CAPITAL FEDERAL - Pasan los años y el Pilates sigue vigente. Pero también surgen advertencias médicas por los riesgos de lesiones, en caso de no hacerlo en forma responsable y ante la mirada atenta de un profesor bien capacitado.

"Es muy frecuente encontrarse con clases de Pilates que no tienen buenos profes, o que los profes tienen 7 o 10 camillas y no pueden controlar bien cómo hace cada uno el ejercicio", dice a Clarín Gonzalo Yamauchi, presidente de la Asociación Latinoamericana de Medicina Musculoesquelética (LAOM).

Según el especialista, todo ejercicio que uno haga con mala técnica o poco controlado por los profesores va produciendo microtraumatismos. Son esfuerzos pequeños, que uno no los nota, pero con el paso del tiempo producen lesiones.

"En el caso de Pilates, son muy frecuentes las lesiones de columna. También en el hombro, porque cuando se agarran las poleas lo hacen de cierta manera donde fuerzan el manguito rotador (grupo de músculos y tendones) y con la repetición -de hacer lo mismo dos o tres veces por semana- lo terminan lesionando", dice Yamauchi.

"La alineación de las rodillas también es muy importante".
"La alineación de las rodillas también es muy importante".

"La alineación de las rodillas también es muy importante: depende de cómo sea, puede producir lesiones en la rótula. Y puede haber lesiones musculares, porque a veces no se llega a lesionar el tendón pero el músculo empieza a compensar esa mala postura en el ejercicio, entonces cargás mucho el músculo, y se termina produciendo una contractura", agrega.

Incluso, hay que ser cuidadosos cuando Pilates se usa para una rehabilitación. "Hay pacientes que tienen algún tipo de lesión, los mandan a hacer Pilates, pero esos cuerpos no están preparados para empezar de vuelta con el ejercicio. Entonces, esas lesiones se les empeoran o se producen otras nuevas", dice Yamauchi. Por ejemplo, hacés un ejercicio pero, como te duele el hombro, empezás a modificar la postura para que no te duela y terminás lesionando el otro hombro o la columna.

Para el doctor en kinesiología y fisiatría Norberto Furman, "el método es muy bueno, a veces los profesores no son buenos" y remarca que "cuando hay un error en la indicación profesional, los resultados pueden ser muy nefastos porque pueden lesionar".

"Muchas veces, cuando el profesor ve que el alumno no llega a un límite articular, lo obliga, lo empuja, lo ayuda a hacer un movimiento. Pero la articulación tiene un tope, un límite, y cuando lo sobrepasan empiezan las lesiones", sigue Furman.

Entre las posibles lesiones, menciona los desgarros, las hernias de disco, y los esguinces. Dice que los problemas se dan generalmente en la columna, la cadera, y los hombros. En ese orden.

En su consultorio, este médico atiende dos o tres casos por semana de lesiones por gimnasia en general. "No hay una estadística por Pilates", aclara, ya que muchas personas lo practican combinado con deportes, gimnasio o pileta. Entonces, no se sabe cuál fue la causa de la lesión.

Aunque falten estadísticas, los casos testigos abundan. "Las camillas tienen unos resortes donde se les puede poner más o menos peso. Alguna vez fui a algún lugar donde me decían: 'poné este peso', cuando tenía una lesión. Y yo -que conozco del tema- pensaba: 'Si hago esto, me voy a lastimar'", relata Patricia Dorin, secretaria de Extensión y Bienestar Estudiantil de la Universidad Nacional de las Artes (UNA).

Dentro de ese ámbito universitario brindan clases de Pilates. Están destinadas a los estudiantes -ya que es un método de entrenamiento para muchos bailarines- y también son abiertas a la comunidad.

"Quien da las clases tiene que estar observando muchísimo a la gente que lo está haciendo. Si no, te podés lesionar la espalda, porque trabajás muy fuerte la columna vertebral, o podés tener alguna lesión en los ligamentos", aporta Dorin. "Es importante que en el grupo sean pocas personas, para que el docente pueda estar atento a cada una", continúa.

En España, al problema le pusieron un nombre. "Se está practicando con frecuencia lo que nosotros denominamos Pilates ‘hueco’ que, lejos de beneficiar, puede provocar lesiones’, dijo en un comunicado -difundido en 2016- Juan Bosco Calvo, profesor de Anatomía Humana de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) de Madrid y pionero en introducir el método en ese país.

Según el experto, muchos profesores carecen de la formación y experiencia suficientes y las clases se ofertan a grandes grupos. "Ambas cosas son contradictorias con el método Pilates, en el que es fundamental una formación completa del profesor y una dedicación máxima por su parte a cada asistente a las clases".

"Hoy día cualquiera se cree que puede impartir clases de Pilates con una mínima formación, pero se equivocan. Y eso está provocando problemas que pueden generar desconfianza entre la población", concluyó el experto.

¿Quién puede dar clases de Pilates? En Argentina, puede hacerlo cualquier persona que se haya capacitado en este método. No existe un único certificado habilitante, sino que los profesores tienen distintas formaciones y hay amplia variedad de lugares donde estudiarlo.

"Podés preguntarle al profe qué hace. Para mí los mejores son los bailarines: tienen mucho conocimiento del cuerpo, mucho ejercicio, y son buenos enseñando. Si es kinesiólogo, obviamente está capacitado. Y si es profesor de Educación Física, tiene que tener una capacitación especial y podés preguntarle hace cuánto da clases de Pilates", sugiere Yamauchi.

"Quien da la clase tiene que ser un profesional", remarca Furman. Pero como eso no lo sabemos, la realidad es que conviene volverse un poco detective. "En algún lugar de la pared se tiene que encontrar la certificación de que está apto para poder dar la clase", concluye el médico.

Consejos para una práctica segura

* Es mejor hacer Pilates en camilla -la técnica original- que en el piso (llamado "Pilates mat"). La camilla tiene poleas que hacen cierto contrapeso del cuerpo.

* Tener un apto físico es muy importante. Antes de empezar la práctica, consultar a un deportólogo o traumatólogo.

* Que haya un profesor presente que observe a cada uno y enseñe la técnica. Como máximo, que tenga cuatro alumnos por turno.

* Todos los movimientos los tiene que hacer el alumno, no debe ser tocado por el profesor para empujar o "ayudar". Las articulaciones tienen un límite y cuando lo sobrepasamos empiezan las lesiones.

* No hacer nada que sea forzado. Si uno se siente incómodo haciendo el ejercicio, no es bueno para el cuerpo. Si mientras lo hacemos duele, a largo plazo es una lesión.

* Evitar la sobrecarga. Es mejor hacer más repeticiones, con pesos mínimos.

* Hacer un buen precalentamiento, que puede ser antes de entrar a la clase, por ejemplo, una caminata. Es necesario porque los músculos se tienen que llenar seis veces en volumen de sangre para poder funcionar.

* Hacer una elongación posterior, para exprimir esa sangre. Hacer la elongación al principio es una equivocación: estamos exprimiendo algo que todavía no se llenó.

* No hacer ejercicios en ayunas. Como 'ayuno' se entiende estar de cuatro a cinco horas sin comer nada. Si tenemos la clase a las siete de la tarde y no merendamos, podemos tener alguna lesión.

* Si tenemos alguna patología como artrosis, hernia de disco y reumatismos se lo debemos decir al profesor, porque sino -ya en la primera clase- nos podemos lesionar.

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