COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - La norma considera que la situación de pandemia, “causada por un virus desconocido hasta el comienzo de su reciente emergencia”, por lo cual “no puede tener tratamiento específico porque los tiempos que requiere la demostración científica de un medicamento supera la diseminación de la enfermedad, la cual produce afección progresiva y de un gran número de personas”.

Por tratarse de un tratamiento compasivo, el paciente puede elegir si acepta su aplicación, por lo que no es una prescripción médica obligatoria. Sin embargo, por tratarse de un medicamento poco invasivo y en base a los buenos resultados registrados en otros puntos del país, se cree que será bien recibido como un paliativo importante.  

En una emergencia sanitaria –dice la resolución-, es imprescindible trasladar conceptos de las prácticas médicas habituales en tiempos normales y adaptarlas a la presente realidad, pudiendo asumirse con bajo grado de error, que se está ante una enfermedad que no tiene un tratamiento conocido y que la individualidad de indicación de uso compasivo de un medicamento debe ser reemplazada por el universo de pacientes afectados en la pandemia, ya que cada uno de ellos representa, al momento de aplicación de la medida, un paciente individual que padece en la práctica una enfermedad ‘rara’, por su condición de desconocimiento previo, justificando considerar la aplicación del ‘uso compasivo’ en forma necesariamente ampliada y no individual para lo que fue creado su mecanismo de instrumentación”.

 “Actúa sobre la capa lipídica para detener el virus”

Semanas atrás, el Colegio Farmacéutico de Chubut había solicitado la aprobación del uso de esta solución, ya que en la provincia hay profesionales con capacidad para la elaboración del mismo. La autorización del uso compasivo del medicamento se sustenta en el hecho de que hasta ahora no hay una cura conocida para la enfermedad, mientras que las fases experimentales hasta ahora han dado resultados favorables en otras provincias en las que ya ha sido autorizada su aplicación.

“En Ciudad de Buenos Aires, Bahía Blanca y Córdoba ya está bastante avanzado, en base a investigaciones de gente del CONICET –había detallado Eduardo Molina, presidente del Colegio Farmacéutico, al fundamentar aquella solicitud-. En la provincia tenemos una red de farmacéuticos magistrales, en condiciones de elaborar el producto, que es un elemento más que se está utilizando y se aplica a aquellas personas que ya están cursando la enfermedad, bajo una sintomatología determinada”.

En ese marco, explicó que se trata de una sal, que se prepara con una solución hipertónica de cloruro de sodio, “es una nebulización más y ya hay resultados de mejoría del paciente, registrados luego de la aplicación del tratamiento. Obviamente no es magia, está fundamentado desde el punto de vista científico, porque el virus retrocede y mejora la situación del paciente. Es un sistema bastante barato y está al alcance de la provincia”.

El farmacéutico también explicó que es un tratamiento no cruento, ya que el medicamento es uno de los que menos contra indicaciones contiene. “Esto actúa sobre la capa de grasa que tiene el virus alrededor y produce su inactivación –indicó-, a los efectos prácticos funciona como un jabón, que recubre al virus y queda inactivado, esa es la función que cumple la sal”.

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