Ariel Bergoglio: el sobrino del Papa Francisco que transforma las vidas de los chicos en Córdoba

En Córdoba, lejos de los reflectores del Vaticano, Ariel Bergoglio, sobrino del Papa Francisco, lleva adelante una labor solidaria que toca el corazón de quienes lo conocen.

Ariel impulsa una misión de ayuda para los más necesitados, especialmente los niños de Balnearia, una localidad que lucha contra la pobreza y la falta de oportunidades.

Ariel es el alma detrás del merendero "Sol Arenoso", un espacio que no sólo ofrece alimento sino también esperanza y valores a través del deporte. 

 El nombre del merendero tiene un significado profundo: "Sol" en honor a la hija de un amigo que falleció y "Arenoso" porque, cada vez que llueve, los niños deben llenar con arena el potrero donde juegan al fútbol. 

"Lo que hacemos es utilizar el deporte para transmitir valores y formar buenas personas", afirmó Ariel.

Pero la solidaridad de Ariel no se limita a la merienda porque tiene en agenda llevar adelante otra serie de acciones para promover el bienestar físico, psicológico y espiritual de los nenes.  

Hace unos meses, cumplió el sueño de más de 50 niños al llevarlos al estadio Mario Alberto Kempes para ver un partido de Talleres. 

Para muchos de ellos, era la primera vez que pisaban un estadio de fútbol o incluso que visitaban Córdoba capital. 

"Gracias a Dios, se pudo dar. Los chicos de Balnearia no conocían el estadio Kempes así que fue espectacular", relató Ariel con plena satisfacción de haber hecho felices a los chicos.

Para él, este espacio es más que un lugar para comer: es una familia que comparte una mesa todos los días. 

"Hay muchos niños que han perdido a sus padres por diferentes motivos, otros con terribles problemáticas sociales pero estamos comprometidos con ellos", aseguró.

Su trabajo es un ejemplo de cómo la solidaridad puede transformar vidas y construir un futuro mejor para quienes más lo necesitan.

El legado de Ariel Bergoglio trasciende su apellido. Aunque es sobrino del Papa Francisco, su grandeza radica en su capacidad para convertir el dolor en amor y la adversidad en oportunidades. 

Es una tarea difícil, pero usamos el deporte como herramienta de Dios para transmitir felicidad y valores", exclamó.

Hoy, Ariel Bergoglio es un faro de esperanza en Córdoba por su motor propio para generar distintas iniciativas para el bienestar de los sectores desfavorecidos de Córdoba.

Su merendero no sólo alimenta cuerpos sino también almas. 

Su historia enseña que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la solidaridad y el amor al servicio de las personas que sufren carencias afectivas, materiales o espirituales.