CÓRDOBA (ADNSUR) - Faltaban solo 48 horas. Tenían todo listo, alianzas, vestido, bouquet, salón, catering. Florencia Oddonetto y Rodrigo Mancini tenían fecha de boda para el 22 de marzo. Pero el viernes 20 el gobierno nacional decretó el aislamiento social obligatorio, y su gran celebración quedó en suspenso.

Sin embargo, lograron cumplir su gran deseo. Así, se convirtieron en los primeros novios en casarse por civil de manera virtual en un Registro Civil Móvil de Córdoba. “Fue algo distinto, pero no por eso menos especial. Creo que por algo pasan las cosas. Lo disfrutamos muchísimo”, coinciden los recién casados.

Florencia y Rodrigo tienen 27 años. Se conocieron en 2017 trabajando en el área de atención al cliente de un empresa de tarjeta de crédito. “Empezamos a salir, nos pusimos de novios y en octubre del año pasado, hablando de planes a futuro, pusimos fecha de boda para marzo".

La cuarentena se extendió más de lo que imaginaban, y sus ganas de dar el ‘Sí quiero’ no podía esperar. “Rodri se puso averiguar la manera de poder concretar el casamiento, mandó un mail al Registro Civil de Córdoba. A las 24 horas llegó la propuesta de oficiarlo vía Zoom. A Rodri le gustó, me lo contó y me entusiasmé el doble”, contó a Infobae.

Hubo que adaptar la ceremonia no solo a la tecnología, sino a los protocolos sanitarios. “Planteamos la modalidad a las autoridades sanitarias y cuando nos avalaron, comenzamos a planearla”, subrayó Andrés Guzmán, a cargo de la Secretaría de Registros Públicos de la Provincia.

Tuvieron apenas dos días para organizar los preparativos para el enlace civil, que no fueron muy distintos a los de una boda presencial: vestido, peinado, maquillaje para la novia; los testigos y el look del novio. “Con los locales de ropa cerrados tuve que reciclar un vestido blanco del fondo del placard, esos que solo usás una vez en tu vida, bueno...ahora tuvo dos”, se ríe.

Cuando llegó el gran día se encendieron las pantallas de las computadoras: en una estaba el Juez de Paz, en la otra la novia, y en la otra el novio. Todos en distintos lugares. “¡No convivíamos aún! Teníamos domicilio distintos, yo en lo de mis padres, y él en la de los suyos. Ahí nos había agarrado la cuarentena...”.

Para no romper el aislamiento, desde el Registro Civil, le indicaron que cada uno de los novios debía permanecer en su lugar de residencia y con los testigos en el lugar. Que en ambos casos fue la familia.

La ceremonia tuvo inicio a las 11 de la mañana. El juez les dio la bienvenida a los novios e invitados, y les remarcó el momento trascendental que estaba por vivir.

Luego de la lectura del acta matrimonial, llegó el momento de la firma y ahí se puso en marcha una logística cronometrada para respetar el protocolo. "Un policía me acercó el acta a mi casa, en el barrio las Lilas. La firmé durante la ceremonia, y de ahí salió para lo de Rodri a 15 de minutos de mi casa. No hubo hueco, ni tiempo de espera, en ese momento aprovecharon nuestros familiares y testigos para expresar sus buenos deseos”. Con la firma del novios quedaron legalmente casados.

Fue una boda sin precedentes en el país: sin besos, ni intercambio de alianzas, aunque finalmente se llevaron la libreta de su unión civil como marido y esposa.

Pero faltaba algo más para coronar esta historia de amor. Los recién casados querían dar un paso más: convivir. Con la habilitación del gobierno provincial para hacer mudanzas, el día posterior a la ceremonia virtual, Rodrigo y Florencia empezaron un nuevo capítulo de su vida. “Vinimos a nuestra casita alquilada en el barrio Liceo Procrear. Finalmente estamos juntos”.

No bajan los brazos. “La fiesta se hace igual! Lo que vivimos fue tan especial que ahora queremos celebrarlo a lo grande. Nos gustaría que sea este fin de año con toda la familia y amigos”.

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