Así está el techo del Estadio Centenario de Comodoro, a la espera del cerramiento definitivo
Un proyecto emblemático que comenzó en 2006 y, pese a las expectativas iniciales, sigue inconcluso tras múltiples paralizaciones, conflictos políticos y cambios en la gestión. Ahora, con una nueva inversión y la reciente firma del contrato, se renueva la esperanza de que pueda finalmente avanzar.
El Estadio del Centenario de Comodoro Rivadavia se convirtió en un símbolo emblemático de la localidad, no solo por su magnitud y potencial para albergar eventos deportivos, culturales y recreativos, sino también por la prolongada y accidentada historia de su construcción, que ya supera los 19 años sin haber concluido.
Este proyecto, que comenzó oficialmente el 18 de octubre de 2006, fue concebido con la ambición de conmemorar el centenario de la fundación de la ciudad, celebrado cinco años antes, en 2001. Sin embargo, a lo largo de este extenso período, la obra atravesó múltiples etapas, con avances lentos, paralizaciones prolongadas, cambios en las empresas constructoras, conflictos políticos y denuncias judiciales que marcaron su devenir y generado una mezcla de opiniones encontradas entre los habitantes de la ciudad.
ORIGEN DEL PROYECTO Y EXPECTATIVAS INICIALES
La idea del Estadio del Centenario surgió en el contexto de un compromiso asumido por el gobierno nacional argentino para celebrar los 100 años de la fundación de Comodoro Rivadavia. El proyecto fue impulsado desde la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Planificación Federal, a cargo entonces de Julio De Vido, y contó con la firma de un convenio con la Municipalidad local en 2004.
La obra fue oficialmente iniciada el 18 de octubre de 2006, con un presupuesto inicial de 30 millones de pesos, equivalentes a unos 26.000 millones actuales, y un plazo de ejecución de 540 días, es decir, poco menos de dos años.
El plan contemplaba la construcción de un estadio moderno, con capacidad para albergar eventos deportivos y espectáculos masivos, que se convertiría en un punto de encuentro para la comunidad y un motor para el desarrollo cultural y recreativo de la región. La expectativa era que, para 2008, la ciudad contaría con una infraestructura emblemática acorde a su crecimiento y proyección.
PRIMEROS AÑOS: AVANCES, PARALIZACIONES Y CONFLICTOS POLÍTICOS
No obstante, la realidad distó mucho de las expectativas iniciales. Desde 2008, apenas dos años después del inicio, la obra comenzó a sufrir paralizaciones y demoras significativas. Uno de los factores determinantes fue la interrupción del flujo de fondos nacionales, producto de un fuerte enfrentamiento político entre el gobierno provincial de Chubut, encabezado por Mario Das Neves, y el gobierno nacional de Néstor y Cristina Kirchner. Esta disputa política derivó en la reducción y eventual suspensión de partidas destinadas a obras públicas en la provincia, entre ellas el Estadio del Centenario.
Hasta ese momento, la Nación había desembolsado algo más del 50% del total presupuestado, pero las demoras no se explican únicamente por esta disputa política. Incluso antes de la paralización definitiva, la obra ya mostraba signos de lentitud y problemas administrativos que contribuyeron a que los plazos se extendieran mucho más allá de lo previsto.
Durante los años siguientes, la obra quedó estancada en diversas etapas, con períodos prolongados sin actividad y la estructura expuesta a las inclemencias del clima patagónico, lo que comenzó a generar deterioro en los materiales y la infraestructura ya construida.
CAMBIOS EMPRESARIALES Y NUEVOS INTENTOS DE REACTIVACIÓN
En 2010, en medio de esta situación de estancamiento, se produjeron cambios significativos en las empresas encargadas de la construcción. La firma Torraca Hermanos fue reemplazada por Esuvial, mientras que la empresa CPC, vinculada al empresario Cristóbal López, sustituyó a Edisud como principal contratista. Estas modificaciones buscaban darle un nuevo impulso al proyecto, pero los avances continuaron siendo limitados.
En 2011, al asumir la intendencia de Comodoro Rivadavia, Néstor Di Pierro se comprometió públicamente a conseguir los fondos necesarios para finalizar la obra. Incluso declaró que, de no lograrlo, tomaría personalmente "masa y cortafierros para empezar a demolerla", en un gesto que reflejaba la frustración generalizada por la situación. Sin embargo, a pesar de estos anuncios, la obra no logró avanzar significativamente.
En 2013 hubo nuevos anuncios oficiales sobre la reactivación de los trabajos, con expectativas de reinicio para septiembre de ese año. Se registraron algunos movimientos: llegaron vigas y techos fabricados en Mendoza, así como ventanas, y se colocaron algunas cabreadas superpuestas. Sin embargo, estos avances fueron insuficientes para completar la estructura, y la obra continuó paralizada en aspectos fundamentales como la construcción de gradas, sanitarios, conexiones eléctricas y otros elementos esenciales para su funcionalidad.
Durante este período, el envío de fondos sumó alrededor de 30 millones de pesos adicionales, pero la falta de continuidad y la ausencia de una planificación clara impidieron que el proyecto avanzara hacia su conclusión.
DENUNCIAS JUDICIALES Y CUESTIONAMIENTOS A LA GESTIÓN POLÍTICA
El cambio de gobierno nacional en diciembre de 2015, con la asunción de Mauricio Macri, trajo nuevas revisiones sobre el estado de la obra. Se detectaron irregularidades en la certificación de avances, con denuncias de una supuesta "sobre certificación del 5 por ciento" del progreso, lo que motivó una denuncia ante la Oficina Anticorrupción y la presentación de una causa judicial por presunta defraudación al Estado nacional.
Esta investigación fue trasladada a la justicia federal, pero no arrojó resultados concretos ni condenas, quedando en un limbo judicial que no contribuyó a destrabar la paralización. La polémica generó un clima de desconfianza hacia las autoridades y las empresas involucradas, y profundizó la percepción de que la obra se había convertido en un símbolo de la mala gestión pública.
En 2018, el entonces intendente Carlos Linares intentó rescindir el contrato con la UTE encabezada por CPC, pero la empresa apeló judicialmente y logró que el contrato volviera a tener vigencia, lo que mantuvo la incertidumbre sobre el futuro del proyecto.
EL ROL DEL MUNICIPIO Y LA INFLACIÓN COMO OBSTÁCULO
En enero de 2022, el intendente Juan Pablo Luque firmó un nuevo contrato con las empresas Esuvial y CPC, asumiendo el financiamiento directamente desde el municipio. Se destinó un monto de 1.000 millones de pesos para la finalización definitiva de la obra, cifra que, sin embargo, fue rápidamente desactualizada por la inflación galopante que afecta a la economía argentina.
Esta situación hizo que los recursos asignados no fueran suficientes para completar el estadio, lo que llevó a que la obra siguiera inconclusa y a que se replantearan las estrategias para avanzar en etapas parciales.
LA INVERSIÓN ACTUAL Y EL PLAN DE CERRAMIENTO
En abril de 2025, el municipio de Comodoro Rivadavia anunció un nuevo acuerdo con la UTE conformada por Esuvial y CPC para realizar trabajos de cerramiento del Estadio del Centenario, con una inversión de 1.068 millones de pesos. Esta cifra representa un descuento del 10% sobre la cotización original de 1.087 millones, realizada en junio de 2024.
La resolución 362, publicada en el Boletín Oficial, establece que los trabajos consistirán en la colocación del techo y el cerramiento de las aberturas existentes, con el objetivo de proteger la estructura de la salinidad y el óxido, que han comenzado a deteriorar la infraestructura ya construida, que actualmente presenta un avance superior al 50%.
El secretario de Infraestructura municipal, Luis Romero, destacó que esta etapa es fundamental para resguardar la obra realizada y evitar que el estadio siga siendo una estructura abandonada que se deteriora cada vez más. Además, señaló que esta intervención generará alrededor de 60 puestos de trabajo, beneficiando a un sector local golpeado por la crisis económica.
REACCIONES GREMIALES Y SOCIALES
El concejal Ariel Montenegro, del bloque Arriba Chubut y referente de la UOCRA local, respaldó públicamente el proyecto de renegociación del contrato con las empresas CPC y Esuvial.
“Desde lo gremial esto nos conviene muchísimo. Lo venimos conversando con Raúl Silva y nos permite reactivar entre 50 y 70 fuentes de trabajo en un momento donde el sector está muy golpeado”, indicó en declaraciones al programa Actualidad 2.0.
Desde el ámbito gremial, la medida es valorada como una oportunidad para dinamizar un sector que atraviesa dificultades, y se espera que esta primera etapa de cerramiento sirva como base para futuras intervenciones que permitan, en algún momento, la finalización completa del estadio.
LA ESPERANZA DE LA FINALIZACIÓN Y LAS CRÍTICAS
La prolongada espera y las reiteradas paralizaciones del Estadio del Centenario han generado opiniones divididas en la comunidad de Comodoro Rivadavia. Por un lado, existen quienes consideran que la finalización del estadio podría representar un gran impulso para la ciudad, dotándola de un espacio moderno y funcional para eventos deportivos, culturales y recreativos, que dinamizaría la economía local y fortalecería el tejido social.
Por otro lado, la larga historia de incumplimientos, la percepción de mala gestión, los sobrecostos y las denuncias judiciales han generado un fuerte escepticismo y críticas hacia las autoridades de turno, que son señaladas por no haber logrado concretar un proyecto iniciado hace casi dos décadas.
