus puertas, mientras otras optaron por reducir su producción o implementar despidos masivos, generando un clima de incertidumbre y descontento social.
La inflación, uno de los principales flagelos que afecta a la economía argentina, aunque mostró algunos signos de desaceleración en los últimos meses, continúa erosionando el poder adquisitivo de la población. Los salarios no logran ajustarse al ritmo de los precios, lo que provoca un deterioro constante en la calidad de vida de los trabajadores. A su vez, la recesión económica limita las inversiones y la generación de empleo formal, mientras que la deuda externa y las restricciones cambiarias complican aún más la situación financiera del país.
En este marco, el sector industrial, tradicionalmente un motor clave para el desarrollo económico y la generación de empleo, enfrenta dificultades severas. Muchas empresas no logran sostener sus costos operativos, y la falta de acceso a financiamiento adecuado limita su capacidad para innovar o expandirse. La combinación de estos factores derivó en un cierre masivo de fábricas y comercios, con un impacto directo en la tasa de desempleo y la estabilidad social.
EL CIERRE DE LA HISTÓRICA FÁBRICA DE REBOZADOS “UNA MILA”
Un claro ejemplo de esta crisis es el reciente cierre de la fábrica de rebozados “Una Mila”, ubicada en Colonia Tirolesa, a 33 kilómetros al noroeste de Córdoba capital.
Esta planta, que durante 30 años se dedicó a la elaboración y distribución de milanesas y hamburguesas congeladas bajo la marca “Una Mila”, abasteciendo supermercados, almacenes y negocios de delicatessen en todo el país, dejó sin trabajo a 12 familias de manera abrupta y sin previo aviso.
La empresa, perteneciente a la firma “Vaca SA”, comunicó la cesantía del personal a través de un escribano y, en una audiencia de conciliación realizada ante el Ministerio de Trabajo, informó que no cuenta con los fondos necesarios para pagar las indemnizaciones correspondientes. Esta situación generó una fuerte reacción por parte de los trabajadores y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), que convocaron a una manifestación frente a la planta para exigir respuestas y justicia laboral.
Desde 2019, la gestión de “Una Mila” estuvo a cargo de la familia Vasena, quienes lograron mejorar notablemente el servicio, la calidad y la producción de los productos. Sin embargo, estas mejoras no lograron revertir la situación financiera de la empresa, que acumuló deudas crecientes hasta llegar al punto de no poder afrontar el pago de sueldos. Este incumplimiento salarial fue el detonante final que llevó al cierre definitivo de la fábrica.
El sindicato denunció que la empresa venía con reiterados incumplimientos y que, a pesar de los intentos de intervención para esclarecer la situación financiera, la patronal se negó a brindar detalles claros sobre sus cuentas y deudas. Esta falta de transparencia dificultó la búsqueda de soluciones conjuntas y profundizó la crisis laboral.
“En otro momento se buscaba consensuar con los sindicatos y los trabajadores para poder encontrar una solución al tema, y hoy directamente se toma la resolución de despedirlos”, señaló el representante del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (Stia), Carlos Ferreyra, en diálogo con Conclusión.
12 FAMILIAS SIN TRABAJO Y UN PUEBLO GOLPEADO
El cierre de “Una Mila” representa un duro golpe para Colonia Tirolesa y sus alrededores, donde estas 12 familias ahora enfrentan la incertidumbre de la pérdida de su fuente de ingresos. En un contexto nacional donde el desempleo y la pobreza alcanzan niveles preocupantes, la desaparición de puestos de trabajo en industrias locales agrava la situación social y económica de las comunidades.
Además, el caso refleja una problemática más amplia que afecta a muchas pequeñas y medianas empresas en Argentina, que luchan por sobrevivir en un mercado cada vez más hostil y con escaso apoyo estatal. La falta de políticas industriales efectivas, la ausencia de financiamiento accesible y la inflación persistente constituyen barreras que muchas firmas no logran superar.
La situación pone en evidencia la necesidad urgente de implementar políticas económicas que promuevan la estabilidad macroeconómica, el acceso al crédito para las empresas, la inversión en innovación y la protección de los derechos laborales. Sin estas medidas, la crisis económica y social podría profundizarse aún más, con consecuencias negativas para el bienestar de la población y el futuro del país.
